El Profesor de Tenis Cap. 06

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Los ajustes finales y el baile esperado.
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Parte 5 de la serie de 8 partes

Actualizado 06/08/2023
Creado 10/12/2016
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EL PROFESOR DE TENIS CAP6

Los ajustes finales y el baile esperado

****

Parte 1

Alicia les sugirió que fueran a un restaurante que ella conocía, al que podían entrar en indumentaria deportiva. Los tres estaban de buzo. Cuando ingresaron al recinto, Alicia llamó la inmediata atención de todos, tanto de hombres como de mujeres; no era habitual ver una altísima rubia de aspecto alemán, vestida en indumentaria deportiva, acompañada de dos hombres, uno de ellos con más de 1,90 de estatura.

Los tres se sentaron y pidieron un almuerzo liviano a base de pescado. Mientras esperaban que les sirvieran, Alicia les preguntó:

"¿Cuáles son sus planes para la próxima semana, si pierden en las primeras rondas?"

"¡Qué poca fe nos tienes" Dijo Pedro, riendo.

"Creo que me quedaré un par de semanas más, no importando el resultado" Agregó Julián.

"Pero, ¿te quedarás en Valdivia?" Preguntó Alicia. Quiso no haber hecho la pregunta, estaba expresando un interés desusado en él, pensó de inmediato.

"La verdad es, que no estoy seguro, ya que decidí tomarme unas vacaciones y tal vez recorra la zona de Los Lagos" Agregó, pensando a dónde apuntaba esa pregunta.

"¿Y tú, Pedro?" inquirió la rubia.

"Creo que volveré a la capital tan pronto termine mi participación en el torneo"

"Sí, la prometida ya le está tirando las riendas desde allá" Dijo Julián riendo.

La charla continuó en tono distendido durante todo el almuerzo. Y los tres retornaron al Club después de almorzar. Pedro y Julián para iniciar su entrenamiento de la tarde y Alicia para cambiarse de ropa para su primera clase de tenis.

****

Cuando se encontraron por la tarde, Julián quedó mudo al verla. Alicia venía con una chaquetilla ceñida que realzaba su busto firme, pero al recorrer su cuerpo hacia abajo, y verla con esa falda de tenis, sintió que sus hormonas despertaban en tropel: los muslos y piernas de la rubia, eran de una curvatura y una firmeza poco vistas, que eran para caer de rodillas frente a ella y acariciarlas. Era todo un espectáculo. Julián mentalmente comparó sus piernas con las de Verónica; eran tan hermosas como las de ella, aunque las de Alicia, debió conceder, eran más largas y terminaban en unos tobillos muy fuertes. Mientras esperaban cancha, los tres observaron que había gran actividad en el recinto deportivo. Ese día había llegado ya, todo el resto de los jugadores que participarían en el torneo. Alicia observó cómo varios jugadores conocidos en el circuito, se acercaban a saludar a Julián afectuosamente, quién aprovechó de presentarla como una amiga. Ella se sintió feliz de sentirse parte del grupo.

"¿Participas en el circuito femenino?" Le preguntó un conocido jugador español.

"Oh, no, para nada, ¿por qué lo preguntas?"

Respondió halagada.

"Es que con ese porte, caramba. ¡Si tienes mejor físico que Sharapova!" Le dijo, mirándola de arriba abajo.

"Vamos, vamos, a no mosquear a mi alumna" Dijo en ese momento Julián, colocando su brazo alrededor del hombro de Alicia de forma protectora. Alicia se estremeció al sentirse acogida así por el brazo de él y sonrió complacida. El macho Alfa había fijado territorio y ella lo aceptaba. Nuevamente sintió que sus hormonas le jugaban una mala pasada, y se movió inquieta de pie sintiéndose foco de la mirada de todos.

"Eres un tipo suertudo, de tener este monumento de alumna" Dijo otro de los jugadores que también se había acercado al grupo.

Otros al pasar, otros le daban largas miradas y ella se sentía como la abeja reina de la colmena y sonreía coqueta. De pronto uno del grupo miró su reloj y se disculpó ya que tenía su turno en cancha. Poco a poco se fueron retirando todos a sus respectivas canchas de entrenamiento y Alicia se despidió también para esperarlos en el casino, mientras ellos hacían su práctica de entrenamiento habitual de las tardes.

Cuando comenzó el entrenamiento que acostumbraban a tener en las tardes, Pedro notó de inmediato lo fuerte que eran los envíos de Julián. Se lo veía muy relajado y alegre. 'Definitivamente a este tío le hacen muy bien las mujeres' pensó.

Una hora después, apareció Alicia por un costado de la cancha caminando entre los arbustos que la rodeaban.Nuevamente Pedro sintió la potencia de los envíos de su amigo y tuvo que hacer su mejor esfuerzo para devolverlos. Terminada la práctica, se acercaron a Alicia, tomando sus toallas para secarse la transpiración antes de saludarla.

"Bueno, muchachos. Me voy a la ducha, y tu Alicia, disfruta tu clase" Dijo Pedro, mientras seguía su camino hacia los camarines y ellos se iban para cambiarse de cancha hacia la había conseguido Alicia. Él de inmediato se dio cuenta de la admiración que causaba en los jugadores que estaban practicando, que bajaban la velocidad de sus golpes para poder verla. Esto duró por todo el recorrido que hicieron caminando por el sendero, hasta que ingresaron a la cancha que había solicitado Alicia.

"La cancha está preparada y tu alumna está lista también" Dijo Alicia, dejando su bolso en una silla y colocándose frente a Julián llena de coquetería.

"Bueno, comencemos a acumular horas, para recibir el pago convenido este domingo" Contestó Julián, mirándola a los ojos, sonriendo aviesamente.

"Siempre que ganes, recuerda, siempre que ganes" Contestó ella mirándolo fijamente a su vez.

"Y todo lo que acumule hasta el domingo, ¿No a derecho a ningún anticipo, o algo, digo yo?"

"Nop. Sólo si ganas. Y ahora comencemos" Dijo Alicia, tomando su raqueta.

"¿Y cómo pretendes que me concentre?" Insistió Julián.

"Ese es tu problema" Le dijo ella.

Viendo que no tenía más argumentos, le preguntó: "Y a todo esto, ¿has jugado antes? ".

"Pruébame"

"Eso es todo lo que quisiera. Probarte"

"Prueba cómo está mi tenis" Aclaró ella.

"Ok, ok." Dijo Julián, y se dirigió al otro lado de la red.

Pronto se dio cuenta que Alicia no solo sabía jugar, sino que también lo hacía bastante bien. Se movía con mucha elasticidad y a veces él, por mirarle las piernas, o cuando le miraba el trasero cuando ella se agachaba a tomar una pelota perdida, perdía más de una devolución. En esos momento, muy consciente de lo que pasaba, ella le gritaba "Concéntrate".

Después de varios minutos se detuvieron. Él se acercó a la red y le dijo:

"Tus movimientos están bien, pero me gustaría que pusieras atención en algunos detalles en la preparación del golpe" Y le indicó cómo girar los hombros. Cuando se dio cuenta que al imitarlo, ella no lo hacía bien, decidió ir al otro lado de la red y colocarse junto a ella. Se puso detrás y colocando su mano en el hombro de ella, la guió en el movimiento. Alicia, nuevamente al sentir su mano, sintió flaquear sus piernas. Definitivamente existía química con él. Su cercanía era como un imán y dudaba si podría esperar hasta el domingo. Pero, por otro lado, sentía también que necesitaba que él luchara un poco en su conquista. Le había dado demasiadas facilidades. Ahora ella esperaba que él hiciera esfuerzos, que apreciara lo que ella valía. Tenía que ponerlo a prueba.

La clase terminó y cuando él se secó las manos y el rostro, ella se acercó y lo besó en la mejilla, muy levemente.

"Gracias, Julián. Tu clase fue excelente" Dijo ella.

"Y tu eres una excelente alumna. ¿Nunca has participado en alguna competición?" Le preguntó Julián, mientras tomaba su bolso y el de ella y se dirigían hacia los camarines.

"Lo hice cuando me fui a estudiar a Alemania, hace cuatro años atrás. Vamos, dame mi bolso, creerán que estamos pololeando" Le dijo ella sonriendo.

"Humm. Suena interesante ese prospecto" Dijo él, pasándole el bolso.

"No te anticipes hasta que veamos qué pasa el domingo" Le contestó ella mirándolo fijamente, mientras entraban a sus respectivas zonas de camarines.

****

Parte 2

Ese viernes, que era el último día para definir la clasificación del tenista que subiría el cuadro principal del torneo, Julián observaba atento los desplazamientos de Pedro en la cancha. Había logrado ganar el 1er. Set. Ahora en el 2do., se lo veía bastante animado y en los cambios de lado, siempre miraba a Julián para ver si le daba alguna de las indicaciones con los gestos que habían acordado. Estaban 6 a 5 en el cambio de lado. Había quebrado el servicio de su rival y miró a Julián quien le sonrió levantando el pulgar. Todo salió bien y Pedro saltó de alegría a la manera de Songa, cuando terminó el partido con su triunfo. Había logrado ganar su clasificación. Julián lo abrazó felicitándolo, y le recordó que tenía que llamar de inmediato a Paola.

Después de ducharse, Julián acompaño a Pedro a la mesa de control, para ver con quién le tocaría jugar su primer partido.

"Soné. Mira quien es mi rival," le dijo Pedro señalando el cuadro.

Julián miró "Verdasco. Sí que te tocó duro". Y en ese momento muy cerca de su oreja escuchó una voz cálida que le susurró:

"¿Quién está duro?" Julián se dio vuelta para encontrarse a boca de jarro con Alicia que la miraba con sus ojos verdes, chispeantes de picardía. Pero antes de que el reaccionara, ella se dirigió a Pedro.

"Te felicito, Pedro. Lograste pasar tu primer escollo" Y le dio la mano. A continuación preguntó: "¿Y con quién te tocará jugar?"

"Con un jugador español" Dijo Pedro.

"Sí. Con Fernando Verdasco, un tipo zurdo que golpea durísimo" agregó Julián, que se había quedado confundido por la forma en que Alicia lo provocaba con sus palabras. Pero más, al verla luciendo un vestido de verano con breteles delgados que dejaban al descubierto sus hombros redondeados y que hacían que se destacaran de forma sensual el comienzo de sus redondeados pechos. Sus ojos se quedaron pegados unos segundos más de lo conveniente. Las mujeres tienen un sexto sentido para captar eso y Alicia sonrió para sí.

Julián miró la hora.

"Creo que es una buena hora para marcharnos. Esta vez, la invitación a almorzar es mía. ¿Vamos?" Pedro y Alicia estuvieron de acuerdo por lo que los tres se encaminaron al estacionamiento. Ya en el automóvil, los tres comentaron de nuevo el excelente triunfo de Pedro.

De pronto, Alicia se giró hacia el asiento trasero en donde iba Pedro y le preguntó: "¿Y llamaste a tu novia para contarle?"

"¡Diablos. Tienes razón, la llamaré ahora nuevamente, ya que hace unos minutos atrás no me contestó".

Mientras Pedro se comunicaba con Paola, Alicia le comentó a Julián que no lo vería hasta sábado por la noche, en la comida de gala inaugural.

"¿Y por qué" le preguntó Julián.

"Tú sabes que estoy encargada de todo el evento de mañana, y tendré que trabajar todo el día para ultimar los detalles de último minuto. Piensa que son 60 jugadores más sus entrenadores, más el equipo de patinaje artístico que fue invitado, et., etc."

"Pero, ¿nos veremos esta tarde, cierto?"

"Por cierto, Tengo un compromiso contigo." Dijo, mirándolo con esa sonrisa llena de promesas a la que lo estaba acostumbrando.

***

Parte 3

Alicia, mientras se duchaba después de terminada la clase de ese día viernes, recordaba lo que había comentado Pedro durante el almuerzo, respecto del partido inicial de Julián. Tendría que jugar nada menos que con el segundo cabeza de serie. Ella sabía lo que eso significaba, que el nivel tenístico de ese jugador era altísimo, y que las posibilidades de Julián eran tan escasas, como las de Pedro, de ganarle al jugador español Fernando Verdasco. Esa la dejaba en una terrible disyuntiva: ella le había hecho la promesa a Julián, de cumplir su compromiso sólo si el ganaba el domingo. ¿Podría lograrlo, y en caso contrario, qué pasaría entre ellos después? No había considerado lo que le había propuesto hacer su amiga Vero, tenía demasiada dignidad para eso. Por último le pagaría en dinero las clases que le había dado durante estos días.

Durante la clase con hoy, ella le había preguntado cómo se sentía para el domingo y él sólo le había contestado "Tú, sólo preocúpate de elegir el lugar en que cumplirás tu promesa", sonriendo de oreja a oreja. Alicia se sintió confundida por un segundo, ya que había hecho la pregunta en el sentido estrictamente deportivo, de cómo sentía respecto de sus golpes, de qué estrategia utilizaría, etc., etc.; pero, estaba claro que la mente de Julián estaba en otra sintonía, pero se recuperó rápidamente diciéndole

"¿Tan seguro estás de ganar?," a lo que él respondió:

"¿Y tú, estás segura de querer cumplir lo prometido? Porque yo voy a cobrar, aunque para ello tenga que sobornar a mi contrincante. Cosa que estoy pensando seriamente", ante esto, Alicia se echó a reír a carcajadas.

Ella siempre decía sin ambages lo que pensaba o deseaba. Lo daba a conocer en toda circunstancia. A veces, se sorprendía de ser tan directa, tan verbal para expresar sus sentimientos, incluso no le importaba verbalizar lo que sentía cuando estaba en pleno acto sexual. Su marido, se recordó, era bastante controlado en eso, lo que hacía que fuera más recatada en la intimidad con él, y se lamentaba de no poder actuar de forma más espontánea, de reprimirse, como debía hacerlo con él.

Ella siempre buscó el carácter fuerte en un hombre. Su marido tenía eso; pero en Julián sentía que había algo más, algo especial, ¿era su sentido del humor, además de su carácter fuerte? ¿O tal vez simplemente era la indudable atracción que sentía por él, causado por el relato tan explícito que su amiga Verole había hecho de su primer encuentro sexual con él? Había quedado en tal estado de excitación a partir de ese día, que a la mañana siguiente, mientras estaba en la ducha, tuvo una fantasía: se imaginó que el pomo y el largo brazo de la ducha vibratoria, era la verga de Julián. Había comenzado a pasar la ducha por su cuerpo, para quitarse la espuma del gel, y de pronto el chorro vibratorio del agua tibia golpeó justo su entrepierna, y en ese instante perdió todo control. "ooooohhhgr, mierda" Jadeó, una oleada de lujuria la consumió, sorprendida ante el placer que sintió al recibir el golpe vibratorio del agua contra el centro de su vagina. Cerró los ojos y acercó el chorro directo a la zona de su clítoris. No importando cuán avergonzada se sintiera de hacer eso, pero en ese momento se despertó la intensidad de su naturaleza, deseando tener allí un pico, el pico gordo de Julián, tal como se la había descrito Verónica y no supo en qué momento estaba en el piso del baño, con el pomo de la ducha lanzando agua directo a su clítoris y pronto, estaba temblando y con su respiración entrecortada, imaginando que era la cabeza de la verga de Julián la que estaba abriendo su vulva inexorablemente, y a los pocos segundos, acabó en una mezcla de líquidos que eran expedidos por los orificios de su vulva y el agua tibia que salía de la ducha que sostenía con ambas manos, como se fuera el mango de la verga de Julián.

Pero creía estar equivocada. No era eso lo único que le llamaba la atención de él. Porque no hubiera habría mantenido el control que había mostrado en todo momento. Especialmente cuando él se paraba frente a ella, después de terminaba de entrenar con Pedro, con todo su cuerpo brillando de transpiración, con los músculos tensos por el esfuerzo realizado. Es cierto que en su yo interno, hubiera deseado recorrer con sus manos cada parte de su cuerpo, llenar su olfato con el olor masculino que emitía y haberle besado allí mismo. Ella nunca mantuvo su mano sobre él, más de lo conveniente, o lo rozó de forma descuidada o lo provocó de alguna forma física. Sí le gustaba hacerlo con palabras, dándole un doble sentido cuando hablaba con él, provocándolo con mensajes ambiguos. Era su manera de mantenerlo en vilo, de recordarle que ella estaba allí, a la espera de que llegara el momento de encontrarse en la intimidad.

****

Parte 4

La enorme pista de patinaje artístico que tenía el estadio municipal de Valdivia, fue la que había sido habilitado para la cena inaugural, en que se recibiría a todos los jugadores que participarían en este importante torneo ATP, que por primera vez se desarrollaría en esa ciudad. El salón profusamente iluminado, comenzó a recibir a toda la gente que poco a poco fue acomodándose en las mesas para cinco parejas cada una. La comisión se había preocupado de que en cada mesa se incorporara una muchacha del grupo de patinaje artístico, invitado a participar en este evento. Esa había sido idea de Alicia Holm, y el comité no cesaba de felicitarla por su brillante idea.

Todo comenzó como se había planificado: los discursos de bienvenida tomaron menos de una hora, por lo que la cena comenzó a las 20 horas en punto. La que terminó justo cuando apareció la orquesta y todo el mundo aplaudió.

Julián y Pedro, junto a otros tres jugadores, se sentaron un poco retirados de la mesa en que estaban las autoridades, en la que Alicia estaba sentada, cosa que a Julián no le agradó mucho, ya que quedó apartada del rango de su visión. Peor aún, cuando comenzó el baile, tampoco podía pretender acercarse a ella, ya que por lógica, tenía que atender a las muchachas que estaban en su propia mesa, haciéndoles compañía.

La orquesta había comenzado a sonar y Julián sacó a bailar a una de las muchachas. Los minutos del baile transcurrían y Julián contestaba cortés, pero con monosílabos a la muchacha con la que estaba bailando, mientras vislumbraba a veces a Alicia, quien también lo miraba tentativamente cada vez que lograban divisarse.

El tiempo pasaba y Julián estaba sentado conversando, esperando que la orquesta cambiara la línea musical que llevaba, cuando vio que Alicia venía hacia su mesa con ese paso elástico tan particular de ella. La cara de Julián se iluminó, cosa que no pasó inadvertida por las muchachas que estaban en la mesa, que veían aparecer a esa altísima mujer rubia despampanante. Ellas, no pudieron dejar de admirar su vestido color rosa pálido, que cubría su cuello, dejando sus hombros al descubierto y que ceñía levemente sus pequeños pechos redondeados, aprisionando su estrecha cintura y sus caderas; todo ello haciendo que se destaran sus muslos firmes y sus curvadas pantorrillas. Cuando ella dio el último paso para acercarse, vieron cómo el vestido se pegaba a sus muslos en forma elástica; el plisado de la tela impedía que subiera más arriba de la altura de sus rodillas. En ese momento, Julián se levantó como un resorte, en el instante mismo en que la orquesta iniciaba un ritmo tropical que le era familiar. Alicia, sin decir palabra, le tomó de la mano y lo llevó a la pista. La muchacha que lo había acompañado hasta ese momento, no entendía nada.

Ese ritmo tropical muy novedoso que tocaba la orquesta, puede ser interpretado por las parejas de dos formas: Una, en la que simplemente el hombre toma a la mujer de la cintura y ambos mueven sus caderas siguiendo la melodía entrelazando las piernas sin tocarse y jugando sólo con distancia de ese acercamiento mutuo, semejando casi un vals o a un tango, pero con raíces africanas. Es lo que habían comenzado a hacer todas las parejas que salieron a bailar este particular ritmo. Sin embargo, Alicia, que había estado en Aruba en el año anterior con su marido, lo había aprendido de la manera que se bailaba en la región caribeña. Esto es, todo el baile es casi una imitación de una pareja haciendo el amor. El hombre apoya ambas manos atrás, en la línea en que comienzan las caderas de la mujer, mientras una de sus rodillas medio flexionada, se introduce levemente entre las piernas de su pareja, mientras ella, cruzando sus muñecas sobre el cuello de él, sigue el ritmo, ondulando su pelvis de atrás hacia adelante, fingiendo ofrecerla a su pareja, sin tocarlo.

Alicia colocó apoyó sus muñecas detrás de la nuca de Julián, sin un hola, con una sonrisa llena de promesas, mirándolo fijamente comenzó a realizar precisamente ese erótico movimiento. Pronto éste se acoplo a su ritmo y la siguió sin dificultad, ya que algo parecido le había tocado bailar cuando había estado en Brasil este año. Y comenzó a seguir el ritmo muy sensual que ella le imprimía a su cuerpo, con una fluidez como si siempre hubieran sido pareja. Ella, siempre manteniendo la ondulación de su pelvis hacia adelante y atrás, y otras veces moviendo sus caderas hacia los lados, flexionaba sus rodillas, para traspasar la línea de la pierna de él, como para recibirlo contra su vientre, acercamiento que nunca llegaba. El baile que ejecutaban, marcaba exactamente la idea de acoplamiento, y ambos se dejaron llevar, ella manteniendo siempre sus muñecas apoyadas en el cuello de él y él a su vez presionando sólo sus nudillos el hueco de su espalda, todo con una levedad y sensualidad tal, que no pasaba inadvertida a las parejas que bailaban a su lado. Como es habitual cuando una pareja en un baile ejecuta movimientos distintos del resto, los que lo rodean tienden a darles más espacio. Ellos, siguieron ejecutando sus movimientos marcadamente eróticos, sin percatarse que las parejas a su alrededor, habían comenzado a dejarles más y más espacio en la que ellos se movían, mirándolos fascinados. Los hombres especialmente, con la envidia de las mujeres, no podían despegar los ojos del cuerpo de Alicia, viendo cómo oscilaba su delicioso culo redondeado, mientras su pelvis se ofrecía a Julián, como si buscara y esperara su penetración, para después salir girando sus caderas hacia los lados, alejándose del cuerpo de él, sin tocarlo. Algunos incluso, habían detenido su propio baile para poder mirar mejor a la pareja que seguía en lo suyo, ignorando al resto completamente. Ella ondulaba sus caderas, buscaba el cuerpo de él y cuando estaba a punto de tocarlo, se giraba dando un paso hacia un lado, mientras Julián suavemente seguía presionando sus nudillos en ese recodo delicioso de su espalda, sintiendo el suave calor del cuerpo de Alicia en esa zona tan erógena de la mujer, mientras ella realizaba sus sensuales movimientos. A los pocos minutos, todos hacían un corro alrededor y fue el momento en que ambos se dieron cuenta y se sonrieron hasta el momento en que cesó la música. La gente les aplaudió y ella muy coqueta, hizo una reverencia versallesca, bajando y extendiendo una pierna hacia atrás, mientras les sonreía a todos. Julián la miró y también la aplaudió. Fue en ese momento, que se dio cuenta de la enorme tarea que tenía por delante para conquistar a esta hermosa mujer. Y juró que no escamotearía esfuerzos para lograrlo.

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