Las Colegialas y Su Juguete Cap. 04

Historia Información
Un estudiante de secundaria es avergonzado por sus compañera.
1.4k palabras
4.75
1.9k
00

Parte 4 de la serie de 6 partes

Actualizado 06/10/2023
Creado 06/27/2020
Compartir este Historia

Tamaño de fuente

Tamaño de Fuente Predeterminado

Espaciado de fuentes

Espaciado de Fuente Predeterminado

Cara de fuente

Cara de Fuente Predeterminada

Tema de Lectura

Tema Predeterminado (Blanco)
Necesitas Iniciar sesión o Registrarse para que su personalización se guarde en su perfil de Literotica.
BETA PÚBLICA

Nota: Puede cambiar el tamaño de la fuente, el tipo de fuente y activar el modo oscuro haciendo clic en la pestaña del ícono "A" en el Cuadro de información de la historia.

Puede volver temporalmente a una experiencia Classic Literotica® durante nuestras pruebas Beta públicas en curso. Considere dejar comentarios sobre los problemas que experimenta o sugerir mejoras.

Haga clic aquí

Capítulo 4

Lo siguiente que supe fue que una preceptora anuncio que una profesora no iría ese día por lo que podíamos irnos a casa. Sin embargo, estaba seguro que mi cita en casa de Carolina no se iba a cancelar así que fui a mi casa a bañarme antes de dirigirme allí. En la ducha solo podía pensar en el culo de Fresia moviéndose frente a mí y en la suave sensación de mis labios contra sus nalgas. Termine lo que ante no había podido y mi semen se fue por la rendija junto al agua y el jabón.

Al llegar a la casa de Carolina esta me abrió la puerta vestida solo con una remera blanca en la que se podían ver sus pezones y una bombacha.

- Por fin putito. Te estábamos esperando, seguime.

Al darse vuelta la seguí hipnotizado por el movimiento de sus nalgas al caminar. La colaless que tenía parecía hundirse cada vez más entre los cachetes de su culo. Por supuesto mi pene no tardo en ponerse duro como nunca.

Llegamos a su habitación y me hizo pasar, sentadas en el piso estaban todas las chicas con atuendos similares al de caro. Mi mirada fue directamente hacia las increíbles tetas de Abi, sus pezones cafés se marcaban a través de su remera blanca. Sin embargo, note un poco tarde, la sonrisa maliciosa que tenía en su rostro.

Sentí como Caro me bajaba los pantalones con una gran velocidad, exponiendo mi pene erecto, e incluso antes de que pudiera reaccionar una fuerte patada en las pelotas me hizo caer al piso retorciéndome de dolor. Tirado, escuche las risas de las chicas mientras me sacaban toda la ropa, dejándome en una vulnerable posición de desnudez.

Todas se pararon mientras yo quede arrodillado en el piso mirando hacia arriba como un perrito asustado. Caro hablo.

- Guau putito, ni una patada en las pelotas puede sacarte esa erección patética. Se nota que te gustamos mucho.

- Me parece que te gustan mucho estas ¿o no? -- Dijo Abi mientras se agachaba y apretaba sus tetas frente a mi cara, tenía toda la razón por supuesto.

- Oh, definitivamente. Le encantamos ¿o no, putito? -- Siguió Milagro mientras se daba vuelta y levantaba su larga remera para dejarme ver la tanga celeste que le cubría (bastante poco) el culo.

Caro se acercó y me tomo por la barbilla para que la mirara directamente a los ojos.

- Seguro te querés tocar ahora mismo ¿no? Querés agarrarte la pija y pajearte como nunca. No te culpo, y te vamos a dejar hacerlo.

No podía creer lo que escuchaba, obviamente era muy humillante masturbarse frente a todas esas chicas, pero de todas formas ya lo había hecho y probablemente nunca tendría otra oportunidad de verlas semidesnudas como estaban ahora mismo. Esto era el sueño de un joven calenturiento como yo.

- Pero... vas a tener que acceder a hacer algo para que te lo permitamos. No es que tengas muchas opciones de todas formas. Si decís que no podemos forzarte a hacerlo por la fuerza. Pero nos gustaría ahorrarnos el esfuerzo, además, es mucho más patético cuando hacer cosas degradantes por tu propia voluntad. Y mucho más divertido también. Así que ¿Qué decidís?

Como dije ya estaba demasiado caliente como para rechazar una oportunidad de masturbarme, además lo que Caro había dicho era cierto, podían forzarme a hacer cualquier cosa que quisieran y probablemente iba a ser peor si me negaba. Finalmente asentí con la cabeza.

Caro sonrió y me dio unas palmaditas en las mejillas.

- Muy bien putito, eso es lo que quería escuchar. Paula dale su ropita nueva.

Paula se acercó sosteniendo algo detrás de su espalda con una gran sonrisa en su rostro. Todas las chicas miraban atentamente a punto de reírse u ocultando su boca con la mano. No me imaginaba que podía tener en sus manos. Finalmente, cuando ya estaba cerca de mi trajo sus manos al frente rápidamente y pude ver o que sostenía a la vez que escuchaba las risas estruendosas de todas las chicas. En sus manos había una bombacha rosa de encaje, ya me imaginaba por donde venía el asunto.

- Así es putito, si querés masturbarte vas a tener usar esa tanguita rosa. La verdad dudo de que sea la primera vez que hayas usado una bombacha. Sos tan pervertido que probablemente hayas robado unas tanguitas para olerlas ¿o no? Hasta la Fresia ya nos contó como intentaste pajearte en frente de ella, pero vimos cómo te dio tu merecido jajaja. Que bueno que sacó fotos. - Todas las chicas se ríen.

- Pero así no paso... ella me obligo...- le respondo.

- Jajaja sí claro, a quien le importa putito. Lo único que sé es que hay fotos de vos desnudo lamiéndole los pies a la Fresia y nosotros tenemos nuestro propio video. Así que te vas a poner la tanguita quieras o no.

Paula tira la bombacha a mi cara y yo la tomo entre mis manos, luego de pensarlo unos segundos decido ponérmela. Mientras acomodo mi pene dentro las chicas se ríen a carcajadas.

- Pero mira que bien te queda putito, jajaja, si tu pitito apenas se nota. Capaz deberías empezar a usar tanguitas todos los días. Por los menos así das risa y no lastima.

Tenía razón, mi pitito apenas se notaba en la rosada tanga, pero se sentía muy bien en el suave material, aunque la parte trasera se me metía en el culo.

Encamino mi mano para empezar a pajearme, pero una patada en los huevos me detiene. Me sostengo las pelotas con dolor mientras Caro habla.

- No tan rápido putito, no solamente tenés que usar la tanguita, también vas a tener que lamerme los pies mientras te pajeas.

Las chicas se ríen ante mi reacción, solamente puedo tartamudear unas palabras.

- ¿Qué?

- Jajaja, ya me escuchaste, tampoco finjas que te molesta tanto ¿Qué tan humillante puede ser lamer un pie después de que ya te vimos con una tanga puesta?

Tiene razón por supuesto, supongo que ya debería rendirme y aceptar que mi dignidad no volverá jamás. Caro parece tomar mi silencio como una aceptación y posa su pie sobre mi pecho para luego empujarme fuertemente hacia atrás, al caer mi pene erecto da unos simpáticos rebotes. Caro se acerca y pone su pie en mi boca para luego ordenarme que me masturbe, lo que empiezo a hacer de inmediato. Mili viene por el otro costado con su celular y enfoca mi cara, luego a Caro que sonríe ante la cámara y finalmente mi pene siendo agitado violentamente por mi propia mano. Seguro las risas pueden escucharse de fondo en la grabación, solo espero que ese video no salga de este pequeño círculo de mujeres crueles y dominantes.

- Esto está tardando mucho putito, rápido que tenemos otras cosas pensadas para vos esta noche. -- Dice Abi mientras pisa mi pene expulsando a mi mano para luego empezar a pajearme con su pie.

- Parece que necesita un empujoncito, jajaja. -- Dice Milagros para luego poner su pie sobre mi pezón, prácticamente al mismo tiempo que Abi acelera el paso.

El roce sobre mi pezón es demasiado excitante y eyaculo una gran cantidad sobre mi propio vientre, aunque un poco queda sobre el pie de Abi.

- Iuuuu, mira lo que hiciste asqueroso. Ahora vas a tener que limpiar esto. -- Dice Abi sorprendida y asqueada, aunque pronto su reacción cambia a diversión cuando empieza a juntar el semen de mi panza con su pie y luego lo acerca a mi cara.

Mili acerca su celular a mi rostro y se ríe de mi expresión preocupada.

- Ya escuchaste a Abi putito, limpia el enchastre que hiciste. - Dice Caro.

- Sí, dale putito. Necesitamos tenerlo en cámara para que todos nos crean.

Abro mi boca para intentar reclamar algo, pero Abigail no desperdicia ni un segundo y mete su pie en mi boca, trayendo una ronda de risas entre todas las chicas.

- Bien, así boludito. Lame bien mi pie, que no quede ni una gota.

Obedezco mientras hago algunas miradas desesperadas a la cámara, otra humillación más que quedara registrada para la posteridad. Parece que no hay manera de que pueda escapar a esta vida de vergüenzas a manos de chicas hermosas. Saboreo forzosamente todo el semen desparramado en el pie, en la planta, entre los dedos. Y trago con un coro de risas animándome.

Por favor califica esto historia
El autor agradecería tus comentarios.
  • COMENTARIOS
Anonymous
Our Comments Policy is available in the Lit FAQ
Postear como:
Comparte esta Historia

LEER MÁS DE ESTA SERIE

SIMILARES Historias

Sprout Ch. 01 A short guy is tormented by his roommate’s tall girlfriend.
Slave History A sissy slave describes her past.
The Town Sissy Pt. 01 Rory finds herself at the mercy of the law in Great Oaks.
Training the Sissy Pt. 01 A young male is trained as a sissy by the gym receptionist.
A Big Surprise! A weekend get away to share kinky truths and a big surprise.
Más Historias