A Estebita Le Gusta Que Lo Preñen 11

INTRODUCCIÓN

Antes de que mi madre me extraditara para Bogotá ocurrió algo que no esperaba.

1 - Capítulo 11: MI MADRE ME SORPRENDE CLAVADO POR TOÑO.

Ya estaba resignado a irme para Bogotá dentro de dos días, pero la fecha de partida se extendió por más tiempo debido a que mi madre tenía que hablar con su hermana respecto a los gastos que implicaría quedarme hospedado en su casa como alimentación y demás cosas.

Una tarde, después de almuerzo, mis padres tienen la costumbre de hacer la siesta para bajar la llenura y relajarse un rato. Ellos duermen en el primer cuarto que queda al lado de la sala y yo duermo en el último, cuando estoy dormido siento unos toques que dan en la ventana de mi cuarto, abro y me doy cuenta que es Toño.

Toño: “¡Hola mami! Tenemos rato que no nos vemos, me tienes abandonado, pasando hambre, ábreme la puerta tengo unas ganas de ti y no me puedo contener las ganas hasta la noche”.

Yo: “¡Toño! ¿Qué haces tú aquí? ¿No sabes que mi madre está en la casa y te puede ver?”

Toño: “No, no mamita, tu mamá la vi que salió para la calle por eso me atreví a buscarte para que me des culo que estoy con una arrechera (la palabra quiere decir está muy excitado) que no me la aguanto”.

Yo: “Pero, si la vi hace un rato que está acostada”.

Toño: “Sí, sí, ella salió la acabo de ver”.

Yo creí las palabras de Toño al verle la seguridad con que lo decía y de arrecha le abrí la puerta sin confirmar nada. Entramos al cuarto, de una él se encueró y me bajó la pantaloneta que traía, poniéndome en cuatro sobre la cama me empezó a chupar el culo, ahí si perdí el año con él, porque me excitó tanto que ya no me pertenecía estaba a merced de él. Al rato empezó a meterme su vergón enterrándomela toda hasta el pegue y comencé a gritar como perra sin importarme que me escucharan, yo estaba en ese momento en el paraíso, en éxtasis, para preocuparme por lo que ocurría a mi alrededor.

Mi madre es de sueño ligero. En el cuarto estando acostada, haciendo la siesta con mi padre, escucha unos gemidos que le llaman mucho la atención. Se levanta de la cama para inspeccionar sin despertar a mi papá, se da cuenta que los ruidos vienen de mi cuarto y cada vez que se acercaba se escuchaban más fuerte, ya no eran quejidos si no gritos, pero no eran de dolor. Ella reconocía esos gritos, eran parecidos a los que ella hace cuando mi padre la tiene bien clavada. Muy sigilosamente se acerca a la puerta de mi cuarto abriéndola muy lentamente, para ver cuál era la causa de mis gritos.

Cerrando la puerta detrás de su espalda, muy despacio, mira la escena a plena luz del día en su totalidad. Encuentra a su hijo en cuatro a borde de cama con el culo levantado mirando hacia ella, también ve que hay un hombre negro, corpulento sobre su hijo, en cuclillas en posición de perrito, abriéndole el culo, salvajemente, con una verga gruesa y larga, que cada vez que se lo sacaba le dejaba el ojo del culo bien abierto, chorreando de él semen y apenas se le iba a cerrar ese negro se lo volvía abrir, no ofreciendo ya resistencia el culo de su hijo que estaba bien dilatado, además en medio de tanto salvajismo ,veía como su hijo lubricaba mucho líquido seminal y pedía a gritos a su verdugo que le diera más fuerte. Esa visión solo la ha visto ella cuando lo ha experimentado con su esposo y no podía creer que su hijo estaba sintiendo lo mismo que ella sentía cuando tenía relaciones.

Al ver esa escena sus ojos se abrieron y algo de la cabeza a los pies le empezó a recorrer como un fuego que la consumía toda. Lanzó un grito de horror, Toño saltó del susto que le dio, sacándome la verga bruscamente de mi culo, al ver que era mi mamá cambió de color poniéndose blanco, su verga se la cayó enseguida. Yo no miré hacia atrás y como el avestruz metí la cabeza debajo de la almohada, pensando en mi mente “¡trágame tierra!”. Mi mamá se lanzó sobre nosotros, gritando y llorando de la rabia que sentía a golpearnos como una loca, era una fiera, no conocía a mi madre en ese estado. Toño no hacía nada para defenderse de ella solo esquivaba los golpes que le daba en su cara, como él es más alto que mi mamá, no alcanzaba a darle bien. Mi papá estando en el cuarto se espanta del escándalo saltando de la cama y corriendo enseguida para el cuarto donde provenían los gritos de mi madre. Al ver a Toño y a mí desnudo, con mi culo chorreando la leche, empezó a entender la situación.

Papá: “¡Cálmate amor, cálmate! Que se te va a subir la presión, ¿Qué fue lo que pasó?”

Mamá: “¡Ay, ay, ay! ¿Cómo es posible que él me haga esto? La gente si me decía cosas de mi hijo, pero yo no quería creerla.

Papá: “¡Tranquilízate, cariño cógelo con calma! No te alteres tanto recuerda tu presión”.

Mamá: “Y tú que te mete en el cuarto a escuchar televisión no escuchabas lo que tu hijo estaba haciendo acá atrás, cómo es posible eso”.

Papá: “¡Cálmate! Explícate bien, ¿Qué fue lo que viste?

Mamá: “Tú no te enteras de nada lo que pasa acá atrás cuando te metes en el cuarto a ver televisión, no sabes si están violando al niño o qué. Mira como le dejó el culo al niño chorreándole la leche de ese hombre, porque lo encontré abriéndole el culo salvajemente al niño haciéndole gritar”.

Mi padre se acerca, dándole la espalda a mi madre, para observar como botaba todavía el semen que tenía adentro y observaba a Toño su verga que escurría la babita de la eyaculación que tuvo, eso causó en mi padre un morbo que noté porque hizo una sonrisa pícara y se agarraba la verga muy disimuladamente para que mi madre no lo viera.

Papá: “Bueno Toño, mejor cámbiate y lárgate de aquí, déjanos a nosotros resolver este problema por favor”.

Toño se puso la ropa lo más rápido posible y salió de ahí como si nada. Yo quedé con mis padres, discutiendo ellos, que harían conmigo de ahora en adelante. Ellos llamaron a la hermana de mi mamá para confirmarle mi llegada en tres días para que le diera tiempo de cuadrar la parte económica, así que me toco salir de mi pueblo para Bogotá-Colombia, pero no pierdo las esperanzas de que regresaré para darle culo a mi marido Toño y que me lo deje lleno de leche. No sé si aguantaré todo ese tiempo sin mi ración de verga, pero me toca.