Me vas a pedir que te folle delante

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D: No entiendo, que quieres que haga...

P: Quiero que te vistas de Versace...Para eso iras al aseo, y allí te vestirás para mi...

Diana comprendió lo que quería, recordó la conversación en el aeropuerto, y pensó que aquella utopía romántica en la que pensó, se iba a convertir en una sucia realidad

D: Pero como voy a hacer eso?

P: Mira, coge una de estas mantas, y te cubres con ella a la vuelta, todo el mundo esta durmiendo, y nadie se fijara

D: De acuerdo, y tomando la manta se levanto

P: Para, para, no tan rápido...aún no he terminado. Tu marido me contó tu promesa, y para hacerlo mas fácil, creo que le voy a ayudar desatorando un poco tu agujerito trasero, así que para hacerlo mas fácil, y para que no te duela, será mejor que te eches un poco de jabón tu culito

Diana se sorprendió mucho cuando escucho aquello, será cabronazo José, como se le ocurre ir contando sus secretos a todos, sintió un deseo de venganza inmenso, y lo único que dijo fue

D: Algo mas?

P: Si, lo último, quiero que dejes tu vestido y tu sujetador en el aseo, ya sabes que aquí no tenemos mucho espacio, y si quieres lo que quieres necesitamos libertad de movimientos...

Ella se estremeció un poco al escuchar esto

D: Pero, y después, que pasara después?

P: Confia en mi, no pasara nada, yo te lo devolveré luego...

Diana no quiso pensar nada mas, seguía estando caliente, cachonda, excitada, y estaba dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de apagar su deseo. Tomo la manta que había en el asiento, y saco el perfume del bolso, y salio del asiento para dirigirse a los aseos.

Por el pasillo, constato que efectivamente todo el mundo estaba dormido, todas las luces apagada, algún pasajero mas atrás estaba leyendo, pero nadie prestaba atención a nadie.

Cuando entro al aseo, cerro la puerta tras de si y se miro al espejo. Casi no se reconoció a si misma, tenia la cara encendida por la excitación, y los ojos brillantes por el deseo. Se sintió un poco puta, no mejor dicho se sintió muy puta, pero le daba igual. El poco apuro que le quedaba, lo dejo de lado, y en el estrecho servicio, se quito el vestido, y se desabrocho el sujetador. Vio que había un cambiador para niños, y lo abrió, para por lo menos esconder un poco sus vestimentas, y entonces, como había imaginado, escancio el perfume en el angosto habitáculo, y se engalano para su amante.

Lo siguiente le costo un poco mas de trabajo, nunca pensó que tuviera que verse a si misma lubricándose su culo, para perder la ultima virginidad que le quedaba. Cuando se agacho, para abrir su ano, y facilitar la lubricación, y se vio en el espejo, no le quedo ninguna duda, iba a hacer cualquier cosa que le pidiera su joven amante, con tal de conseguir su satisfacción.

Una vez terminado su proceso de engalanarse, de emputecerse, salio y regreso hasta su sillón. Pedro la estaba esperando, y sonriendo le pregunto...

P: Que tal ha ido todo?

D: Compruébalo tu mismo..

Pedro le levanto la manta al pasar por delante de el, y pudo comprobar que no había nada debajo.Cuando ella se sentó, se incorporo y se giro sobre ella, levandando el reposabrazos, para tener un poco mas de libertad de movimientos. Mientras que con su cabeza iba oliendo de arriba abajo el cuerpo de ella, con una mano comenzó con el majase sobre sus piernas y sexo que antes había interrumpido. Después de oler su cara, su cuello, sus pechos y su barriga, volvió a su oído y le susurro

P: Muy bien, muñequita, lo has hecho muy bien, no esperaba otra cosa de ti...

Y a continuación, se puso a jugar con su lóbulo. Ese era sus uno de los puntos débiles, de los que la encendían, de los que la inflamaban. Su respiración se volvió a acelerar, y sintió que otra vez estaba a punto de explotar.

El, al sentir su agitación, volvió a la carga

P: Bueno, señorita, o mejor dicho señora, que vamos a hacer ahora...

Ella ya no se lo pensó:

D: Quiero que me folles, ahora mismo, delante del cabron de mi marido, quiero ver como le salen los cuernos delante nuestra...

P: Muy bien, muy bien. Asi me gusta.

El estaba muy orgulloso de si mismo, había llevado las cosas hasta su terreno, hasta donde el había querido que estuvieran, y ahora tenia a esa mujer, que unos horas antes se había mostrado altiva y orgullosa delante de el, mandándole incluso a la mierda, pidiéndole que se la follara, agitándose como una perra en celo, esperando solo la estocada final, y el estaba dispuesto a dársela..

P: Como estamos un poco reducido de espacio, vamos a necesitar la ayuda de tu marido.

A ella ya no le importaba, y estaba dispuesta a cualquier cosa

D: Dime, que quieres que haga

P: Vas a levantar su reposabrazos, y te vas a echar sobre el, para que tu trasero quede a mi disposición.

D: Muy bien, lo que digas,

Procedió a seguir sus consejos, sus ordenes, y se recostó sobre su marido, para dejar vía libre a su amante. Una vez que ella se había acomodado, el se recostó sobre ella, y jugando de nuevo con su lóbulo, le dijo

P: Muy bien, la mujercita vuelva al regazo de su marido, para empezar a disfrutar del viaje...

Ella contesto, mientras notaba que el se trastocaba los pantalones..

D: Si, si

Mientras, el se acoplo hasta ella, y ella sintió como algo rozaba su entrepierna...

P: Sigues muy mojada, pareces de mantequilla por hay abajo...

Ella apenas oía, solo quería sentir, ser penetrada, disfrutar de ese orgasmo que tanto se le estaba resistiendo.

Entretanto, el saco el brazo inerte de José, y cogiendolo con su mano, lo llevo hasta el pecho de ella.

P: Dejemos que tu marido también disfrute del momento...

A ella no le gusto el detalle, estaba enfadada con su marido, por descuidado, por borracho y por bocazas, pero ahora no podía poner remilgos a la situación...

Entonces, Pedro se le acerco y la embistió, y por fin sintió su pene, interrumpiendo en su sexo, fue como un rompehielos que resquebrajara un tímpano, pero un tímpano de fuego.

Ella tuvo que morderse los labios para no gritar. A pesar de todo tenia que controlar, estaba en brazos de su marido, y en ningún caso debía enterarse de lo que estaba pasando.

Pedro, a pesar de la estrechez, del poco espacio había conseguido penetrarla, y comenzó una serie de movimientos lentos de salida y entrada en su cuerpo, en su sexo

Ella notaba esos movimientos, y sentía que ya no necesitaría mucho mas para llegar a su ansiado destino, a su añorada culminación.

Normalmente le costaba mucho llegar al orgasmo, y muchas veces con su marido no lo conseguía, pero la acumulación de circunstancias, el tonteo que había empezado con Pedro hace horas en el aeropuerto, los besos, los roces y caricias, la degradación que había tenido que sufrir, la circunstancias en la que se hallaba, desnuda, sobre su marido, y penetrada por el chico con el que había flirteado, hacían que su estado de excitación se elevase, la elevase hasta ese punto sin retorno.

Pedro seguía bombeándola, y movía la mano de su marido sobre su pezón, otro de sus puntos débiles. Aunque José no se estaba dando cuenta de nada, el hecho que el también estuviera disfrutando de ella le daba un poco mas de perversión al asunto, le hacían sentirse un poco mas depravada.

Ella, sintiendo que el momento llegaba inexorablemente, intentaba retrasarlo, intentaba, atenuarlo, para disfrutar del momento, para hacerlo infinito, para que durara siempre. Movió su mano para atrás, para tocar a Pedro, para agrarrarlo,para sentirlo, para acoplarse de alguna manera a el, cuando llegara el instante. Fue entonces, cuando el acercándose a su oído, le pregunto..

P: Y, que se siente, cuando te están follando, delante de tu marido, cuando estas desnudo, en medio de un avión, cuando has dejado todo tu ropa en el servicio, cuando te acostumbras a pedir lo que quieres por su nombre, cuando te has depravado tanto que hasta te has lubricado tu culo para perder tu ultimo vestigio de dignidad..

Diana sintió que un dedo oradaba su culo, no sabia como podía hacerlo, como era capaz de manejarse en tan poco espacio, de cómo podía hacer tantas cosas, a la vez, con tan poco sitio, pero eso ya no le importaba, lo que le importaba era que su momento llegaba. Lo poco que le faltaba, lo recorría con las palabras que escuchaba. El tenia razón, ella se había enfangado, se había corrompido, se había depravado, y probablemente cuando terminara todo esto, se arrepentiría, pero ahora, se recreaba en su envilecimiento, lo disfrutaba, se deleitaba, porque incrementaba su gusto, redoblaba el placer que ya sentía llegar...

P: Dime, en una palabra, en lo que te has convertido, Diana

Ella, apenas podía aguantar ya mas, sentía ya el comienzo de los espasmos, el inicio de la sacudida que anunciaba el placer, el clímax, pero aun así, quiso contestarle, quiso recordar el mensaje que recibió, el que ella misma mando, la palabra que uso, y la condición en la que ella misma se había convertido. A la vez que contesto, que articulaba la respuesta, que modulaba la entonación, se dejo llevar por la ola infinita de placer que ya no podía ni quería aguantar mas..

D: Pervertidaaa, soy una puta pervertidaaaaaa

A partir de ese momento, ella perdió el control, intento no gritar, intento no ser exuberante en cuanto a sus movimientos, no a su demostración de la situación, pero la sacudida de placer aumentaba, y disminuia, iba y venia, se quedaba, se iba, pero luego volvía...

Nunca había sentido nada como aquello, sus orgasmos, cuando los tenia, eran intensos, satisfactorias, pero esto era otra cosa, era un no parar. Sentía que Pedro seguía bombeándola, intentaba agarrarlo con su mano, apretarlo, aprisionarlo, como si haciendo eso, pudiera apretar el placer, no dejarlo escapar.

Durante un intervalo indeterminado, perdió la noción del tiempo, lo único que sentía era placer, un placer infinito, con pequeños altibajos, con cambios en la intensidad, pero un placer maravilloso. No tenia muchas referencias de lo que pasaba, solo placer. En algún momento sintió que Pedro eyaculaba, la inundaba de semen, y ella seguía sintiendo placer. también sintió que el recogía con su mano, el semen que a ella se le escapaba, y con el dedo se lo ponía en la boca, y aunque ella nunca había hecho eso, le chupo el dedo como si fuera la mas preciada golosina que en su niñez le hubieran ofrecido. Después empezó a tranquilizarse y a intentar asimilar la situación, pero eso si muy relajada, continuaba en el regazo de su marido, y se encontraba en una especie de limbo, en el que todo le era indiferente.

Escucho como Pedro llamaba a la azafata, y le decía que ella había olvidado algo en el aseo, pero no se avergonzó por ello. Cuando la azafata volvió con su ropa, y sorprendida le pidió explicaciones a Pedro, este levanto la manta, y la enseño como si fuera una vulgar mercancía, una situación que en cualquier circunstancia la hubiera humillado, le traía completamente indiferente, no cesaba de recrearse de ese momento, supuestamente multiorgasmico que tuvo, el primero de su vida, y esperaba que no fuera el último. Al decirle Pedro, que se vistiera, que ya estaban llegando, lo hizo desganada, como una niña caprichosa a la que obligan a hacer algo que no quiere. Lo único que se atrevió a decir fue:

D: Quiero repetir esto...

Pedro solo le respondió que empezara a despertar a su marido, que ya quedaba poco. Mientras intentaba despertarlo, observo de refilón como el escribía algo. A José le costo trabajo reincorporarse, y ella tampoco ponía mucho interés en el, estaba enfadada, aunque ya se había llevado su merecido. Cuando encendieron las luces, y pidieron que se abrocharan los cinturones, ella noto que su vestido estaba manchado por abajo, pero no se preocupó por ello. Al acercarse al momento del aterrizaje, tomo las dos manos, las de su marido, por rutina, y la de Pedro, apretándola fuerte, sintiéndose protegido, dominada por el.

Aunque ya había pasado todo, se sintió muy feliz, muy puta, agarrando la mano de su amante, a la vez que la de su marido, lo hizo sin miedo ni tapujos, aprovechándose eso si que José estaba todavía un poco ido.

Noto que le había pasado un papel, lo guardo en el bolso. Cuando el avión aterrizo y llego al punto de embarque, Pedro se despidió de ellos, deseándoles un buen viaje, José aún andaba medio grogui, y no le presto mucha atención. Espero a que saliera todo el mundo, para ir mas cómoda. A la salida del avión, Olga la azafata, la citaba con una cara un poco rara, entre incrédula y de sorpresa, cuando la vio salir de la mano de su marido..., ella no se corto un pelo, y le dijo muchas gracias por todo. Cuando estaban esperando las maletas, le dijo a su marido que se sentara, que ella se haría cargo de todo, y aprovecho para leer el mensaje:

Si quieres volver a verme, tienes que publicar este anuncio, en El Diario de Palma, y esperar a que yo te llame, eso si lo haré desde otro tfno, así que tendrás que contestar todas las llamadas: " Madura curiosa, de vacaciones en las Islas, busca hombre joven, que le taladre el ultimo agujero virgen que le queda, 50 euros, abstenerse curiosos y pichiflojis llamar a 6xxx..."

Cuando recogió las maletas, dejo el carrito con su marido, y diciéndole que necesitaba hacer una llamada, se aparto un poco, para llamar al periódico, poner el anuncio, y comenzar su nueva y pervertida vida...

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  • COMENTARIOS
Anonymous
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3 Comentarios
AnonymousAnónimohace casi 2 años

Fenomenal

CaballerosiempreCaballerosiemprehace más de 10 años
Excelente!

Excelente descripción y preparación, el entorno, las circunstancias, espero con ansias la siguiente parte, en especial el detalle de las emociones y sentir de ella.

AnonymousAnónimohace alrededor de 12 años
Buenaza!

Increible

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