En africa...un milagro

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En busca de satisfación..la encuentran?
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Parte 1 de la serie de 3 partes

Actualizado 08/26/2022
Creado 10/30/2007
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Alli estabamos al fin, en Africa en un apartado aereopuerto, buscando la solución a mi problema de eyaculación prematura, el cual por tres años me habia impedido complacer a mi joven esposa de un climax durante la penetración. Durante ese tiempo yo lograba complacerla con sexo oral, pero se que ella no estaba conforme, aunque lo disimulaba bastante bien. Mi esposa es una mujer de 32 años, que suele practicar el baloncesto desde los 16 mantiene una figura muy bien formada, sus senos no son muy grandes por lo cual mantienen cierta firmesa y sus piernas parecen de ciclista, bien torneadas, ni hablar de su plano abdomen el cual ella mantiene con duros ejercicios, que yo no estaria dispuesto a hacer. Este viaje no es idea mia sino de ella, pues una amiga, de la cual no tengo muy buenas referencias (es un poco atrevida en cuanto a su forma de vestir etc.) le sugirio que intentaramos solucionar mi problema haciendo el amor en un rio de Africa que cuentan tiene aguas curativas que provocarian que un hombre controle su impulso, hasta satisfacer por completo a su mujer.

Para mi esto sonaba mas como una leyenda que como un asutno cientifico, pero mi esposa insistio tanto que tuve que ceder. Mi esposa se vistio con una falda muy corta que estoy seguro se la presto la amiga y una camisilla sin sosten, que a penas le cubria el abdomen cada vez que alzaba los brazos, esto lo note en el avión cuando guardo su bulto de mano. Tambien note que varios hombres en el avión le echaron el ojo sin que ella se diera cuenta. No es la primera vez que mi esposa es el centro de atención para varios hombres sin que ella lo note. A veces pienso que ella no esta al tanto de la atracción que su bien tonificado cuerpo produce en los hombres y es descuidada en ese aspecto. Varias veces me contaba ella que mientras jugaba baloncesto el que la estaba gardiando (guard) se iba de la cancha corriendo para el baño de hombres y ella no sabia porque, cuando le explique se ruborizo, pero aun asi ella me decia que eso era problema de ellos y ventaja para ella.

Ya qui en el aereopuerto de Africa se nos habia dicho que nos iban a transportar hasta la aldea en donde nos quedariamos y desde alli en una guagua podriamos llegar al famoso rio. A lo lejos vimos dos hombre mu altos, estaban con pantalones cortos y sin camisas que a todas luces eran Africanos, que agitaban sus brazos con un carton con nuestros nombres escritos en ellos. Nos acercamos y nos presentamos ellos a penas hablaban español y con señales mas que nada, nos dejaron saber que ellos nos llevarian a la aldea. Pero que sorpresa, que no habia ningun automovil alli, sino dos viejas y bastantes estartaladas motoras. Antes de que pudiera reaccionar mi esposa me abrazo y me dijo que estabamos en Africa y esas cosas harian mas interesante el viaje, asi que ni modo. Para mi sorpresa el hombre de la motora en donde mi esposa se iba la invito a sentarse al frente y conducir la motora, yo ya estaba sentado detras del conductor de la mia y justo cuando iba a advertirle a mi esposa que no aceptara, este arranco a toda velocidad. Miraba desde cierta distancia como mi inocente esposa aceptaba sentarse al frente de aquel hombre y emprendia la marcha detras de nosotros. Yo estaba furioso pues ella una vez mas no tenia conciencia de lo estaba pasando. Mi esposa se veia tan pequeña con aquel hombre tan grande detras. El camino era tortuoso y estrecho, por lo cual me deslizaba hacia al frente sin querer, lo cual me obligaba a mantener un contacto casi constante con la esplada de mi conductor, por lo cual pense que el hombre que acompañaba a mi esposa debia estar gozando de lo lindo con el trasero de ella.

En cieto periodo del recorrido note que la motora en donde venia mi esposa se retraso tanto que a duras penas podia distinguirlos bien. Me parecia sin embargo que el africano que iba detras de mi esposa tenia una mano en el muslo izquierdo de ella y la otra mano recorria ambos senos y hasta se desaparecia dentro de la ropa de mi esposa. Trate de fijarme en el rostro de mi esposa, pero no podia distinguir su expression. No podia continuar mirando hacia atras todo el tiempo pues me causaba dolor en el cuello, pero estaba loco de que llegaramos, pues estaba seguro que mi esposa estaba siendo manoseada en contra de su voluntad y como ella iba con ambas manos en el manuvio de la motora seguramente no podia evitar ser tocada asi. Al fin llegamos una muy poblada aldea, en donde los hombres usaban taparabos y las mujeres no se cubrian los senos, jamas pense ver algo asi en vivo, era como estar en uno de esos programas de el canal Discovery. No me distraje mucho y enseguida fui en donde estaba mi esposa bajandose de la motora para reclamarle a a aquel hombre por lo que le estaba haciendo a mi esposa, pero antes de que me acercara lo suficiente, se marcho a toda prisa con una sonrisa en el rostro.

Mi esposa se notaba sonrojada y enseguida le pregunte si estaba bien. Me dijo que estaba bien, le pregunte que habia pasado por el camino y esta me respondio que fue culpa de ella, que ella debio pensarlo bien antes permitir que aquel hombre la llevara casi en su falda por todo aquel camino. Me explico ella que al principio toda iba bien, pero que en un momento sintio que aquel hombre se le pego por completo por detras y que su mano izquierda comenzo a manosearle el muslo izquierdo, ella me decia que trato de sacarle la mano pero no podia soltar el manuvio de la motora por la accidentado del camino, luego sintio que la mano derecha de aquel africano se le metia por debajo de la camisilla y le manoseaba ambos senos, al punto de provocarle que sus pezones se hincharan. Me confieza ella que quizo parar esto asi que comenzo a frenar la motora para cambiar de posiciones, pero se dio cuenta que estaban bien lejos de nosotros en un lugar solitario y temio lo peor. Ella se imagino rapidamente que si se detenia por completo aquel africano bellaco la podria lanzar al suelo, quitarle la poca ropa que ella tenia puesta obligarla a ponerse sobre sus codos y rodillas y cojerla por detras como a una perra con su grande pene, mientras ella trataba inutilmente de safarse de el. Se imaginaba ella resistiendo una penetración profunda y fogosa mientras aquel hombre llegaba al climax y la llenaba por completo de su semilla africana mientras ella intentaba inutilmente de sacarse de adentro aquel gigante invasor.

Entendio ella que para no arriesgarse a eso, mejor toleraria ser manoseada por lo que restaba del camino y asi fue. Le explique que fue mejor lo que hizo y le acorde que debia tener en cuanta que ella tiene un cuerpo deseable, por lo cual debe ser cuidadosa. El asunto quedo ahi, pero no pude quitarme la idea de lo que le pudo haber pasado a mi esposa, segun ella me lo conto, era una imagen un poco erotica, pero no comparti esa idea con ella , no fuera yo a hacerla sentir mal. Si este era el principio de nuestro viaje, me preocupaba mucho lo que podia venir despues... esta historia continuara...

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