Somos Felices Las Tres Capitulo 08

Historia Información
Erika progresa en la seduccion lesbica de Nuria.
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Parte 8 de la serie de 37 partes

Actualizado 06/10/2023
Creado 09/24/2020
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El viernes Nuria me llamó desde su trabajo para decirme que sus amigas la había invitado a salir a comer juntas. Se trataba de dos de sus amigas más cercanas con quienes de vez en cuando salían a divertirse en lo que llamaban "noche de chicas". Me preguntó si era prudente invitar a Erika y yo, no queriendo demostrar mi excesivo interés le dije,

- ¿por qué no la llamas y se lo preguntas?

- si, lo voy a hacer. Es que me parece una buena oportunidad para insinuarme y ver si se atreve a llegar a algo conmigo.

En efecto, la llamó y Erika, gustosa, aceptó la invitación. Quedaron en que Nuria pasaría recogiéndola a las ocho. Yo estaba presente durante aquella conversación telefónica y podía ver cómo se iluminaba la cara de mi Dueña y Señora.

- Claudia, creo que mi estrategia inicial debe ser cambiada

- ¿qué quieres decir con eso?

- que nosotros habíamos planeado actuar con astucia y discreción para seducirla y llevarla al terreno lésbico. Eso llevaría un camino más largo y delicado, pero es evidente que yo le gusto a tu mujer y tal parece que ella me quiere cortejar y seducir.

- si, me he dado cuenta.

- si le sigo el juego, Nuria no sospechará de nuestro plan, y cuando ella y yo hagamos el amor, pensará que me ha seducido y conquistado.

- ¡sí! es un afortunado giro de eventos que debemos aprovechar

- Una vez que ello pase, me convertiré en algo necesario para ella y progresivamente la iré dominando, como he estado haciendo contigo, Claudia.

- es verdad, mi Dueña y Señora

Era la primera vez que la llamaba así, y en ese momento pude darme cuenta de que mi tercera fantasía, la del femdom, también se estaba cumpliendo.

- me dará mucho gusto dominarlas a las dos y que me cumplan todos mis caprichos y perversiones.

- así será mi Dueña y Señora.

- Me voy a casa, para vestirme lo más sexy posible para tu mujercita, que pronto será mía, Claudia.

- anda, que yo aprovecharé para ver un video y masturbarme

- por cierto, quiero que a partir de ahora siempre me pidas permiso para hacerlo. No quiero que te masturbes sin mi expreso consentimiento, ¿está claro?

- Si, mi Dueña y Señora

- Está bien, tienes mi autorización para masturbarte mientras ves un video. Busca uno del tema femdom.

- Si, mi Dueña y Señora

Erika escogió el mismo vestido que tenía cuando nos dimos el primer beso en la oficina, muy sexy y ligero. Decidió no usar ropa interior y se recogió el pelo. Caundo Nuria la recogió, a las puertas del edicifio en que vivía, no pudo decir otra cosa que

- ¡wow, Erika! ¡qué bella y sexy estás!

Y al montarse en el auto, se saludaron con un beso en la mejilla. En el camino hablaron de generalidades, y Nuria le contó acerca de la amistad que mantenía con sus amigas, desde que habían estudiado juntas en la escuela secundaria. Ahora las tres estaban felizmente casadas y se daban una escapada cada cuatro o cinco semanas, para comer y pasar un rato alegre, como el que esperaban pasar esa noche.

- seguro que te van a gustar mucho. Aunque eres más joven que nosotras, lo vamos a pasar muy bien en tu compañía.

- claro, yo pondré todo de mi parte para no defraudarte, Nuria.

Y posó su mano sobre el muslo de mi esposa y allí la mantuvo hasta que completaron el trayecto hasta el restaurant. Nuria volvió su cabeza y con una cariñosa sonrisa aprobó el gesto de mi mi Dueña y Señora.

Ya en el lugar las esperaban sus amigas quienes habían pedido puesto para cuatro. Al ser conducidas al booth, Nuria hizo que mi mi Dueña y Señora pasara primero, quedando contra la pared mientras ella se sentaba al extremo. Comenzaron a charlar alegremente, pidieron unos tragos antes de la comida, y Nuria aprovechó que aún no estaban comiendo para apoyar su mano izquierda sobre el muslo de mi Dueña y Señora, quien aprobó el gesto con una cariñosa sonrisa.

Lentamente, y sin que las amigas sentadas al frente lo notasen, comenzó a mover su mano, por encima del tenue tejido del vestido de Erika. Ella se dejaba hacer, midiendo hasta donde se atrevería Nuria. El mesonero vino a tomar el pedido de comidas y Nuria tuvo que levantar su mano para leer el menú, pero cuando hizo su pedido volvió a colocar su mano en el muslo de Erika, pero esta vez buscó hacerlo directamente sobre la piel, metiendo su mano por debajo del borde de su vestido. Y sus caricias se renovaron, ahora sobre la piel de mi Dueña y Señora. Nuria se portaba de modo muy atrevido, con su mano izquierda por debajo de la mesa, frente a sus amigas.

Cuando trajeron la comida, miró a Erika, quien le guiño el ojo, en señal de traviesa complicidad. Y así transcurrió la comida. Cada vez que podía Nuria volvía a acariciar el muslo de Erika, y progresivamente su vestido iba quedando más recogido. Las caricias de Nuria, aunque interrumpidas a cada momento se volvían más atrevidas, acercándose poco a poco a la cuquita de Erika, quien no se oponía, y con mucho disimulo abría sus piernas cada vez que Nuria retiraba su mano, para facilitarle su próxima caricia. Y de ese modo el vestido de Erika quedaba cada vez más recogido.

A la hora del postre su muslo estaba completamente descubierto. Erika no se estiraba el vestido, dejándolo siempre donde Nuria lo había llevado, y se dejaba hacer, sin poner reparos, y de vez en cuando ambas se veían y compartían una sonrisa cómplice. Después del postre, mientras el mesonero preparaba la cuenta Nuria decidió lanzar su ataque final y movió su mano hacia la cuquita de Erika. Cuando sintió que estaba desnuda se asustó y retiró la mano. Ella esperaba tan solo tocarla por encima de su panty, y cuando sintió que había tocado la parte más íntima de su amiga le dio susto y se sintió avergonzada.

Erika esta vez no le ofreció una sonrisa de aprobación y permaneció seria. Era su estrategia, para dominar los sentimientos de Nuria, aunque hubiese preferido que hubiese sido más osada y la hubiese acariciado y hasta penetrado con sus dedos, pero era conveniente hacer las cosas de esta manera.

Nuria debía sentirse como la seductora y nunca sospechar que en realidad estaba siendo la seducida. Al terminar la cena, todas se levantaron y mientras salían del restaurant se despidieron entre besos y abrazos.

Nuria no sabía cómo comportarse pues sentía que se había excedido y mil pensamientos agolpaban su mente en estos momentos. Temía que por su torpeza la relación profesional con el negocio de su esposo se hubiese puesto en peligro.

Quiso ser más amable, para enmendar su "error" y en vez de abrir primero su propia puerta del auto, dió un rodeo para abrir la de Erika, quien se lo agradeció con una amable sonrisa. Al sentarse, abrió "accidentalmente" sus piernas y Nuria pudo contemplar toda la belleza y perfección de aquella cuquita desnuda que había tocado hacía unos minutos. Tragó grueso, cerró la puerta, para luego ella entrar y poner en marcha el auto. Nuria no sabía cómo iniciar la conversación pues se sentía apenada.

Erika rompió el hielo cuando le preguntó a Nuria si había hecho algo respecto al interés de Claudio de vestir lencería femenina. Eso le brindó a Nuria la oportunidad para relajarse y le contó todo lo que había ocurrido la noche del miércoles, todo lo cual Erika ya sabía. Le hacía preguntas, para irla animando a dar detalles.

- Y después, ¿Qué paso?

- Bueno, tuvimos una sesión de sexo muy sensual, entrelazando nuestras piernas

- Y ¿te cogió rico?

A Nuria le sorprendió aquella pregunta porque nunca había usado ese tipo de lenguaje en sus conversaciones con Erika. Pero sin embargo se atrevió a decirle,

- Si, estaba como loco, y me cogió con mucha pasión

- Y ¿cómo lo tiene? ¿es grande?

De nuevo Nuria se sintió sorprendida por el interés de su amiga en algo tan íntimo y privado. Pero ya aquella mujer estaba ejerciendo un control mental sobre Nuria, sin que ella lo percibiera, y se animó a responder

- Creo que si. A mí me satisface, pero no te sabría decir si en comparación con los otros hombres, está mayor o menor dotado, pues ha sido el único hombre con el que me he acostado.

- bueno, lo importante no es el tamaño, como dicen por ahí, sino como lo usa

- Ja ja. Es verdad, y para mí que lo usa bastante bien.

- y, ¿te hace acabar? ¿tienes orgasmos?

- ¡si! Muy divinos, por cierto.

Erika sonreía para sí misma, pues conocía la verdad de mi pequeño bichito, muy inferior al promedio y sentía compasión por Nuria, pues desconocía el placer que se puede recibir de un miembro mas grande.

Para entonces ya estaban llegando al frente de la casa de Erika. Al despedirse, Erika se inclinó para besar en la mejilla a Nuria, pero esta hizo un movimiento y los labios de ambas se tocaron al momento de darse un beso. Ambas lo celebraron con una ligera risita. Erika se bajó del auto y mientras caminaba hacia la puerta del edificio, Nuria contemplaba su caminar y se recreó en aquel culo que ya quisiera algún día poder acariciar... y besar.

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