Dexter, mi asesino favorito

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Jugar: mi forma favorita de mantener viva la llama
3.7k palabras
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Parte 15 de la serie de 46 partes

Actualizado 09/07/2023
Creado 08/08/2023
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Cada cierto tiempo en un matrimonio es bueno hacer cosas diferentes para no caer en la monotonía. Nosotros por ejemplo una de las cosas que más disfrutamos es crear aleatoriamente unos días en el calendario lanzando unos dados y los marcamos como fechas especiales, no importa el día que caigan, se respetan sagradamente.

Cualquiera de los dos escribe su nombre unos días antes y el otro sabe que se va encargar de preparar algo nuevo para el otro.

Esta vez cayó en pleno martes y mi esposo quiso tomar la batuta. Me pidió que comiera por fuera y llegara a la casa más tarde. Fui a comer con una amiga del trabajo y después tomamos unos cuantos cócteles. Hasta que recibí un mensaje que decía que ya estaba listo.

---

Cuando llegué a la casa y abrí la puerta estaba todo apagado, pasé la mano para tratar de encender la luz y sentí un plástico en vez de la pared. Igual apreté el interruptor y vi que toda la sala estaba cubierta de plásticos transparentes del suelo al techo, paredes y muebles.

Él apareció por detrás tomándome del cuello, me colocó una jeringa (obviamente sin aguja) en el cuello. Ahí entendí todo, estábamos jugando a Dexter, el policía que mata asesinos. Lo miré de reojo, sonrió y me hice la desmayada.

Les juro que trate de no mantener los ojos cerrados, pero me intrigaba tanto que entreabría un poco y trataba de espiarlo. No se imaginan lo emocionada que estaba, porque es una de nuestras series favoritas.

Cerró la puerta, me tomó de los tobillos y me arrastró dándole la vuelta a la habitación. Ni se como hizo para mover el aparador del comedor a la mitad de la sala porque eso lleno de platos y cosas pesa bastante, tuvo que pedirle ayuda a alguien, seguro al portero, lo que no me imagino es cual excusa le dio con todos esos plásticos.

Ese es un mueble que usamos mucho, porque tiene la altura perfecta para follarme de pie y es lo primero que encontramos cuando nos coge la calentura en la cocina, no fue por azar que lo había escogido.

Se tomó su tiempo para desnudarme, nunca me tocó de forma morbosa solo estaba preparando a su víctima. Me cargo del cuello y las piernas para acostarme boca arriba sobre el aparador, todo mi torso de cabeza hasta las nalgas cabe, excepto las piernas que me quedan colgando.

Me dio vueltas en papel vinil con las manos pegadas al costado del cuerpo. Luego siguió dando vueltas con el plástico enrollándome junto con el mueble para que no me pudiera mover ni escapar. Me aseguro por el cuello, torso y la frente, algo típico de Dexter. Solo me dejó descubierta de la cintura para abajo y dejó unos pequeños espacios en mis senos para que mis pezones se pudieran asomar.

Abrió los plásticos para pasar y se perdió por unos minutos. Cuando regresó llegó por encima de mi cabeza y no podía verlo. Había sacado agua helada de la nevera y me la soltó toda en la cara para que supuestamente despertara.

- ¿Qué es esto? --actué mi papel, simulando estar asustada--

- Tu hora ha llegado, te salvaste de la justicia, pero no de mi

- ¿Quién es usted?

- Dexter Morgan, tu verdugo

Estaba vestido con la misma camisa de manga larga color cafe y botones que Dexter usa para matar a sus víctimas, un delantal negro, guantes de latex y una careta de plástico. Me encantaba, trataba de disimular la risa, pero era imposible con toda la emoción que me daba.

Tenía el cuchillo más grande de la cocina y me señalaba unas fotos. El muy maldito llevaba semanas preparando esto, hasta había impreso fotos de mis exparejas con montajes como si estuvieran muertos.

- ¿Son demasiados, no crees?

- Yo no maté a nadie... --lo negué todo como buena asesina--

Me tomó del cuello, arrancó una de las fotos de Claudia, una nena que conocí cuando éramos novios. Trate de convencerla de estar los tres juntos, pero era completamente lesbiana. Al final se enamoró de mí y quería que terminara con él e irme a vivir con ella. Obviamente eso no pasó y cuando terminamos insistió que por mi culpa había dejado de creer en el amor.

- Acaso lo vas a negar. A la policía se le escapan los detalles --me miro endiablado-- pero a mi no. Ha llegado la hora de que pagues.

Me colocó el cuchillo en la garganta, pegó su rostro al mío y abrí los ojos asustada porque sé que tan afilados los mantengo. Un mal movimiento y esto pasaba de ser un juego a terminar en la sala de urgencias. Noté que lo había colocado con el filo invertido, no es estúpido. Respiré un poco aliviada y le respondí altanera.

- Fue una de las víctimas que más disfruté y no me arrepiento, se lo merecía --le grite--

Dejando el cuchillo en mi cuello, se separó y me miró levantando una ceja con su cuerpo erguido. Encendió la TV y me mostró un video de la nueva temporada de Dexter: New Blood que se estrena este 2021.

- ¿No? ¿en serio?

- Si, vuelve nuestro asesino favorito

Apago la pantalla, se metió el control en el bolsillo trasero y de un salto se montó encima. Tomó el cuchillo y me lo colocó encima del corazón, empecé a respirar agitado y lo miré aterrada.

- Seguro tienes una piedra ahí, ni sangre debe salir

- Compruébelo usted mismo --respondí desafiante--

Levantó las manos y las bajo con tantas ganas que me alcancé a asustar. Cerré los ojos y sentí como el cuchillo sonaba chocando contra algo. Cuando volví a abrir los ojos lo había enterrado al lado de mi cara. El maldito hasta había colocado la tabla de madera para cortar ahí y no me había dado cuenta.

- No, no creas que vas a salir de esta así de fácil

Me retorció los pezones, se escurrió hacia abajo y terminó de rodillas en el piso, apenas y veía sus ojos, sus cejas me mostraban su expresión malvada, levantó una mano apuntando al TV y lo encendió otra vez cambiando la entrada al auxiliar 1.

Éramos nosotros en el cuarto, tenía la cámara de video filmando desde arriba, me encantaba.

Me levanto las piernas montándolas al aparador y se metió entre ellas para hacerme sexo oral. Empecé a gemir viéndonos en la pantalla. Levantó su mano de nuevo y apagó la TV.

- No, yo quiero ver como me matas

- No, esto es para mi colección, no para la tuya

Dexter coleccionaba muestras de su sangre, el mío, coleccionaba videos de tortura. No se me podía borrar la sonrisa de la cara. Se levantó del suelo con un balde, me empezó a cubrir desde los pies con un líquido frío, transparente y espeso. Lo hizo con calma y cuidado hasta mi cabeza. Por el olor pude notar que se trataba de lubricante.

- ¿Pero qué demonios haces?

- Remojar y ablandar la piel, así es más facial partir en pedacitos

Arrancó el cuchillo de mi lado, tomo su delantal negro y le abrió un hueco en la mitad, se sacó el miembro y volvió a clavar el cuchillo al lado de mi cara. Ufff me hizo estremecer verlo como un maniático acercarse a mi cara y pegarme con su miembro en la frente. Luego me azotó por toda la cara y encima de los labios, saqué mi lengua para que me dejara probarlo, pero él lo movía al lado contrario de donde yo la llevaba.

En los tirantes de su delantal, tenía un arsenal de ganchos de madera que ni siquiera había notado. Me pellizco los pezones hasta ponerlos duros y me coloco un par de ganchos; luego me cerró la boca y colocó cuatro de ellos para que no hablara; y por último otro en la nariz cerrando mis fosas nasales.

Bajo hasta mis piernas aprovechando para esparcir el lubricante en los lugares que habían quedado descubiertos. Se agachó y apareció con unas sogas, me amarró el tobillo izquierdo, jalo hasta abrirme la pierna hacia un lado y luego anudo el otro extremo en la pata debajo de mi cabeza. Hizo lo mismo con mi otra pierna, me dejo patiabierta y el sexo palpitando, se aprovecha de la flexibilidad que adquirí de niña cuando practicaba gimnasia olímpica.

Aún no me había hecho nada, pero con solo este juego macabro podía sentir como mi sexo palpitando e inundado de fluidos. Para rematar sacó el Lush de su bolsillo cogiéndolo de la colita como si se tratara de un ratón muerto y meciéndolo delante de mi cara. Lo encendió y me lo colocó encima de las pinzas en los pezones, aprovechando para apretarme los senos. Lo deslizo hasta abajo y se acomodó entre mis piernas. bajo la careta de plástico, era hora de la parte visceral.

Se cogió el miembro sosteniendo el Lush encima. Colocaba su glande en mi sexo, lo pasaba de arriba a abajo transmitiéndome las vibraciones sin meterlo, dando pequeños golpes en el clitoris. Luego lo bajó con lentitud y cuidado, lo acomodó y metió solo el inicio de su glande. Ya esperaba que me lo metiera de una vez, pero lo que hizo fue acercar el Lush hasta mi clítoris, fue aumentando la intensidad hasta lograr que me viniera y justo mientras lo hacía quitó su miembro y metió el juguete.

Volvió a encender la TV y compartió la pantalla de su teléfono para que pudiera ver. Estaba en un foro de parejas que acostumbramos visitar donde compartimos ideas, escribiendo un nuevo mensaje en el chat de encuentros virtuales.

"¿Alguna domina que quiera torturar a mi victima con el Lush? Se ha portado mal y necesita un castigo"

El muy maldito apagó la pantalla antes de que le contestaran y le podía ver la cara de risa, mientras no paraba de escribir. Se detuvo el Lush, terminó de escribir unas cosas y me colocó el teléfono entre el cuchillo y mi cara con la app de Lovense abierta.

- A este Dexter le gusta el público, te pueden escuchar, así que, si llegas a decir algo de mí, te tapo la boca

Su cara de demente, me encantaba, esta noche iba de una sorpresa a otra y creo que esto lo ha planeado por meses. Mientras me decía eso llegaron como 10 notificaciones solicitando amistad, pero solo acepto una de "gatita_purpura", ya hemos chateado antes con ella y es una de las más perversas.

El Lush fue al máximo de la nada y grité porque no me lo esperaba, algunos ganchos de mi boca se cayeron, otros quedaron colgando de forma bastante dolorosa agarrados de una pequeña porción de piel. Lo volvió a apagar y se escuchaba una risita salir del altavoz.

- Hola victima

- Hol... --mi esposo me tapo la boca--

- Nada de conversaciones

- Está bien --respondió ella-- pero ¿puedo saber porque la estás castigando?

- Solo te dire que se lo merece

- Hay mucha maldad en este mundo, pero necesito estar segura que se merece ser castigada

La conversación siguió entre ellos mientras el Lush se activaba en una velocidad detestablemente lenta. Me metió una gasa a la boca para que no lo fuera a interrumpir, le contó sobre mis ex, los cuales no me dejaban compartir con otras personas, pero igual yo no me aguantaba y terminaba montándole los cachos, rompiéndoles el corazón.

- Definitivamente se lo merece ¿puedo verla?

- Solo un momento

Tomó el teléfono, activaron las cámaras y me la mostró en la pantalla. Era más joven de lo que me imaginaba, con facciones toscas, su maquillaje fuerte, piercings en la nariz, cejas, labios y su mirada fría que provocaba escalofríos; de alguna forma me recordaba a la sexy Lila, esa amante piromanía y sexy que tuvo Dexter al inicio.

Mi esposo pasó el teléfono de arriba a abajo mostrándole la forma en que me tenía prisionera y lista para ser torturada.

- Tanto trabajo, me confirma que tienes razón

- Así es y no fue fácil atraparla

- Déjame ver su cara una vez más

Se quitó la camisa para mostrarme sus senos puntiagudos y firmes unidos por una cadena y pinzas negras. Me miró con cuidado, observando mis reacciones y se le curvaron los labios con maldad. Volvió a subir el Lush al máximo por unos segundos, mis ojos se fueron hacía atrás y justo antes de venirme lo apago. La miré con rabia y si no fuera por la gasa en mi boca ya la habría insultado.

- ¿¡Maldita Hijueputa!? --se rio con ironía-- ¿acaso eso me querías decir?

Asentí con la cabeza juntando mis cejas. Ella dejó el teléfono tirado en su cama, pero podía ver que se estaba terminando de desnudarse y llenar de lubricante algún tipo de juguete que parecía un tentáculo de un pulpo.

- Ok, si puedo hacerlo

- Un favor más --dijo mi esposo--

- ¿Cuál?

- No vuelvas a hablar

- Esta bien, la verdad me gusta más escuchar como suplican por sus vidas

Apagaron las cámaras, me retiró la gasa de la boca, pero conservó su mano encima de ella pidiéndome que hiciera silencio. Asentí con la cara. Descargo el teléfono en el lugar en el que estaba antes.

Ella aprovechó el control, acorde a mis gemidos y respiración se encargaba de subir y bajar la intensidad a su gusto. Mi esposo aprovechaba para dar pequeños golpes a los ganchos de madera en mis pezones, me hacían retorcer de dolor, pero me tapaba la boca con su mano para que no se escucharan mis gritos por todo el edificio.

No sabía cuál de los dos era más demente, si ella o él. Qué bueno habría sido que ella estuviera acá para que me torturaran entre los dos en persona. Tal vez sea buena idea invitarla a otra cita del calendario sin que él lo sepa y cobrar mi venganza.

Me acaricio el cuerpo con sus manos una última vez hacía abajo, volvió a tensar las cuerdas de mis piernas asegurándose de tenerlas abiertas al máximo. Se paró entre mis piernas, se escupió la mano de forma guarra para humedecer su glande. Me miró de esa forma placentera con la que Dexter mira a sus víctimas antes de matarlas.

Me metió el glande en la vagina y el Lush lo empujaba justo contra mi punto G. Los ojos se me perdieron hacía atrás, empecé a temblar y los dientes me chocaban sin control. Estaba por venirme, pero tomo mis labios y los pellizco sobre mi clítoris provocándome un dolor intenso que no me dejaba venir.

- ¡NOOOOO!

- Te dije que ibas a sufrir

Sacó su miembro y lo acomodó presionando contra mi culo, él trataba de meterlo, pero tenía tanta rabia que prefería apretarlo para no dejarlo entrar. El problema es que ella no ayudaba demasiado con un ciclo de mesetas que obligatoriamente me hacía relajar los músculos.

- ¿Con que te piensas resistir?

Se cogió el miembro con la mano para evitar que por la fuerza se desviara de camino. Entre más empujaba, más apretaba yo, sabía que era una guerra perdida, pero al menos le iba a dar batalla, sin embargo, al aguantar la respiración para poder hacer fuerza me quedé callada para que no se saliera y como ella no me escuchaba, le aumento la potencia al máximo.

Lo miré suplicante a los ojos, No aguante más y al soltar los músculos se fue todo directo hasta el fondo.

- ¡Ayyy juepu... --me toco morderme la boca para no gritar-- ..ta! eso dolió

- Igual que les dolió a ellos cuando se les rompió el corazón

- Al menos, fue el corazón y no el culo

Se empezó a escuchar por el altavoz como ella se reía maldadosamente a carcajadas. Lo peor es que me encantaba que se burlara de mí.

- Si, que sufra --dijo ella con gracia--

Mi esposo se lo toma bastante en serio y si le había pedido que no hablara se lo iba a hacer cumplir. Se estiró para alcanzar el teléfono, finalizó la sesión sin despedirse. El Lush se detuvo de inmediato, lo tomó de la colita para sacarlo y lo dejó caer al piso.

- No necesito interrupciones para esto, prepárate para tu final

Empujo sosteniéndose de mis piernas hasta el fondo un par de veces y su delantal sonaba contra mi sexo.

- Nos vemos en el infierno maldito --le dije con ímpetu y seguridad--

Que le he dicho, se le ha desfigurado la cara de rabia. Me metió la gasa a la boca para que no fuera a gritar. Sabía que no me iba quedar más de otra que apretar las manos y cerrar los ojos, porque cuando me mira así quedo caminando raro por varios días.

Me lo metía tan duro que hasta el aparador se movía y sonaban todos los platos en su interior sacudiéndose. Me empujaba de los muslos abriendo más y más las piernas, podía sentir el dolor detrás de las rodillas y los músculos de las piernas a punto de un desgarre. Abrí los ojos en señal de dolor, pero no me daba ni una gota de compasión, al contrario, más se endemoniaba y más duro empujaba.

Al fin me soltó las piernas y pude descansar un poco, pero fue a atacar directo mis senos. Apretaba por encima las pinzas para que pellizcaran más fuerte y no paraba hasta escuchar mis gritos ahogados. Jalaba las pinzas y se llevaba mis pezones, no paró de jalarlos hasta que los ganchos se desprendieron y con los pezones entumecidos me agarró los senos a palmadas y luego volvió a atacar mis pezones retorciéndolos en círculos. Ojos perdidos hacía el infinito, mi cuerpo empezó a temblar y una serie de orgasmos empezaron a ser expulsados sin control.

No se detuvo, siguió penetrándome por detrás y espero a que lo volviera a mirar. Me saco la gasa de la boca, se llenó los dedos de saliva y levantó una de sus cejas. Ya sabía lo que iba a hacer y me iba a volver mierda.

- Entonces tápame la boca

- No --bajó su mano y descargó su pulgar presionando con fuerza mi clítoris--

- ¡Tápamela!

- ¡NO!

Metió sus dedos del medio y los juntó por dentro a la posición de su pulgar. A esas alturas los vecinos seguros ya se estaban quejando con la administración, al menos esta vez no iba a poder encubrir tan fácil su crimen. Me importaba muy poco si les gustaba lo que escuchaban o no, pero ni podía ni era posible cohibir lo que sentía.

- ¡AY DIOS! ¡AY DIOS! ¡HIJUEPUTA!

Giro sus dedos y ahora presionaba hacía su miembro, podía sentir como masajeaba desde mi sexo su glande al entrar y salir por mi trasero. No podía más.

- ¡MATAME! ¡MATAME! ¡MATAME DE UNA VEZ MALDITO!

Con su otra mano, me tapó la boca y eso junto con el gancho que tenía en la nariz me hizo quedar sin respiración. Se me iba el alma con cada orgasmo que me sacaba. Cerré los ojos y me hizo despertar con una cachetada, para que lo volviera a mirar.

- Ahora sí, descansa en paz, asesina

Me agarró del cuello, apretando con fuerza cortándome la respiración y el paso de sangre. Me fui desvaneciendo mientras sentía como me llenaba el trasero con ráfagas de líquido caliente y mi cuerpo convulsionaba al tratar de venirse una última vez y no encontrar ni una gota de fluido corporal para hacerlo.

No había poder humano que me despertara, así que aprovecho para grabar la última escena de su película, cortando los plásticos de los lados con su cuchillo afilado, envolverme en plástico con cinta industrial y llevarme así arrastrada de los tobillos para desaparecer de la escena y parar de grabar.

---

Me llevó así hasta la cama y me dejó toda la noche amarrada. Al otro día cuando me desperté él ya estaba bañado y se estaba terminando de hacer el nudo de la corbata.

- Buenos días, asesina --se acercó para darme un beso--

- Buenos días, Dexter --le dije sonriendo--

- Amor, me estoy orinando, quítame esto porfa

- Los muertos ni hablan, ni van al baño

- En serio amor, me estoy meando ¡suéltame!

- No --se rio macabramente--

Apenas y me di cuenta que aún no había terminado con su juego. Me arrastro de la cama y me tiró al piso. El mismo cuchillo que había usado por la noche lo tenía en la mesita de noche, lo agarró y saltó encima mío. Me lo colocó en el cuello y se sentó a propósito sobre mi vientre apretando la vejiga.

- ¡Hazlo!

- Estas loco

- ¡Hazlo! --me empujo el cuello de forma amenazante y dio un pequeño brinco--

No aguante más y empecé a orinar, cambiando mi cara de placer por el descanso al dejarlo salir. El líquido tibio empapaba mis piernas y volvía a él esa sonrisa de maniático. Me dio un beso, metió el cuchillo a un costado rasgando con cuidado el plástico hasta liberar una de mis manos y me entregó el cuchillo.

- Que tengas buen día mamacita --me dio un beso se levantó a coger el saco del traje--

- No amor en serio, sácame de acá que voy a llegar tarde

- Tarde ya vas y quién sabe si vas a poder caminar rápido --soltó la carcajada-- yo no creo

Salió y se fue como si nada, estuve casi media hora cortando plásticos para poderme escapar de esas envolturas, pero tratando de no cortar en un lugar donde se salieran toda mi orina y aparte también me tocará limpiar la habitación.

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