Las Colegialas y Su Juguete Cap. 06

Historia Información
Un estudiante de secundaria es avergonzado por sus compañera.
1.1k palabras
4.75
2.5k
00

Parte 6 de la serie de 6 partes

Actualizado 06/10/2023
Creado 06/27/2020
Compartir este Historia

Tamaño de fuente

Tamaño de Fuente Predeterminado

Espaciado de fuentes

Espaciado de Fuente Predeterminado

Cara de fuente

Cara de Fuente Predeterminada

Tema de Lectura

Tema Predeterminado (Blanco)
Necesitas Iniciar sesión o Registrarse para que su personalización se guarde en su perfil de Literotica.
BETA PÚBLICA

Nota: Puede cambiar el tamaño de la fuente, el tipo de fuente y activar el modo oscuro haciendo clic en la pestaña del ícono "A" en el Cuadro de información de la historia.

Puede volver temporalmente a una experiencia Classic Literotica® durante nuestras pruebas Beta públicas en curso. Considere dejar comentarios sobre los problemas que experimenta o sugerir mejoras.

Haga clic aquí

Capítulo 6

Después de ese doloroso y humillante espectáculo ya no me sentía con ganas ni siquiera de masturbarme, y mucho menos de soportar las miradas de las chicas.

Terminé mis quehaceres y me dispuse a acostarme para dormir y tal vez así poder poner atrás ese día tan embarazoso de mi vida. Me dirigí a la habitación de Caro para preguntar si podía irme, no me atrevía a hacerlo simplemente pues temía a las represalias, no quería seguir dando motivos para que me castigaran. Me encontré con la puerta cerrada y un cartel que decía: "Ya nos fuimos a dormir, putito. Obviamente no podemos dormir junto a un pervertido así que te dejamos una manta para que vayas al sofá. Trata de no mancharla de semen". En el piso efectivamente había una manta. Era rosa y muy femenina con dibujos de Hello Kitty por todas partes. Ni siquiera podía huir de la humillación mientras dormía. Iba a tener que acostarme con un vestido y una manta rosa, que espectáculo tan ridículo.

Antes de acostarme decidí sacarme toda la ropa, incluyendo la bombacha, pero aun así usé la manta para taparme. El sofá era más grande y cómodo de lo que pensaba, sin embargo, no lograba dormirme. Temía que todos esos videos que habían grabado salieran a la luz y que las chicas contaran todo lo sucedido esta noche. No era muy popular así que no tenía una reputación que arruinar, pero tampoco quería volverme un chiste de internet y que todos en la escuela vieran mis vergüenzas.

Perdido en mis pensamientos no escuche los pasos que se acercaban. De pronto escuche la voz de Caro en mi oreja a la vez que sus manos se apoyaban en mi pecho.

-¿Qué pasa putito? ¿No podés dormir?

Sus manos empezaron a acariciar mis pezones y la excitación se apodero de mi cuerpo.

-Que bien te ves durmiendo con esa manta de Hello Kitty, jajaja. La verdad te siente muy bien. Quería que tuviéramos un momento a solas ahora que todas están durmiendo. Verte todo el día totalmente entregado a todos mis deseos me excitó mucho. Quién diría que algún día ibas a poder lograr excitar a alguien putito, mucho menos una chica como yo.

La sensual voz de Caro y sus manos sobre mis pezones me habían dado una erección como ya acostumbraba. Parecía que mi pene no tenía memoria de todas las humillaciones que esta chica nos hacía pasar. Mi pelvis empezó a moverse de abajo hacia arriba instintivamente, tratando de penetrar esa vagina que solo existía en mi imaginación, para así liberar toda esa leche acumulada en años de frustración sexual. Moví mi mano para masturbarme, pero Caro la sujeto con fuerza mientras con la otra seguía estimulando mi pezón.

-No tan rápido putito, ya sabes que cada vez que te hagas una paja yo tengo que recibir algo. Tu pija ya no te pertenece, sino a mí. Te pajeas cuando yo diga, como te diga y donde te diga. Uf, esto me está poniendo caliente. Repetí lo que te dije, repeti y voy a dejar que te pajees.

-Agh, mi pija te perteneces

-¿Y qué más?

-Me pajeo solo cuando tú digas

-¿Y quién es tu dueña?

Caro empezó a apretar mi pezón con fuerza.

-Ahhh ¡Tú! ¡Tú eres mi dueña!

-Oh sí, así me gusta putito

Rápidamente Caro levantó su pierna y se sentó en mi cara, estaba completamente desnuda, no lo había notado antes. Dejo ir mi mano.

-Oh sí putito, pajeate, pajeate y chúpame la concha, que es lo único para lo que servís.

Esto era alguna clase de sueño cumplido, con mi lengua cumpliendo una importante tarea y mi cerebro totalmente centrado en cumplir mi objetivo de saborear ese dulce manjar que se me había presentado solo pude responder con unos gemidos ahogados. Los gemidos ahogados de Caro solo traían inimaginable excitación a mi cuerpo, solo acostumbrado a pajearse con imágenes mentales y que nunca había imaginado estar alguna vez en esta situación.

Mientras tomaba uno de sus pechos con su mano, Caro estiro la otra para agarrar mis pelotas y atraparlas en un fuerte agarre que me hizo temblar.

-Jajaja, bien putito, como te gusta cuando te agarro las pelotas. Ay sí, como me pone hacerte daño. Como me gusta tratarte como mi putita.

Entre palabras Caro no soportaba no lanzar un gemido o gritito de placer. Mi lengua estaba haciendo el menor esfuerzo la verdad, la verdadera excitación le llegaba de saber que podía controlarme como le plazca. En ese estado estaba mostrando sus verdaderos sentimientos, alguien como yo jamás estaría cerca de ese cuerpo si no era para divertirla con mis humillaciones, para entretenerla con mis patéticas actuaciones o para servirla como un esclavo bien entrenado. Le excitaba saber que si eyaculaba era solo porque ella lo había permitido. Y por, sobre todo, le traía inmenso placer saber que había alguien tan patético en el mundo como para dejarse tratar de tal forma con el solo fin de poder estar cerca de una mujer como ella. El sentimiento de poder que esta adolescente de secundaria tenia debía de ser impresionante.

-Ah, así putito, seguí chupando, sí ahí

A medida que se acercaba al orgasmo me apretaba más los testículos con su mano.

-Esta es tu nueva vida putita. Vas a ser mi sirvienta, mi esclava, mi perrita. Vas a limpiar el desorden que haga con mis amigas, te vas a vestir con vestidos ridículos, vamos a denigrarte y a quitarte cualquier rastro de hombría que pudieras tener. Cuando no tenga ganas de chupar la pija de mi novio voy a obligarte a hacerlo y cuando necesite tirar un condón voy tirar la lechita que tenga en tu boca, solo para recordarte que sos una perra, una puta, mi esclava y que puedo hacer lo que quiera con vos. ¿Entendiste?

Quisiera haberle respondido afirmativamente. Que sería su esclavo eternamente si eso me permitía estar cerca de ella y sus amigas, que me arrodillaría ante ella y besaría sus pies y haría todo lo que me ordenara, quisiera, pero el clímax había llegado y con una serie de gemidos Caro acabó en mi boca. Finalmente soltó mis pelotas y se levantó. Sorpresivamente yo no había acabado aún.

-Basta putito. Hoy ya disfrutaste demasiado.

-Pero...

-Sin peros, ya me escuchaste. Ni se te ocurra pajearte cuando me vaya, voy a saberlo. Espero que duermas bien, porque mañana va a ser mejor que hoy.

Sin darme más información se alejó riendo. Ni siquiera me atreví a acercar mi mano a mi pene. Volví a taparme. Pensé en la patética imagen de alguien cubriéndose con una frazada de Hello Kitty, ocultando una erección, solo porque una chica se lo ordenó, mientras muchas más adolescentes sexualmente activas y hormonadas que jamás tocaría dormían arriba. Supongo que esa era mi vida ahora.

FIN

Por favor califica esto historia
El autor agradecería tus comentarios.
  • COMENTARIOS
Anonymous
Our Comments Policy is available in the Lit FAQ
Postear como:
Comparte esta Historia

LEER MÁS DE ESTA SERIE

SIMILARES Historias

Sissy Gets the Cane Punishment and lingerie give him a stiffy.
The Dark Side A strict Ebony Domme breaks the will of an arrogant whiteboi.
Temp Training Prison didn't turn him into a bitch. But SHE did.
Black Femdom for Black Sissies Black dominatrix discovers Black hubby's secret.
I Live to Please My Mistress A slave is the entertainment for his demanding Mistress.
Más Historias