Esclavo Sexual - Capitulo 04

Toda la semana sufrí con la jaula de castidad alrededor mis partes privados. Cada vez yo oriné, me vestí, caminé, me desnudé, me senté, me recordó que la jaula estaba allí. No pude concentrar en mis clases o tarea, o conversar con mis amigos al colegio. Estaba deprimido, frustrado y tuve mucho miedo que alguien puede aprender sobre de mi situación.

Finalmente el sábado llegó. Fui a la casa de Juan y Luisa. Luisa respondí cuando toqué a la puerta y me ordené para ir al sótano. Cuando descendí la escalera vi Rosa, la travesti que había follado a mi el sábado pasado. También vi que cosas habían cambiados en el sótano. Estaban gabinetes como en una oficina de un médico, y una mesa para exámenes de ginecología. Rosa me dijo para quitarme la ropa y acostarme en la mesa. Luego me abrochó los cinturones y no pude mover desde la mesa.

Ella abrí un cajón y tomó un dildo largo de él. Tuvo una curva y un cable eléctrico. "Eso es para estimular la próstata." Aplicó lubricante al dildo y lo insertó en mi ano hasta tocó su objetivo. Sujetó el cable a un controlador que tuvo una batería. Un otro cable sujetó a la jaula, haciendo un circuito completo.

Encendió el controlador y mi cuerpo tembló con dolor y sí, placer. Puso una taza abajo mi pene en la jaula y llenó con mis jugos seminal que corrieron de mi. Cuando yo estaba vacío apagó el controlador y trajo la taza a mis labios. Abrió mi boca y me ordenó para beber.

Ella dijo, "Necesitamos una ayudante para el procedimiento próximo." Tomó su celular y hizo una llamada. "Señora Luisa, ¿puede venir al sótano y ayudarnos? Traiga la llave de la jaula, por favor."

Luisa vino con la llave. Desbloqueó la jaula y mi polla me traicionó y estaba erguido. "Parece que el paciente le gustan nuestros procedimientos" Rosa observó.

De un otro cajón Rosa quitó instrumentos quirúrgicos y los puso en una mesa pequeña con ruedos. Ellos eran como pajas de acero inoxidable de tamaños varios. Rosa se puso guantes quirúrgicos y miró a las pajas. "Debemos usar el tamaño correcto. Demasiada pequeña y podemos rasgar la uretra. Demasiado grande y causamos daños y dolor también." Decidió en una. "Esa es perfecto".

Tomó me pene en su mano izquierda. Aplicó lubricante a la cabeza de me pene, el hoyo de orina y la paja. Apretó la cabeza de mi polla, abriendo el hoyo y insertó la paja adentro de mí. Todo la paja resbaló adentro excepto el fin que tuvo un extremo redondo que lo impidió que fuera demasiado lejos adentro de mí. Luego, ella sujetó el cable al extremo.

Cuando la electricidad empezó fluyendo todo mi cuerpo tembló. La sensación entre mi culo y polla sintió como estaba orinando pero no liquido vino porque mis hoyos estuvieron cerrados con los aparatos. Rosa acarició mi cara y pecho mientras continuaron la tortura. La sudor fluyó de mi y gemí del dolor y placer. Después unos minutos Luisa apagó la electricidad y quitó los cables. Mi corazón estaba lateando rápidamente y yo estaba jadeando.

Luisa dijo, "Enfermera Rosa, no pienso este tratamiento es suficiente. Debemos examinar su ano y podemos ver si él necesita un procedimiento allí."

Ella quitó las guantes y puso en guantes limpios. Aplicó más lubricante en mi culo y insertó sus dedos en mi ano, uno a por uno hasta casi toda la mano estuvo adentro de mí. Sonrió y dijo,

"Me siento el problema. Él necesita un buen follando. Tráigame la máquina."

Había una otra mesa con ruedas que tenía una caja mecánico con un pistón. Al fin del pistón estaba un consolador largo y grueso. Rosa trajo la mesa cerca de mi culo, y quitó la estimulador de próstata de mí. Guió el consolador en mi ano y Luisa encendió la machina. El pistón empezó bombeando adentro y afuera de mi cavidad y ella aumentó la velocidad hasta estaba fóllandome furiosamente.

Mientras la machina estaba trabajando, Luisa estaba jugando con la paja en mi pene. La erección tuve creció más dura y sentí que yo iba a correr. Con un tirón, ella quitó la paja. Había un otro aparto que con iban a torturarme. Puso un tubo de plástico sobre mi pene. El tubo tuvo mangueras a una bomba. Cuando ella encendió la bomba el aire en el tubo fue succionado afuera y mi pene fue estirado hasta el límite. La cámara adentro del tubo se movió contra mi verga y corrí inmediatamente con un grande cantidad de leche. Pero porque del vacío adentro del tubo, mi pene no pudo relajar, y el movimiento continuó, haciéndome gritar con incomodidad. Rápidamente la erección regresó y corrí otra vez. La machina de ordeñadora chupó toda la leche había producido durante la semana de no masturbando hasta mis huevos estuvieron secos. Estaba follado y chupado por las machinas al punto de pensé fui a morir.

Después de una eternidad, Luisa dijo a Rosa para apagar las machinas. Yo lloré con alivio y agotamiento, pero mi prueba no estaba terminado. Removieron las machinas de mi cuerpo, y miré la grande polla de la travesti que había sido liberado de sus calzoncillos. Luisa asintió a ella para continuar, y la verga de Rosa substituyó por el consolador de la machina. Ella llenó el espacio vacío en mi culo y me folló duro sin parar. Creo que me desmayé pero cuando abrí mis ojos vi Rosa disparando su leche en mi estomago y pecho.

Luisa sonrió. "El paciente ha sobrevivido el procedimiento. ¡Buen trabajo Enfermera Rosa! Ponga la jaula en sus partes privadas, queremos que hace más leche y no malgastar ninguna con chicas o masturbando. Deberíamos esperar dos semanas para que produzca lo suficiente."

Abrieron los cinturones y estaba libre para irme. Yo estaba cansado, dolorido, y pegajoso. De nuevo la jaula empujó contra mi polla y no supe cómo pude vivar con eso durante dos semanas. Luisa leyó mi mente porque dijo,

"Si piensas en cortar la jaula y no regresar cuando te llamamos, piensa otra vez. Hemos grabado cada momento de tus servidumbre, y podemos compartir estos momentos tiernas con sus padres y compadres en cualquier momento."

Miré arriba y sin lugar un duda había una cámara grabando todo. Me vestí y me fui. Pude hacer nada más pero esperar por la llamada para regresar.