La mudanza de Amy y tia Carol

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Mi prima Amy y mi tia Carol necesitan ayuda con la mudanza.
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Mis tíos acababan de comprar su casa de verano en cerca de nuestra ciudad, ellos viven en los estados unidos, el tío es muy querido por mi mama, pues es su hermano menor, desde muy joven se había ido a estudiar a los estados unidos y se había casado allá. Mi tía, Carol, es americana, se ve mucho más joven de lo que es, rubia y de ojos claros, de cuerpo atlético y siempre vestida con ropa muy casual, un poco ligera de vez en cuando. Ellos solo tienen una hija, mi prima Amy. Ella es tres años mayor que yo, pero manteníamos una buena relación. Nuestra familia le tiene mucho cariño, pero no nos veíamos tan frecuentemente como quisiéramos.

Ahora que había adquirido su casa en la playa las cosas cambiarían. Mi prima estaba estudiando su primer año de la universidad, se quería especializar en nutrición, siempre ha sido atleta de alto rendimiento y en ese momento su pasión era el triatlón. Tenía dos meses para vacacionar una vez terminado su curso escolar y antes de que empezara el siguiente.

Mi tía estaba en el área docente pero era más bien administrativa, había ocupado puestos en como consejera y directora de primaria o secundaria, la ventaja con esos puestos era que podía tomarse las mismas vacaciones además que le permitía mucho tiempo libre y vacaciones con un sueldo moderado.

Mi tío por el contrario era adicto al trabajo, se la pasaba metido en el trabajo día y noche, estaba como encargado de la expansión de una empresa financiera y siempre estaba buscando nuevas opciones de inversión en bienes raíces o en negocios. Viajaba mucho y pasaba poco tiempo con la familia, pero tenía muy buenos ingresos.

En esa ocasión, mi tía y mi prima llegaron una semana antes que mi tío que se encontraba por Europa en un viaje de negocios, ella había adquirido una propiedad por medio de un amigo de mi tío. Era una casa muy sencilla con tres habitaciones justo frente al mar con una playa hermosa en la Riviera Maya. A pesar de lo sencilla que era la casa, les había costado una fortuna, pero era la forma en que mi tío podía compensar su ausencia según mi percepción. La casa estaba aproximadamente a cinco kilómetros del Puerto Morelos por una brecha bastante pedregosa.

Mi mama me pidió que las acompañara pues era su primer fin de semana con la casa y necesitaban a alguien que les ayudara tanto con la limpieza como con la mudanza. Mi tía había conseguido rentar una pick up un poco vieja, pero con un amplia cama para cargar todas las maletas, cajas y muebles que necesitábamos llevar desde la ciudad.

Decidí vestirme ligero, tanto por el calor como por la mudanza, unos shorts de futbol y una playera eran más que suficientes. Pero no fui el único con atuendo veraniego, mi tía Carol llevaba igual que yo un short pero de mezclilla muy ajustado y una blusa de algodón blanco sin mangas, muy holgado sobre un top rosa que se asomaba al menor de los movimientos. Mi prima Amy llevaba un vestido de tela muy delgada de algodón floreado y unos converse rojos sin agujetas, el vestido no tenia tirantes solo una tela arrugada con elástico que se ajustaba sobre sus pechos, más abajo la tela volaba al ritmo del viento.

Mi tía es una mujer muy guapa, sus rasgos son americanos muy delicados, tez blanca, ojos claros y nariz delgada; su cuerpo es aun más americano, torso ligeramente cuadrado y de pechos muy voluminosos, piernas muy atléticas, pantorrillas y muslos marcadas, nalgas redondas y grandes. Tal vez no caía dentro de los rangos de una súper modelo, pero nadie podía negar que era una mujer muy bella y muy sensual, pues dentro de su "inocente" apariencia era una mujer con pocos prejuicios en cuanto a la vestimenta.

Cargamos todo en la camioneta, mi tía se empina cada vez que se recoge una caja y mi mirada no se puede apartar de sus pechos voluminosos o de sus redondas nalgas que se asomaban en tan diminutos shorts. Mi prima poco se preocupo en ayudar.

Eran tantas cosas que se lleno la cama de la pick up por completo, todavía nos quedaban algunas cajas por lo que le comente a mi tía que yo las podía llevar sobre mis piernas.

-Esas cajas son muy pesadas -- dijo mi tía con su acento americano -- Mejor las ponemos en medio y Amy va sobre tus piernas.

Sin más comentarios nos subimos a la pick up, yo cargue la caja, que era bastante alta y la puse entre los dos asientos delanteros, me senté en el asiento de copiloto y mi prima se tuvo que sentar sobre mis piernas.

Los primeros kilómetros ella estaba sentada lateralmente sobre mis piernas, por ratos sentía que me entumía un poco y me acomodaba de manera diferente y ella me hacia la cortesía de levantarse un poco para que me pueda acomodar.

Justo cuando en uno de esos acomodos Amy se levantaba cuando la pick up paso por encima de un bache y dimos un gran brinco los dos y sus piernas se alinearon con las mías de tal manera que mi pene quedo colocado justo en medio de sus nalgas.

Amy con evidente incomodidad se levantó para volverse a acomodar y no estar sentada justo sobre mu paquete, cuando la pick up oscila bruscamente para entrar a una carretera rústica bastante deteriorada. En ese momento las piernas de mi prima se abren casi completamente debido a su desequilibrio y quedan colgadas sobre las mías.

Tanto movimiento dentro de la cabina hacia que las nalgas de Amy se frotaran fuertemente contra mi miembro, su alineación generaba un roce un poco más que ligero, mi mente ya empezaba a jugarme trucos para que no pudiera evitar que el tamaño y dureza de mi pene aumentaran poco a poco.

El movimiento seguía de manera constante y mi miembro igualmente iba creciendo, a tal grado que me era muy incomodo ya tener atorada mi erección en la entrepierna.

No sabía cómo zafarme de aquella situación, así que decidí esperar a que la pick up diera un gran salto para poder moverme y acomodar mi pene. De nuevo un gran bache sacudió la pick up, momento que aproveche para ajustar mi palo pero fue justo en ese momento que Amy se intento colocar más cómoda hacia atrás que hizo que se colocara exactamente debajo de su concha.

Mi miembro estaba totalmente erecto, mi short era tan holgado que le daba mucha libertada de movimiento, por su parte la delgada tela de la falda de Amy poco impedía que sintiera su rica conchita frotándose.

De pronto por encima de la alta caja de cartón mi tía Carol pregunto:

-Como están ustedes dos por allá? Quieren que tomemos un descanso en el siguiente poblado?

-Estamos bien mamá --contesto rápidamente mi prima Amy lo que me dejó completamente anonadado.

Entonces mi tía Carol me miró con ojos de duda, pero yo solo le conteste levantando los hombros, dando a entender que no importaba.

Mi palo estaba tieso como una macana, mi cabeza se frotaba con la concha de mi prima casi directamente, las telas poco a poco se iban acomodando, cuando de pronto sentí como Amy se inclinaba lentamente para cambiar las estaciones de radio y subir el volumen, pero más importante para acomodar sus labios vaginales sobre mi glande.

La alineación era exacta, sus piernas colgaban bien abiertas en el aire por encima de las mías y podía sentir como mi glande se incrustaba ligeramente por en medio de sus labios vaginales solo impedidos por las delgadas telas.

Después de sintonizar una canción de rock a mucho volumen las manos de Amy se fueron a posar justo sobre de mis rodillas y con un pequeño movimiento de caderas, arqueo su espalda y paro sus redondas nalgas para ofrecerme su cuerpo completamente.

El movimiento de la pick up ya no era lo único que sucedía entre nosotros dos, pues mis manos tomaron las delgadas caderas de Amy para llevarlas hacia adelante y hacia atrás para frotar con mayor lujuria nuestros sexos.

Podía sentir los jadeos de Amy camuflajedos por la ruidosa música y la alta caja de cartón que estaba entre nosotros. Mi excitación llegaba al límite de lo pensable. Nuestros cuerpos se frotaban frenéticamente frente a mi tía y ella ni siquiera lo notaba.

En movimiento magistral pase mi mano por debajo del vestido de Amy y acaricie el contorno de sus piernas hasta llegar por encima de sus panties. Mis dedos se deslizaron sobre la superficie de nylon y se contrajeron justo en medio de su raja para dejar su humedad impregnada en mis yemas. Sus manos se apretaron sobre mis rodillas, un fuerte respingo dejo totalmente rígido su cuerpo, sus piernas se enrollaron alrededor de las mías. Fui acariciando su húmeda rajita con movimientos cortos de mis dedos, podía sentir su piel completamente erizada por las caricias.

Sus movimientos eran cada vez más pronunciados, la carretera ya no nos daba tanto bamboleo pero ella parecía ya estarse moviéndose al rito de la canción mientras mis dedos se deslizaban a lo largo de su concha.

La lujuria ya se había apoderado por completo de mi, simplemente ya no estaba pensando. Ya no pensé más en la conductora de la pick up y simplemente me deje llevar. Tomé a Amy por la cintura y la levante de mis caderas, ella con la fuerza de sus piernas se mantuvo elevada mientras que yo corría sus panties por encima de sus muslos, su falda ya me llegaba a la cintura y con una mano saque de mis shorts mi erecto pene.

Al bajar sus caderas, Amy había logrado montar sus frondosos labios sobre mi erecto pene, de tal forma que me frotaba su clítoris a todo lo largo de mi ancho pene. La sensación era sumamente excitante, cada vez que su clítoris pasaba por encima de mi glande sus labios se abrían anchamente y casi podía sentir que mi verga se remojaba profundamente en su concha, pero luego regresaba con el mismo movimiento y me volvía a sentir fuera de ella.

Pronto la situación escaló demasiado rápido, en una sentada su concha se había introducido hasta casi la mitad de mi verga, poca resistencia había causado pues estaba totalmente húmeda.

Por los siguientes trescientos o cuatrocientos metros mi prima y yo nos desinhibimos completamente y cogimos como si no existiera nadie mas en el mundo.

Sentí mi verga ir y venir mil veces por toda la concha de Amy, entraba hasta tocar el fondo y luego salía casi por completo. En un par de ocasiones perdimos el rumbo pero las manos de Amy rápidamente me hacían encontrarlo.

Des pues lo inevitable se hizo presente, mis brazos abrazaron con firmeza las caderas de mi prima y una fuerte contracción me llevo a chorrearme por completo dentro de ella. Nuestros líquidos se habían combinado para hacer un verdadero desastre entre mi short y su vestido.

Por suerte ya solo estábamos a unos cuantos minutos de la casa de Puerto Morelos. Tanto mi prima como yo estábamos mucho más relajados.

Tan pronto llegamos cada quien se bajo del vehículo y agarro su propio rumbo. Mientras yo me iba hacia unos matorrales, Amy se llevaba la llave para entrar a la casa. Nos limpiamos como pudimos para evitar una situación incomoda, pero realmente no se prensentó.

Los tres ayudamos descargando la pick up en silencio. Yo bajaba las cajas y las maletas por delante de mi cuerpo para tapar los rastros del sexo, pero poco podía hacer Amy con las huellas de la mancha circular por detrás de sus nalgas.

Solo esperaba que mi tía no lo notara en aquel momento pues eso podía significar la diferencia entre un terrible verano de uno grandioso.

Spoiler Alert: Ha sido el mejor verano de mi vida!

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