Pablo y las chicas 02

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Un ejecutivo entretenido y acompañado.
1.9k palabras
4.29
4.9k
00

Parte 2 de la serie de 3 partes

Actualizado 03/19/2021
Creado 05/30/2010
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Suena un despertador y Pablo lo oye en sus sueños. Nota como hay movimiento a su alrededor y abre un ojo. Un bonito pecho está delante de su boca y sin pensarlo, le dá un beso. Vuelve la cara y vé la sonrisa de la chica rubia. Con un sobresalto se acuerda de la noche anterior y se incorpora. Las dos chicas , desnudas, están desperezándose una a cada lado . Sonríe y se vuelve a tumbar sobre las almohadas revueltas. Las chicas se levantan .

- Hola Pablo, déjanos a nosotros primero, tardamos poco y te prepararemos el desayuno.

El vuelve a cerrar los ojos. Acostumbrado a vivir solo , el ruido de los grifos del baño, de la radio con las noticias y de las chicas abriendo armarios le parece delicioso. Cuando ya no oye ruido en el baño se levanta cuidadosamente. El baño está vacío y colgado en un galán de noche está su traje perfectamente planchado, el pantalón con la raya, y en una percha su camisa impecable. Recoge del suelo sus calzoncillos , la corbata y los calcetines, lo deja todo sobre la cama. Una ducha rápida con agua helada le repone, y vé sobre el lavabo espuma de afeitar, maquinilla, un cepillo de dientes nuevos , un peine limpio. Esto es vida, piensa. Se arregla, se peina y sale a la cocina vestido pero con la chaqueta sobre el brazo. Las chicas están vestidas de ejecutivas pero sin maquillar, huele a café, hay tostadas recién hechas y mermelada. Sin hablar se sienta en una esquina. Aparece una taza de café delante suyo . Se lo bebe rápido, mordisquea una tostada y dá las gracias. Sigue sin saber quien es quien y le dá vergüenza preguntar. Soy un cretino, piensa, pero no lo dice en voz alta.

- Dentro de un cuarto de hora nos tenemos que ir. ¿Nos acercas en tu coche o prefieres ir sólo por tu cuenta?

- Os llevo , por supuesto. Muchísimas gracias, ha sido una noche muy inesperada. Ahora me toca a mí. ¿Estais libres para cenar esta noche en mi casa?

Las chicas se miran en silencio. - Si, claro, encantadas, dice la rubia. ¿Como quedamos?

- Apunta mis señas, dice Pablo nervioso. Vivo cerca de Arturo Soria, y les dá la dirección. Os espero hacia las nueve.

En un minuto la cocina está recogida , las chicas pintadas y se van los tres en su coche. Al llegar al edificio de la oficina las deja en la puerta con castos besos en las mejillas y vá a aparcar . El conserje y el chico de seguridad le miran con una sonrisita, y él les guiña el ojo. Son unos cotillas pero espera que no se entere todo el edificio. Aunque tampoco le importaría...

La mañana pasa rápido. A la hora de comer se encierra en su despacho y empieza a hacer llamadas . Primero a su asistenta para asegurarse que la casa estará impecable y las sábanas cambiadas en el dormitorio grande y en el de invitados . Luego a la tienda Mallorca, para hacer un encargo especial. Y también llama a su amigo Javier, un solterón empedernido que está ahora entre novias.

- Oye macho, tengo un plan esta noche en casa y te necesito. - Tú dirás. - Dos bombones, una rubia y otra morena, trabajan en mi mismo edificio, estuve con las dos ayer pero no me dá el cuerpo para mas, necesito refuerzos. Vente bien arreglado a eso de las ocho a mi casa sin falta. Trae flores, ya que estás.

Javier no sale de su asombro. Es la primera vez que nota a Pablo agobiado y con este tono de urgencia. Pero dice que sí a todo. No le cuesta nada irse antes de su bufete , pasarse por su apartamento, ducharse, cambiarse y comprar flores en la esquina. Llega puntual a las ocho. Pablo le abre . Se acaba de duchar también, está impecable con traje pero sin corbata y nervioso.

- Calma, chico, vamos a tomarnos una copa y me cuentas.

Pablo habla sin parar y le cuenta todo lo que pasó, el susto, la sorpresa, la cena, la noche. Javier abre los ojos muy grandes. Entre los dos arreglan las flores en dos jarrones y dejan dos rosas rojas fuera.

- Y ahora ¿que hacemos? - Las damos bien de cenar, las hacemos beber y te enrollas con la que más te guste. Yo me quedo con la otra .

Pasan a la cocina para ver si está todo preparado. La mesa está puesta con gusto y mantel, las fuentes sobre la encimera, la ensalada esperando, postre en la nevera. En el bar del salón , los vasos, las copas, champan enfriándose , muchas bebidas mas. Suena el timbre y Pablo vá a abrir . Son las dos , están guapísimas, con pantalones y tacones, el pelo suelto .

Entran y saludan a Javier. Con curiosidad miran el salón y Pablo les lleva a ver el resto de la casa. Empiezan a beber y en poco tiempo Pablo se sienta con la morena, ya se ha acordado, se llama María. Tiene la piel un poco mas oscura y sus tetas son perfectas, se acuerda de sus pezones oscuros y de su olor penetrante . La rubia, Carla, se ha sentado con Javier. No lleva sujetador y se nota que sus pechos están sueltos bajo la blusa de seda. Javier es un lanzado, tiene el típico cuelgue con las rubias tetonas y le dá un beso primero en el cuello y luego sube hasta su oreja. Carla se deja, y vá colocando su mano sobre el muslo del abogado . Javier es mas alto y mas flaco que Pablo , tiene el pelo castaño algo largo y rizado y ojos muy verdes. Con una mano sigue bebiendo, con la otra acaricia el pecho de Carla que se ríe y no le retira la mano. Javier sin embargo no sigue. La vuelve a besar y se levanta.

- Ahora nos toca comer algo, vamos a la cocina.

En un momento se sientan y comen , conversación entretenida, chistes, se pasan media cena riéndose. La comida preparada está buena, comida de solteros ricos que no saben cocinar, piensan las chicas, pero les dá igual . El postre es una tarta de merengues y fresas y después copas de coñac y chupitos. Las dos chicas se han abierto un poco mas las blusas , acaloradas, mientras que los chicos hace tiempo que dejaron las chaquetas en la espalda de la silla.

- ¿Vamos al salón? Estaremos mas cómodos, dice Pablo como buen anfitrión.

- ¿Hay video? Pregunta con sorna Carla.

- No, hay partido en directo, le dice Javier. Y la tumba sobre el sofá mas grande nada mas llegar al salón, mientras que empieza a desabrocharle la blusa. Carla no hace nada, le sigue mirando. Javier empieza a mordisquear sus pezones y le cambia la respiración . Carla le empuja ligeramente la cabeza hacia abajo. El lo entiende en el acto y sigue besándole la tripa plana . El pantalón tiene una cremallera que se abre fácilmente. Y cual es su sorpresa cuando vé que la chica no lleva ropa interior. Tira de los pantalones y se encuentra con un pubis rasurado, liso . Huele divinamente. La chica está excitada y sigue empujando su cara. Javier se pone de rodillas y comienza a besar y a lamerle primero los muslos y luego, muy despacio, los labios y el clítoris. Cuando llega a su almendra se la mete entera en la boca y la chupa con suavidad. Introduce primero un dedo y al ver que está bien lubricada, dos y luego tres. La chica vuelve a tirar de su cabeza.

- Fóllame ahora mismo, tío grande. Quiero que me la metas hasta los huevos. Javier se incorpora y le dice muy serio:

- Aquí no, que nos escoñamos. No tengo la espalda para este sofá. Ven conmigo.

Y se la lleva al cuarto de invitados, que está iluminado . La chica le sigue ya desnuda y se tumba de espaldas. Javier se quita los zapatos y los pantalones con prisa y con camisa y todo se tumba a su lado . La chica le besa , el beso se convierte en un abrazo apasionado, la picha de Javier está enorme y se la mete con facilidad.

- Venga tío, clávamela, Estás buenísimo, quiero que me la metas hasta el fondo. Mas, Mas.

Javier obedece. Le gustan las mujeres mandonas, le gustan las rubias, le gusta que le hable guarro, le gustan estas tetas grandes y suaves. La chica empieza a arañarle la espalda y sigue murmurando

- Más, más fuerte, mas dentro.

El obedece y cuando ya nota que ella está a punto de tener un orgasmo se corre . La chica le suelta en el acto y se quedan los dos tumbados . Pero Carla se incorpora en seguida, menos mal que no es de las que habla después, piensa Javier. Y ante su sorpresa nota como la chica empieza a lamerle el sexo pringoso. Lo hace con primor, como si fuera una gata, pero de paso le ha abierto ligeramente las piernas y le lame también los huevos con cuidado. Javier sigue haciéndose el muerto con los ojos cerrados, pero de vez en cuando entreabre los ojos y la vé concentrada, con una arruga en la frente, mirando obsesivamente su picha que empieza a dar señales de vida. Poco a poco vuelve su erección aunque él no hace nada por tenerla. Hasta que la chica se incorpora de nuevo y con voz risueña le dice:

- Mi amigo vuelve a estar por la labor. ¿Te interesa?

La chica se coloca a caballo sobre sus caderas y con su pelo lacio y la punta de sus pezones le empieza a acariciar el pecho. Le besa ligeramente en los labios y Javier le atrapa la cabeza y le dá un beso de tornillo en condiciones. Ahora sí que nota su erección a punto. La chica acaricia su picha con la mano hacia atrás y le dice:

-¿Me dejas?

El la coge por las caderas y la coloca en el aire sobre su erección. Ella se deja caer y empieza a cabalgar, ligera, contrayendo sus músculos internos. Javier la agarra primero las tetas y luego las caderas, la levanta con fuerza y la deja caer . Ninguno habla esta vez, los dos concentrados en su placer. Se vuelven a correr en el mismo momento . Pero esta vez él no la deja cambiar de postura, la atrae hacia su pecho y la chica se queda tumbada sobre él, quieta, con su boca besando suavemente el cuello sudado de Javier.Las manos de Javier acarician sus nalgas blancas y suaves, como dibujando sobre ellas. Sus dedos alcanzan su ojete pequeño y la chica se estremece. Javier se alegra. Está seguro que podrá metérsela por el culo y que le gustará. Solo pensarlo le pone cachondo otra vez. Y eso que no ha tomado Viagra esta noche.

Los dos oyen un ruido en la puerta. Es Pablo que les está mirando, también desnudo , con aire satisfecho.

- ¿Cómo vá la cosa por aquí? Dice. Cuando os recuperéis os invitamos a venir a mi cama.

Carla y Javier se miran y sonríen. Los dos quieren recuperarse primero.

- Dentro de un rato nos damos una ducha y venimos a veros.

- De acuerdo, lo mismo haremos nosotros. Hasta ahora.

- continuará -

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