Mis Mejores Amigxs

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- Bueno es que esta niña no acepta un no por respuesta, afortunadamente. Ojo que lo digo en el buen sentido, porque si, es rico

- Te creo --se rio Camila-- a mí me hizo lo mismo hasta que me convenció

- Ya me conocen, soy adicta a los culitos, chupármelos bien rico, meter lengua y hasta dedito --levantando mis manos con el dedo índice-- y la noche es larga --con cara de picardía--

Camila se levantó de un salto y se hizo de rodillas.

- Hoy deberíamos vengarnos --le dijo a Camilo--

- Estoy de acuerdo, deberíamos meterle de a dedo por detrás

- Oh no --levanté la mano en mi frente- por favor, no me hagan sufrir

Los tres nos soltamos a reír, me le acerqué a Camilo metiéndole la mano a coger su miembro flácido.

- Si quiere me mete un dedo más grande papacito

- Ese sí que te gusta ¿no?

- Me encanta --empezó a resucitar y endurecer-- y si esta mamacita me da besitos a la vez mejor

Eso volvió a calentar los ánimos de todos y ahora con más confianza las cosas fluían un poco mejor, caricias, besos y miradas. No fuimos directo al sexo, aprovechamos para disfrutar nuestros cuerpos sin penetración alguna.

Ni sé como terminamos haciendo el 369 para un lado y para el otro. Si no saben a qué me refiero, es a hacer un triángulo de sexo oral.

Los dos cuando quedaron dispuestos a darme placer fueron directo a chuparme el culito y yo encantada les hice lo mismo, pero no me aguante de también meterles dedito. Si hay algo que me encanta es atragantarme con el miembro de Camilo mientras juego con el dedito en su trasero.

Camila me vio hacerlo y entendí con su mirada que quería probarlo así que decidí cambiar a chupársela, ella a divertirse con Camilo y él a preparar mi trasero para lo que seguía.

Por lo mojada que estaba ella y lo concentrada en hacer su labor, se notaba lo que le había gustado hacer por primera vez eso con un hombre, no se aguantó la emoción y empezó a meter y sacar su dedo más rápido.

- Seguís con eso y también te parto el culo a vos --le advirtió Camilo--

Ella ni le contestó, chupó con más fuerza su miembro, le metía y sacaba el dedo moviéndolo en círculos. Camilo me dio una mirada y entendí que me encargaba prepararla a ella también.

Él se levantó rompiendo el circulo y ella se me acercó para hacer un delicioso 69 llegando directo a hacer lo mismo que estaba haciendo con él.

Ella me abrazó de la cintura y me hizo rodar para quedar debajo, Camilo se acercó, ella se dedicó a mi sexo y el a chuparme el culito.

- Ay HP que delicia, no paren, no paren

Por sus risas me daba cuenta que estaban planeando algo, sentí primero el dedo más grueso de Camilo y luego llego ella a hacerle compañía.

Movían sus dedos dentro de mi trasero, se besaban y turnaban para darme lengua en mi clítoris. Ni sentándose encima de mi cara hizo que mis gemidos se escucharan menos y la verdad ni me importaba que me escucharan.

Camila que si estaba un poco más consciente y sabía que las otras cabañas no estaban tan lejos, se dio la vuelta, me tapó la boca con la mano.

- Ey Lu, no tan duro

Cerré los ojos tratando de contenerme al sentir que Camilo me había metido también el pulgar adelante y a la vez me daba lengüetazos en el clítoris.

- Sí, sí, pero no aguanto mas

- ¿Quieres que te parta ese culito ya?

- A las dos

- Te quedo gustando eso de compartir ¿no?

- Me encantó, sobre todo verte esa carita

- Esta bien, me convenciste

Nos acostamos de lado, dándonos un candente beso, mezclando nuestras piernas y presionando nuestros sexos uno contra el otro.

Camilo se quedó de rodillas sin interrumpir, disfrutando solo ver como nos comíamos con tanto deseo.

- Uffff que rico se ven así

Camila colocó su pie debajo del mío, levantando mi pierna junto con la suya como si le estuviera extendiendo la invitación a unirse. Se levantó del suelo tomando cada pie y descargándolo sobre sus hombros.

Tomó con su mano su miembro acariciando con su glande nuestros sexos, dibujando una línea entre ellos, metiendo solo la puntica y volviéndola a sacar, yendo de la una a la otra.

Nosotras abrazadas solo nos dedicábamos a mirar con delicadeza, acariciar nuestros cuerpos, disfrutar de unos deliciosos besos y gemidos.

Su miembro poco a poco iba más y más adentro y nuestros cuerpos a extrañar cuando salía para ir a la otra.

Camilo acomodó una vez más nuestros pies para dejarlos cerca de su cuello, bajo las manos acariciando las piernas, los muslos, tomando dirección a nuestras caderas. Nos agarró las nalgas con fuerza, llenó sus dedos con nuestros fluidos y nos metió un par de dedos a cada una por detrás.

Las dos nos retorcíamos de placer, moviendo nuestras pelvis hacia adelante, llenándonos de besos, caricias y gemidos. Camilo no se podía ver más sexy y delicioso con esa mirada lujuriosa y letal.

- Ella primero --voltee a decirle--

Camila entre cruzó sus dedos con los míos y mostró algunos rasgos de angustia. Yo sabía que ya había probado antes el sexo anal y no lo había disfrutado mucho. Acerqué mi cara a la suya y le dije que se relajara, la llené de confianza y le di todo mi apoyo.

- Esta bien, hagámoslo

- Suave --le lancé una mirada fatal a Camilo como advertencia--

El dejó caer mi pierna, montó una rodilla a la cama y con su miembro lubricado con nuestros jugos empezó a acariciar su agujero.

Ella de inmediato apretó los ojos, sus manos y hasta su cuerpo se había endurecido.

- Shhh shhh --le di un beso-- relájate, respira, lo vas a disfrutar más si estas tranquila

Le pedí que me abrazara, coloqué mis labios cerca de los suyos y dibuje líneas imaginarias en su espalda mientras la calmaba. Camilo fue paciente, espero sin moverlo de lugar a que yo le diera la señal.

Su respiración agitada, besos y caricias regresaron. Afirmé con mi cabeza y seguí encargándome de mantenerla bien distraída, lo trato de meter y se notó en su cara que había vuelto a apretar todo su cuerpo.

- Shh shhh, bésame, bésame y olvídate de todo lo demás, bésame y disfruta de una nueva sensación, no te va doler si te dejas llevar

Me abrazo con fuerza, casi montándose encima de mí, girando un poco su cuerpo hacía abajo, me agarré de sus cadera y Camilo entendió el mensaje sin siquiera mirarlo.

Se llenó el miembro de saliva y lo volvió a intentar de una forma diferente. No empujó de una para meterlo, sino que le fue dando pequeños y ligeros empujones, casi imperceptibles.

- Ay dios, si así así, un poco más --pidió Camila--

Su esfínter se fue ajustando gradualmente, hasta que sintió el glande entrar en su trasero. Abrió los ojos muy grande me enterró las uñas en la espalda y sus dientes en la clavícula.

Camilo se quedó completamente inmóvil y espero a que se volviera a recuperar.

- Ay no no, no soy capaz sácalo, sácalo

Le lancé una mirada y negué con la cabeza para que no lo fuera a hacer o sino perderíamos todo el avance.

- No, espera, respira, respira muñeca, relájate que ya va pasar, te prometo que lo que sigue te va volver loca

- Duele, Lu

- Yo sé, relájate, respira y te va doler menos, deja que tu cuerpo se acostumbre a tenerlo adentro

Cerró los ojos, respiró profundamente un par de veces, mientras yo le llenaba tiernamente el rostro de besos. Abrió sus ojos de nuevo, me lanzo una risita nerviosa y nuestras lenguas se fundieron en una.

Yo misma anime su cuerpo a moverse lentamente, unos cuantos gemidos quejumbrosos llegaron a mis oídos y luego ella misma al empujar su cuerpo hacia atrás me entregó uno desgarrador cargado de placer.

- Ay Lu, maldita sea

- Te lo dije

- Ay Lu, dile que me lo meta todo

- Calma, calma ya llegaremos a eso

Todo se tornó un poco más erótico y lento. La otra mano de Camilo regresó de vuelta a buscar mis agujeros, lo que me hacía mover mi pelvis de adelante hacía atrás provocando lo mismo en ella.

- Ay dios, que rico es esto Lu

Camilo cogió su pierna con la mano y al verla tan excitada empezó a empujar más fuerte y más al fondo, hasta que al fin sus cuerpos chocaban en cada penetración.

Era hora de vengarme de ella, le di un par de palmadas en la nalga, chupé sus pezones estirándolos con los dientes, metí una mano en su sexo frotando en cirulos su clitoris y me pegué a chupar su cuello hasta dejarle una marca.

- Luuuu Luuuuu, espera, espera, espp.... ahhhhh ahhhhh ayyyy diiooooosssss que rico no pares no pares

Camilo no lo hizo, hasta que ella misma después de venirse varias veces seguidas pasó su mano hacía atrás y se lo sacó. Volteó su rostro mordiendo las sábanas y gritando.

- Ahhh HPPPPP te odio, te odio

Me solté a reír, pasando mi lengua por el lóbulo de su oído

- Me odias porque ahora solo vas a pensar en que te den por el culo ¿cierto?

- Luisa, maldita sea me hicieron venir demasiado --jadeaba-- esto es imposible

- Te lo dije... quiero que veas como me culea a mí, porque cada vez es mejor y nada como un buen polvo en el culo

La voltee boca arriba, me monté sobre ella a horcajadas, con las piernas abiertas colocando sus manos en mis caderas para que las separara y mostrarle mi agujero a Camilo.

- ¿Ya sabes cómo me gusta a mi cierto?

No respondió, sentí el peso de su cuerpo al apoyarse en la cama. Me dio un par de palmadas en las nalgas, paso su lengua por mi agujero escupiendo un par de veces, lo colocó detrás y me agarró de las caderas.

Estoy acostumbrada a que me lo meta de una, me gusta esa sensación de dolor, me excita, sin embargo, por falta de lubricante, prefirió usar la misma técnica.

Cortos y pequeños empujones, pero una vez que su glande entro, no tuvo piedad de mí, jalándome con sus manos hacía atrás.

- ¡HP Camilo, que rico culeas malparido!

Me dio un par de palmadas en las nalgas, me solté el cabello y le pedí con una mano que lo cogiera. Le dio un par de vueltas en su mano y me hizo levantar dejando a Camila asombrada al ver como entre más duro más lo disfrutaba.

Se levantó, ambas quedamos apoyadas de rodillas, se mojó los dedos y los metió en mi sexo. Me daba besos y yo ni siquiera era capaz de recibírselos, pero Camilo aprovechó para robárselos para él.

Camila, la verdad, no estaba ayudando demasiado, en ese momento quería más sentir la rudeza de él y ella nerviosa sin saber que hacer me alejaba del orgasmo.

Camilo lo notó, la empujo de los hombros y ella entendió rápido lo que debía hacer. Se acostó boca arriba y él se encargó se acomodar mi sexo justo en su boca.

Camilo pasó su brazo por delante de mí cuello, apretando con fuerza mientras respiraba fuerte en mi oído como un toro de rodeo.

Con la poca fuerza que me quedaba, la empujé de la barbilla para que se metiera más atrás, primero entendió que era para que le chupara las bolas, pero con el último empujón le quedó claro lo que yo quería.

- Mmmm mmmmmm

Se escuchaba el sonido del placer de Camilo en mi oído al sentir la lengua de ella en su trasero. Me apretó el cuello con más fuerza haciendo más difícil el poder respirar.

- ¡Méteselo!

Le dije con mi último aliento y sonreí al escuchar sus gemidos roncos. Me agarró del cabello, me soltó el cuello y me empujó hacía adelante metiendo mi boca en su sexo.

Camila, había hecho lo que yo nunca había podido lograr, meterle dos dedos sin que chistara mientras le chupaba las bolas como si las fuera a tragar.

- ¡CULEAME! ¡CULEAME! ¡SI SI CULEAME CULEAME DURO! ¡DURO!

Entre más duro me lo metía a mí también hacía que el mismo se metiera y sacara ese par de dedos. Me excitaba de solo pensarlo.

Me lo metió tan duro que ya no pude meter mi lengua más en su sexo, mi cara quedó aplastada contra el colchón y al fin explotó regalándome un delicioso y potente polvo tibio en mi interior que derivo en un delicioso orgasmo, que ella al sentir su pecho mojado acudió a saborear con su boca.

Camilo me dio una palmada en las nalgas que me quedó ardiendo, se tiró a la cama completamente agotado boca abajo.

---

No nos dirigimos palabra, tras recuperar el aliento, cada uno se fue a tomar una ducha por separado, por la falta de luz y el calor tan infernal cada uno se fue a acostar a su cama, aunque yo la verdad me soñaba con haber dormido esa noche con los dos.

Al día siguiente, Camilo nos despertó con el desayuno a la cama y pudimos hablar un poco más calmados y sin efectos del alcohol encima de lo que había pasado.

No estábamos arrepentidos de nada, pero igual prometimos nunca contarle a nadie lo que había pasado. Se iba a convertir solo en un buen recuerdo.

----

Meses después, me invitaron a salir y ya ni podía esperar la hora de verlos para repetir esa locura.

Resultó que en secreto sin que yo me enterara, esa noche repitieron ellos solos yo estaba tan cansada y dormida que ni me enteré.

Además, después del viaje no se habían dejado de ver y el motivo de la reunión era para preguntarme si quería ser su madrina de bodas.

- ¿Me están jodiendo? ¿cierto?

- No, es en serio --respondió Camila mostrándome el anillo--

Salté de mi silla, les di un gran abrazo y sin importarme estar en público les estampé un beso con mucho cariño en la boca.

Me alegraba saber que dos personas tan increíbles y hermosas, iban a terminar juntas gracias a mí. Lo único que les pedí es que nunca me fueran a dejar a un lado.

Es algo que han cumplido a cabalidad y no solo para estar los tres, sino para que atender mis necesidades por separado. Lo cual es un alivio porque a veces necesito más de Camila a solas.

Eso si me encargué de prepárales una despedida de solteros que fue una maldita y total locura... pero esa, es otra historia.

---

Relato: Natasha

Edición: Agata + Axel

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