El Favorito

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A la espera...
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Parte 1 de la serie de 2 partes

Actualizado 03/17/2021
Creado 06/29/2012
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EL:

A la espera ...

Sentado en un rincón. Su cara, sus facciones viriles se destacaban por la luz y la sombra. Bajando los ojos, esperó, sentado en una silla, mirando sus manos fuertes, siendo infinitamente paciente. Él murmuró el nombre de ella suavemente y esbozó una pequeña sonrisa.

ELLA:

Sus pasos eran rápidos y resonantes. Ella estaba apurada. Jadeaba debido a la prisa, sentía la adrenalina de tenerle a él de nuevo. Ella se humedece lujuriosamente sus labios pintados de rojo.

EL:

Su reflejo sobre el vidrio de la ventana, la oscuridad de la habitación. Él golpea rítmicamente el pie izquierdo sobre el suelo. Tratando de entretenerse. La palmas de sus manos están húmedas. Su piel se ponía de carne de gallina al más mínimo ruido, esperando por ella. Cuenta los minutos. Él esta tranquilo y espera obediente.

ELLA:

El ruido metálico de las llaves se hizo eco a través del pasillo. Delante de la puerta, ella agarra un poco de aire y coje el aroma de su propio perfume. Se muerde los labios, se ajusta el tirante de encaje del sujetador por encima del hombro y entra en la habitación.

EL y ELLA:

Él puede oírla. Ella se acerca, le pone una mano sobre su hombro, él no puede dejar de temblar. Sus ojos están cerrados. Ella susurra su nombre.

-Sabes que tu eres mi favorito.

Él gime. Sin abrir los ojos. Él vuelve a sonreír . Él puede oler el calor perfumado del cuerpo de su Ama. Ella lo agarra suavemente por la barbilla. Hablando sobre sus labios, ella lo mira a los ojos: "Permiso para hablar, esclavo". Abre los ojos, poco a poco. Mostrándole sus intensos ojos azules.

- Yo soy lo que tú quieres que sea, mi Diosa.

Ella camina en círculos a su alrededor. Ella agarra el cuello blanco de su camisa y le quita su corbata negra, despacio. Le desabrocha la camisa lentamente. Su collar de esclavo hecho de aluminio esta suspendido en su cuello viril y suave. Un candado en forma de corazón le devuelve a ella el reflejo de sus dilatadas pupilas marrones. Ella desliza sus manos vestidas con guantes de cuero negro sobre su pecho. El pone de forma automática sus manos en la parte posterior de la silla.

- Hmmmmm ... Ella lo besa.

- Mi favorito. Eres ... mi favorito ...!

Ella coloca la aguja de su tacón alto por sobre su entrepierna y el gime en el dolor y de placer. Ella gira alrededor de el y le obliga a arrodillarse. Se sienta sobre su espalda y le da un toquecito con los pies en sus caderas.

Paséame!

El comienza a caminar llevándola a ella en la espalda por la habitación, después de el paseo, el se sienta en el piso esperando órdenes.

Ella abre el bolso, le pone la máscara de cuero y le cubre el rostro.

- ¿Te gustan las rosas rojas, cachorrito?

- Sí, mi Diosa. Mucho. Son unas de tus flores favoritas. Las traje para que las disfrutes.

Parándose en frente de él, ella toma las flores y esparce los pétalos de color rojo sobre las cobijas. Engancha la correa al collar y le encamina hacia la cama. El ya está desnudo y listo para ser inspeccionado. Él se sostiene de rodillas y manos. El tintineo metálico de las llaves que ella lleva en su pulsera proviene de su muñeca, una pulsera de plata bellamente diseñada. Su pene, una vez carnoso, potente y grande en todo su esplendor, ahora está siendo minimizado por el cinturón de castidad. Las bolas de su esclavo cuelgan bajo, cargadas con todo el semen que se ha acumulado en su interior. Sus testículos se rebajan aún más cuando su Dueña los envuelve alrededor de un anillo de goma de tortura. El culo del esclavo también se llenó de frío metal. Su sádica Ama no ha escatimado lo suficiente en sus esfuerzos o en su dinero, en hacerlo a él "su propiedad" hasta las ultimas consecuencias. Los dos únicos orificios disponibles para su esclavo para usar libremente son las fosas nasales, para respirar. Su boca está continuamente amordazada al antojo de ella. El orificio de su pene, ha sido obstruido por un sonda metálica de punta redonda y su ano ha sido invadido por un candado anal.

Los brazaletes de plata en sus brazos y tobillos resuenan cuando su Ama le quita el candado anal. Este candado en forma de pera, de mecanismo casi medieval, estaba enterrado en lo más profundo de su carne. Un grito de dolor, el alivio y de terror se escapa de la boca del esclavo que nunca sabe lo que vendrá . Ella es impredecible, cruel y salvaje. Quieto pero aun temblando, lo que a él le espera es desconocido. El solo espera a que esta vez, el tormento no será tan largo, imparable, doloroso, aterrador, o al menos que a su favor su destino sea increíblemente placentero. El nunca sabe a que atenerse con ella. Él nunca sabe que es lo que ella tiene en mente. Lo único que el sabe hacer es entregarse. El es solo un objeto del placer sexual y sádico de ella. La sensación del látex frio contra su piel mas la textura resbalosa del lubricante, hicieron que el esclavo diera un salto. Una ola de intenso placer le recorrió el cuerpo entero cuando el dedo intruso de ella, se metió en su cavidad anal y presiono su próstata inflamada. No paso mucho rato hasta que un líquido color perlado empujo violentamente hacia afuera la sonda metálica que tenia en su uretra. Su bozal, chorreaba saliva y el gemía ruidosamente. Sus manos agarraron la colcha hasta que un punto mojado de semen se dibujo sobre la misma.

Un sentimiento de gratitud cruzo la mente del esclavo, cuando repentina y súbitamente sintió su ano lleno otra vez. Esta vez una vela roja, tan grande, que incluso la mitad de ella sobresalía de su ano dejando la otra mitad expuesta, como los consoladores dobles.

(De acuerdo a la mente desviada de su Ama, la vela que en su culo permanecería encendida mientras el le daba a ella sexo oral. Su misión era hacer que ella alcanzara el orgasmo en un tiempo determinado, antes de que la cera caliente chorreara y le quemara. Esta tarea fue encomendada al esclavo para mejorar su velocidad y precisión, en caso de que su Dueña quisiera acabar rápido por vía oral sin disponer de un tiempo extenso para ello)

-Buen chico!

Le quito la mascara, dejando al descubierto su rostro y los ojos expuestos a la luz. Su Ama abrió las piernas. El esclavo no necesita una orden. El sabe lo que se espera de el. El esclavo extendió su cuello y su boca hacia el coño de su Diosa. Sus labios acarician, lame el interior de su vagina jugosa. El se embriaga con su aroma único. El esclavo se enorgullece de ser el mejor en dar servicio oral. Su lengua se ha hecho más fuerte y más flexible sólo por complacerla a ella. El hace girar su lengua alrededor de su clítoris. Como de costumbre, el esclavo puede olvidarse de todo y sólo se convierte en una máquina lamedora de coño.

Tanto se concentró en su tarea, que el esclavo se olvido de un detalle: la vela. Algo caliente y húmedo está goteando en una parte de sus piernas. El esclavo se da cuenta de que la cera caliente le esta quemando por todas partes. La sorpresa y el horror, hacen que se detenga, agarre la vela y la tire al piso por lo tanto su Ama lo abofetea directo a la cara. Humillado, se cubre el rostro. Ha cometido una infracción muy grande, ya que no le está permitido tocar cualquier parte de su cuerpo sin autorización expresa de su dueña.

- Las rosas son rojas, las rosas tienen espinas, cachorrito...

En un segundo, lo único que los esclavo siente son los azotes rápidos y furiosos de la varilla improvisada que su Ama utiliza para el castigo. La varilla cubierta de espinas de rosa, han lastimado la piel de su trasero y le ha dibujado minúsculos puntos brillantes y sanguinolentos. Las gotas corren rápido hacia abajo, por sus muslos. El puede tolerar cualquier cosa, el dolor físico, lo que sea. Sin embargo, la profunda humillación lo pone siempre en su lugar. Ella encendió la vela de nuevo y cubrió sus nalgas con cera roja caliente. Lo ha puesto en castigo, en cuclillas en una esquina, con sus testículos atrapados con un artefacto que le impedirá levantarse. Ella lo utiliza de nuevo como mueble en forma de un banquillo improvisado, y se sienta a leer una revista y llamar por teléfono a una amiga. La mente de su esclavo entra automáticamente en blanco.

Continuara...

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