Lo Que Pro...Metes

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Nunca pensé que me gustaría tanto ver a mi novio con otra.
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Parte 37 de la serie de 46 partes

Actualizado 09/07/2023
Creado 08/08/2023
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Un sábado que andábamos cortos de dinero, estábamos en la casa de mi novio arrunchados, haciendo pereza y "viendo" Netflix. A eso de las 11 de la noche, sonó el timbre y a los dos nos extrañó.

- ¿Pediste domicilio?

- No

- ¿Quién sera entonces?

- NPI

Él se levantó a abrir la puerta y yo por cogerme el chisme me senté en el mueble al lado de la puerta. Miró por el ojo mágico y la cara de sorpresa fue rarísima. Abrió la puerta con prisa.

- ¿Lizzete? ¿Qué haces vos acá?

- Vengo a que me cumplas la promesa --respondió claramente alcoholizada--

- ¿Promesa? ¿Qué promesa?

- Usted me prometió, me prometió y prometió que terminábamos pero que íbamos a ser amantes para toda la vida

A él se le notó el susto al escuchar que ella le estaba pidiendo semejantes cosas en mi presencia.

La mujer por poco se cae y a Juan le tocó tomarla por la cintura para que no se fuera a ir de espaldas contra el suelo.

- Siempre me encantó tu olor

Le empezó a besar el cuello y le mandó la mano al miembro. Yo nunca he sido celosa y hasta me daba risa ver lo embalado que estaba él tratando de lidiar con esa mujer borracha, sin embargo, traté de mantenerme seria.

- Ey ey Lizz, acá esta mi novia

- No me importa HP, no me importa, igual todos ustedes son unos perros HPs y les encanta montar cachos, malparidos todos

Ahora tenía sentido la borrachera y el despecho, seguro descubrió a su pareja mal parqueado.

- Amor, éntrala mejor --le dije siendo un poco condescendiente-- que no demoran en salir tus vecinas chismosas

Ella no estaba en condiciones de caminar, así que la cargo pasando sus manos detrás de su cintura y camino por la sala con ella tratando de besarla hasta que la pudo descargar en el mueble largo.

- Mucho gusto, Lizzete --dijo con desgano--

- El gusto es mío, Diana

Me cambié de puesto para ayudarla a que no se fuera a caer y para que mi novio pudiera guardar distancia de ella.

- Por favor prepárale un café --le pedí a mi novio--

- No, más bien destapen otra botella, ¡bebamos hasta el amanecer HP!

Juan Felipe se fue a la cocina colocó a calentar la cafetera y al rato volvió con una taza de café y algunos fritos que nos habían quedado de la comida.

- Un poco de grasa no le caería mal

- No ustedes me quieren bajar la borrachera, ni por el putas --se le cerraban los ojos y se iba de lado--

- Ey ey mujer --le di unas palmaditas para tratar de despertarla-- aquí, aquí --tronaba mis dedos--

Mi novio le colocó un trozo de chorizo en la boca y empezó a hacer arcadas como si se fuera a vomitar. Alcanzó a correr al baño, quitarle la bolsa a la papelera del baño y poner el bote delante justo en el momento que empezó a vomitar.

- Nos va tocar llevarla a urgencias --le dije--

- Na fresca, ella siempre fue malísima para beber, apenas vomita se compone

Le sostuve el cabello para que no se fuera a ensuciar y cuando terminó Juan se encargó de botar por el sanitario los desechos.

- Parce, ahora me va tocar llamar el esposo pa' que la recoja y ese man me odia

- ¡Noooo! Noooo vas a llamar ese HP --le gritó--

Trató de levantarse para quitarle el teléfono de las manos, pero estaba demasiado mareada y por poco se cae del mueble. Entre los dos la tuvimos que sostener para regresarla a su puesto.

- Ya, ya está bien --se guardó el teléfono--

- Yo no necesito a ese HP, lo que necesito es una buena dosis de verga

No pude evitar estallar de risa por la cara de asombro de mi novio.

- Oíste Lizzete respeta a mi novia ome, no ves que la tenes al frente

- Ella entiende, yo sé, porque todas sabemos lo que se siente que le monten a uno los cachos y tener que buscar la reserva pa desquitarse

- Yo sí sé --le respondí-- pero también sé que el sexo por venganza es un error, más si estas borrachas y no sabes lo que haces

- ¿Un error? error, fue casarme con ese imbécil que tenía otra hace años

La nena me abrazó se soltó a llorar en mi hombro. Traté de sobarle la espalda para tratar de calmarla, lo que necesitaba era desahogarse.

Le hice señas a mi novio para que se fuera y mejor nos dejara solas. Este era un tema de mujeres y el como hombre y ex, no tenía nada que aportar.

Logré calmarla, me acosté con ella en el mueble hasta que por fin se quedó dormida. Fui a la habitación por una almohada, una cobija y la dejamos acostada de lado con la papelera del baño en el suelo por si le daban ganas de vomitar.

---

Nos fuimos a la habitación y nos acostamos, con la cara de preocupación que no se le borraba a mi novio.

- Parce que pena con vos

- Na fresco que ella está muy borracha y yo entiendo

- Gracias mi vida --me dio un abrazo y un beso en la boca--

Me le quedé mirando a los ojos y me acomodé de lado para poder hablar.

- ¿Cómo es eso de la promesa?

- No parce, cuál promesa, esas son bobadas de adolescente

- Contame

- Nada Diana, que cuando terminamos nos prometimos que íbamos a ser amantes para toda la vida, sin importar si estábamos con alguien más, si alguna vez queríamos trines, pues llamar y listo, lo hacíamos sin excusas

- Quedaron en automático ¿pues?

- Algo así, pero nunca pasó. Cada quien, por su lado, además se suponía que ella estaba feliz en su vida de casada

- Hasta hoy

- Bueno si, hasta hoy, pero parce está loca ¿cómo se me va aparecer así de la nada con vos acá?

- Ah ¿ósea que si hubieras estado solo...

- No, no, no, pues como mi amor, no quise decir eso. Ella es parte del pasado y vos sos mi presente y mi futuro

Lo apreté con fuerza y le estampé un beso con mucha energía y alegría.

- Vea pues, solo faltaba una ex-loca pa que me pidiera matrimonio

- ¿Matrimonio? ¿Que? Ey nooo...

Lo volví a callar con un beso y el trataba de quitarse para decirme que no.

- Diana quise decir...

- Ya bobo, lo estoy molestando

- Pendeja

Me cogió a cosquillas y sabe que las odio. Le pegué en las manos y hasta patadas le di para quitármelo de encima.

- Pero sabes que, yo entiendo porque te buscó

- ¿Por qué? --pregunto extrañado--

- Si te la comías tan rico como me comes a mi --me rei con picardía-- yo volvería ¿así eras con ella?

- Ah no amor, no me preguntes esas cosas

- Es que pa' prometer ser amantes para toda la vida tenía que ser que al menos en esa parte si se entendían y muy bien

- Los dos perdimos la virginidad juntos y nos acostumbramos el uno al otro, lo que estábamos era encoñados

- ¿Por qué terminaron entonces?

- No amor diferencias de la vida

- ¿Como cuáles?

- Como que ella se quería casar rápido, tener una familia, hijos, ir a la iglesia y esas vainas que le meten en la cabeza a la gente

- ¿Osea que vos no te pansas casar nunca?

- No, yo no tengo raye con eso, pero no lo voy a hacer porque me lo imponga la sociedad, sino porque de verdad sienta que sea la persona correcta

- ¿Y cómo es esa persona?

- Ah Diana no, cambiemos de tema

- ¿Por qué? ¿te sentís presionado?

- Si, pero, no es difícil. Es una combinación de amor con razón ¿me hago entender?

- La verdad --hice una pausa-- No

- Pues parchados, pero no como enjaulados, viviendo bueno

- Ah ya, ósea que quieres novia eterna y si no vive con vos mejor

- No, si ve, por eso no me gusta hablar del tema

- No relax, que no te estoy atacando, solo quiero deber que piensas

- No es novia eterna, sino que no me quiero ver como mi mamá y mi papá que ya no se quieren, pero viven juntos, o como todas las parejas después de años que se montan los cachos y lo saben, pero siguen juntos por la costumbre o por los hijos. Yo quiero es una relación parchada, que seamos amigos, novios, amantes pero que no nos prohibamos vivir

- ¿Una relación abierta?

- Yo no sé si abierta, es que como te digo yo no he pensado del todo ese tema y no se --se rascó la cabeza-- es complejo

- No le veo nada de complejo, yo tampoco quiero terminar como Lizzete enamorada pero decepcionada por unos cachos. Es que una cosa es el amor y otra el sexo

- Ahora si no te entendí un carajo

- Yo te amo, eso seguro, pero no creo en la fidelidad total, el instinto del ser humano nos domina

- ¿Cavernícolas pues?

- Si actuara como cavernícola le habría dado un garrotazo y la tiraba por las escalas

- Eso habría sido menos peligroso que esta conversación

Me senté en la cama cruzando las piernas y lo tomé de las manos.

- Vos no sos celoso y yo tampoco ¿o sí?

- No, afortunadamente

- Me gustaría probar algo

- Ombe Diana, mejor dejamos esta conversación así

- No, hablemos esto de una vez. ¿Sabes qué? hasta agradezco que ella apareció y paso todo esto, porque nos dio pie para hablar cosas que tal vez no nos atrevimos antes

- ¿Qué es lo que quieres probar?

- Deberías cumplirle la promesa

- ¿Que? --se levantó de la cama y se sentó frente a mi-- ahora si te enloqueciste

- No, en serio, quiero saber que siento y si sería capaz, eso sí, yo también quiero lo mismo

- ¿A qué te refieres con eso?

- Que yo te veo cómo te la comes, pero vos también me vas a ver a mi

- ¿Ver?

- Si ver, quiero ver cómo te la comes

- Parce ¿me estás hablando en serio?

- Si en serio --le respondí seria-- bueno, pues faltaría que ella acepté

- Diana --se quedó pensativo-- parce yo no sería capaz de verte con uno de tus ex, menos con David, lo mato

- Yo no quiero estar con ninguno de mis ex, no me interesa

- Entonces si no es con uno de tus ex ¿con quién sería?

- No tengo ni idea, pero así como yo apruebo que lo hagas con Lizzete, tu aprobarías la otra persona

- Uy Diana, no sé ni que decirte

- Juancho a ninguno de los dos nos han funcionado las relaciones tradicionales, probar algo nuevo no es tan descabellado

- Si tienes razón, está bien intentémoslo

- pero eso si ¿prometes que tú también me dejas a mi probar?

- Si, te lo prometo

Me le encaramé de un abrazo y le di un delicioso beso.

- Cuidado con lo que prometes, que eso te persigue para toda la vida --me reí con picardía--

- Si eso veo, hasta se quedan a dormir borrachas en tu casa

Me besó agarrándome las nalgas con ganas de otra cosa. Su miembro se endureció y me miró com hambre.

- No señorito, a guardar energías pa ella que seguro va querer repetir y quiero que la atiendas bien

- Mujer, en serio ¡estas loca!

- Y así me quieres

- Una mamadita y ya, no me dejes así --mostrando el gran morro de su erección--

- No le voy a hacer nada, antes mejor que quede con ganas pa' que se la coma bien rico

- Si, confirmado, estas re-loca

Nos reímos con complicidad, nos acostamos a dormir con él abrazándome por la espalda en cucharita con su erección entre mis nalgas y su mano en mi pecho.

- Te amo mamacita, hasta mañana

- Te amo mi amor

El cayó dormido en segundos y aunque había sido yo la que había propuesto hacerlo, no dejaba de darme vueltas en la cabeza un montón de preguntas buenas y malas, finalmente el cansancio me pudo y caí dormida.

---

El despertador sonó a las 8 de la mañana y desperté a Juanfe para que se metiera a bañar y se arreglar para quedar bien guapo.

Ella seguía dormida, así que tratamos de preparar el desayuno sin hacer mucho ruido y un buen caldito levantamuertos para ella.

De vez en cuando le daba una ojeada a ver si seguía dormida. Hasta que me di cuenta de que ya estaba despierta, pero se escondía detrás de la cobija simulando tener los ojos cerrados.

Servi medio vaso de agua, le preparé una sal efervescente y me acerqué hasta el mueble.

- Buenos días Lizz ¿cómo te sientes?

- Buenos días, como la mierda

- Tomate esto, ya casi está el desayuno

- No que pena, yo creo que es mejor que me vaya, de verdad que pena con vos todo lo que pasó anoche

- No, de acá no te vas hasta que no sepa que vas a estar bien

Le eché llave a la puerta y guardé las llaves en mi bolso.

- En el baño hay una toalla limpia y te saqué un cepillo de dientes, una ducha te va a hacer sentir mejor

Juanfe trataba de disimular sus nervios, pero yo lo conozco demasiado como para no darme cuenta de que estaba ansioso por no saber qué iba a pasar.

Servimos los platos en la barra americana, no tenemos mesa y ella salió con la misma ropa con el cabello enrollado en la toalla.

- Buenos días Juan --dijo sin mirarlo a los ojos--

- Buenos días Lizz, siéntate porfa antes de que se enfrié

Todos nos acomodamos en las sillas altas en un silencio casi sepulcral. Nadie se animaba a decir o preguntar nada.

- ¿Estas mejor? --le pregunté--

- Si gracias, pero esta que se me explota la cabeza ¿tienen aspirina?

Juan se levantó de la mesa, sirvió un vaso de agua fría con unas gotas de limón y trajo las aspirinas del botiquín en el baño.

- Con limón

- Tan bello, te acordaste

Los miré extrañada porque no entendía de lo que hablaban.

- No le gusta el sabor del agua, toca saborizarla con algo

- Ah ya, ok

Sacó un par de pastillas del tarro y las metió lo más atrás que pudo de su lengua, creo que se tomó toda el agua a tragos largos para no tener que hablar más.

Todos nos quedamos en silencio mientras comíamos el desayuno. Cuando recogía los platos decidí arrancar la bandita de la herida de una vez.

- ¿Ahora que no estas borrachas todavía te queres comer a mi novio?

- Ay no, que oso --se tapó colocando su mano sobre las cejas-- de verdad que pena con ustedes

- ¿Pena? ¿por qué si a mí me gusta compartir?

Levantó su mirada, frunciendo el ceño con una interrogante marcada en las facciones de su rostro.

- Todos somos débiles mujer, prefiero que nos tengamos la confianza de decir a quien nos queremos comer y no --carraspeé-- bueno vos me entendés

- HP ni me hagas acordar que me da tanta rabia, maldito idiota --refiriéndose a su esposo--

- En serio, ahora que estas lucida, si ustedes dos quieren follar y queres desfogar todo eso que sentís, adelante

Me levanté de la silla para no quedar en medio de ellos y con mis manos la invité a pasar libremente.

- De verdad ¿ustedes dos no tiene problema con eso? ¿no les dan celos o algo así?

- La verdad, es que sería la primera vez que lo haríamos --contestó mi novio--

- No gracias, ahora quedo peor entusada y cascada

Nos reímos los tres y a mí me pareció un buen síntoma, íbamos por buen camino rompiendo el hielo.

- Nosotros no somos celosos --le conteste--

- Si, yo sé, cómo es él --dijo irónicamente-- me echaban los perros de frente y no decía ni mu

- Saben lo que pienso --dijo mi novio colocándose a la defensiva-- yo no...

- No obligo a nadie a quedarse donde no quiere --respondimos las dos en coro y nos volvimos a reír--

Esa era una típica frase de él que no se cansaba de repetir. Aun sabiendo que gracias a esa frase es que la había perdido a ella.

- Exacto chicas, la libertad es la que decide donde estar, no una cadena imaginaria

- Osea que, si ella te dice que se quiere comer a un man, vos le decís que si

- Si, eso fue lo que acordamos anoche

- ¿Anoche? --regresó el interrogante a su cara--

- Lizz, ¿te puedo llamar Lizz? ¿cierto? --le dije con amabilidad---

Moviendo su cabeza de forma afirmativa.

- Lizz, todo se dio por lo que querías hacer ayer y yo fue la que saqué el tema, le dije que si te lo prometió te lo debe cumplir

- ¿Y vos estás de acuerdo?

- Una vez más, YO fui la que le dije que debe cumplir sus promesas. Además, por algo viniste a buscarlo a él y no a otro, así que adelante es todo tuyo... bueno, solo por hoy

- ¿Y vos te vas a quedar o te vas a ir?

- Aca me quedó, pero solo seré un espectador y no te tienes que preocupar por mi

Se empezó a reír a carcajadas y se sostenía el estómago. Nosotros dos nos mirábamos sin entender.

- Nos cuentas el chiste a todos Lizzete --dijo mi novio con tono amargado--

- Por un momento pensé que este man todavía seguía con la idea incansable del trio

- ¿Trio? no yo soy hetero --le respondí--

- Cuéntele --contestó mi novio amargado--

- Un 28 de diciembre en una finca con mi familia, con una prima nos lo llevamos pal monte y nos dimos unos besitos, lo hicimos empelotar

- ... y después las HP's me dijeron feliz día de los inocentes y salieron corriendo con mi ropa

Me acerqué a ella, levantando la mano para que la chocara y nos partimos de la risa.

- Después de eso me molestó con que, si había sido capaz de darle besos a mi prima para una broma, era porque quería probar y me molesto por meses con que hiciéramos un trio

- ¿En serio Juanfer?

- Si, yo que culpa, rico si se veían, no lo voy a negar

- En fin, no te hagas ilusiones conmigo --le respondí--

- Yo sé

- Pero si quieres estar con Lizz y su prima no tengo problema, si quieren la llaman

De nuevo levantamos la mano para chocarla y secarnos de risa, hasta me hice su lado para abrazarla y quedar viéndolo.

- ¿Qué dices Lizz? dicen que un clavo saca otro clavo

- Y que clavo tiene este pendejo

Volteamos a mirarnos y las dos afirmamos dibujando una leve sonrisa. Ella estaba totalmente en lo cierto, si algo me gustaba de él era la vigorosidad de su miembro.

La empujé disimuladamente de la cintura para que se bajara de la silla y le hice dar la vuelta hasta dejarla de frente a él. Tomé las manos de él, se las coloqué en la cintura de ella y me acerqué a su oído casi en secreto.

- Que lo disfrutes, querida

Se fundieron en un beso demasiado tierno para mi gusto, se podía notar que siempre había existido algo único y especial entre ellos. No les niego que al principio el corazón se me quería salir y la adrenalina iba a mil por todo mi cuerpo, pero no me disgustaba, pero cuando bajo sus manos y la agarró de las nalgas para apretarla contra él, la reacción de mi cuerpo fue muy diferente.

Ella de repente, se separó colocando sus manos en sus pectorales para poner un espacio entre los dos.

- Lo siento, no puedo

Se fue en dirección a la puerta, agarró el bolso y trató de abrir la puerta desesperadamente sin lograrlo porque tenía seguro.

- ¿Por favor me abres? --dijo angustiada--

Tomé las llaves y le quité el seguro, abriendo la puerta solo unos centímetros. Esperando que se arrepintiera.

- Lizz no te vayas así, fresca que si no quieres, no lo hacemos, pero quédate acá hasta que te calmes

- No, no --terminó de abrir la puerta-- es mejor que me vaya. De nuevo, discúlpame por lo de ayer, no era mi intención...

Se le salieron las lágrimas, camino al corredor presionó el botón del ascensor y al ver que no llegaba y como me quedé viéndola, eligió bajar corriendo por las escalas.

- Pobre mujer, esta destruida

Dije cerrando y apoyándome de espaldas contra la puerta.

- ¿Me regalas un abrazo?

Juanfer acudió a mí, me agarró con fuerza por la cintura y con los ojos cerrados se me venía a la mente las imágenes de esas mismas manos recorriendo el cuerpo de ella y hasta pude sentir la humedad en mi entrepierna.

- Prométeme que nunca me vas a montar los cachos

- Amor, acabo de besar una mujer

- Lo que digo es que nunca vas a estar con otra mujer sin que yo lo sepa

- Te lo prometo

Tocaron la puerta de forma afanada, nos separamos y nos miramos extrañados.

---

Juanfe abrió la puerta y ahi estaba ella respirando agitadamente apoyando su mano contra el marco, recuperando la respiración.

Los pisos que había alcanzado a bajar, también los había subido a la misma velocidad, después de darse cuenta que necesitaba volver y sacarse de la cabeza tantas dudas.

- Esta bien, si

- ¿Está bien? --pregunté-- ¿si qué?

- Si, si quiero hacerlo, pero si voy a hacer una locura, que sea total

Se me acercó de frente dejando sus labios muy cerca de mi boca.

- Espera, espera --la detuve colocando mi mano en su pecho-- ¿qué haces?

Entró y cerró la puerta apoyándose de espaldas a ella. Se notaba que estaba nerviosa e insegura.

- 1 año después de casarme con mi esposo ya me estaba pidiendo que hiciéramos un trio, llevamos 12 años de casados, dos hijos encima y todavía sigue insistiendo. Siempre ha tenido la otra persona, la otra mujer dispuesta para hacerlo, solo estaba el momento adecuado. Pero ayer cuando los vi en ese bar como un par de tortolos, me di cuenta que siempre la había tenido como moza, que no solo me quería tener como una esposa cornuda, sino que también me quería ver la cara de estúpida.