Entre-cruzados

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Al fin un poco de paz y tranquilidad. Nos quedamos a ver el hermoso atardecer ocultarse tras las montañas. La brisa que llegaba era deliciosa y refrescante, pero sin estar activos también nos provocaba escalofríos, decidimos mejor ir a ducharnos y arreglar todo para la rumba y el asadito que habíamos planeado.

Mientras organizábamos los tragos y sazonábamos las carnes, Sandra y el esposo no dejaban de pelear, otra vez. Él la tomó de la mano y se la llevó casi de mala gana a hablar lejos de nosotros. No sé si su relación era así todo el tiempo, una continua búsqueda de problemas y reconciliación para después regresar como un par de tortolitos enamorados, yo ya me habría hartado de eso.

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Tomamos y bebimos hasta que no nos cabía más, sobraba carne, mazorca y hasta plátano asado con queso y bocadillo. Para bajar la comida nos dedicamos mejor a bailar y la noche pintaba una delicia, para no excluir a Sofi la invitábamos a bailar con nosotros o con Lucia y su esposo que mostraban tener una relación más sólida. Hasta bailábamos entre mujeres cuando alguno de los hombres se sentaba a descansar.

Los esposos de ellas, parecían estar en una competencia de macho alfa por demostrar cuál de los dos aguantaba más bebiendo, ya saben haciendo su despliegue de pavos reales para impresionar a las "damas". El mío que no le gusta beber casi, prefería aprovechar para escudarse bailando con nosotras y no seguirles el juego.

Ya se notaba de nuevo la tensión en el ambiente con las miradas inquisitivas de Sandra a su esposo, cada rato lo sorprendía viendo a Sofi con su cara de morbo. Nosotros ya ni les prestábamos atención, se habían vuelto aburridores con el mismo cuento.

Mi novio estaba haciendo dar una vuelta a Sofi para pasarla a la otra pareja, sin querer se chocó de frente con el esposo de Sandra y ¡boom! todo estallo peor.

- ¿Me ves cara de idiota o qué?

Le dio una cachetada a su esposo y todos nos quedamos pasmados. Sofi ya un poco alicorada hasta le causo risa y por poco se lleva otra cachetada.

- Ay no Sandra, así no --intervino Lucia-- usted ya está muy cansona, deje pues la maricada que está viendo cosas que no son

- Si claro, como no...

La jalo de la mano y se la llevó a hablar fuera del kiosco. Los dos hombres se quedaban sentados como niños regañados. Apagamos la música y empezamos a recoger las cosas para terminar la rumba antes de que fuera peor.

- La voy a llevar a dormir, ya está muy borracha --dijo Lucia--

Nos hizo señas de que siguiéramos con la música que ella se encargaba. La abrazó por la cintura para ayudarla a caminar porque hasta se iba para los lados. Sofi que para esas alturas ya tenía sus traguitos encima ya andaba bastante contenta, casi que ni espero a que terminar de llegar a la habitación para cambiar la música y poner reggaeton.

- Ahora sí, a darle al perreo

Aunque nosotros no somo más de otro tipo de música más bailable, mi novio me animo a levantamos a bailar con ellos a ver si yo cumplir mi deseo. El problema es que ella de una en medio de ellos, los miraba provocativamente y obviamente no se le despegaban aprovechaban para pegarle tremendas rayadas y ella para darles más chorro en la boca desde la botella.

No le importaba coquetear conmigo delante de ellos o de mi novio, me invitaba a unirme, pero yo miraba hacia otro lado tratando de hacerme la que no lo notaba, ni de riesgos me iba a hacer en medio de esos señores.

No se aguantó, vino bailando hacia nosotros y se sacó una pepita del bolsillo pequeño de sus shorts.

- ¿Un extra de diversion? --la colocó en su lengua y me la ofreció--

Aunque nunca he probado drogas, estuve tentada a recibirla y tal vez si hubiera estado sola con mi novio lo habría hecho, pero con cara de morbo tan desagradable que hicieron ellos pensando que nos íbamos a besar se me quitaron todas las ganas.

- No gracias --la detuve amablemente del hombro-- nosotros no...

Volteo a mirar a mi novio y aunque sé que le hubiera encantado darle un beso a esa lindura, le sonrió con amabilidad y negó con su cabeza.

- No gracias, no nos gusta mezclar y ya hemos tomado mucho

Ella levanto los hombros, se tragó la pastilla, sonrió y me dio un pico rosando mis comisuras.

- Lastima --dijo mordiéndose los labios mientras me miraba a la boca-- sera en otra ocasión

Se fue bailando, levantando las manos en lo alto, meneando sus caderas. Sacó una pastilla en cada mano y tras metérselas en la boca a ellos les dio un candente beso a cada uno asegurándose de revisar con su lengua que la hubieran tragado.

- Ahora sé porque tu amiga, se pone así con ella

- Si ya saben cómo es ¿para que la invitan?

Empezamos a desistir de nuestros planes. Nos sentíamos incomodos con que alguna de ellas apareciera, los viera y ahi si todo se iba ir a la mierda, preferimos tomar distancia y escabullirnos sin que siquiera lo notaran.

Subiendo las escalas a la finca, apagaron las luces y vimos como entre los dos se la comían a besos y le empezaban a meter mano por todos lados. Esos tres iban con toda y Sofia rumbo a cumplir con su nuevo propósito de vida de descontrol total.

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Entramos en penumbra a la habitación, sin encender ninguna luz, usando las manos como guía para encontrar la cama. Nos metimos debajo de las sábanas, él me abrazo y tratamos de quedarnos dormidos. El problema es que cada que bebemos los dos nos calentamos demasiado. Me empezó a besar el cuello.

- No amor, nos ven

- Ellas están dormidas, ni se dan cuenta

- Dale pues --voltee a mirarlo riendo con picardía-- pero suavecito

Su miembro creció entre mis nalgas, me tomo de la cintura, empujo hacia adelante mientras me chupaba el lóbulo y se me escapo un gemido.

- Shhh las vas a despertar

Tomé su mano, la subí hasta mi boca para que me tapara, me corrí lar tangas a un lado y guie su miembro a mi interior. Ay maldita sea, esto de hacerlo a escondidas, casi sin movernos me calentaba demasiado.

De cuando en cuando les daba una mirada a las otras camas, vi a contraluz que una de ellas se giró boca arriba y de una le mandé la mano hacia atrás para que se detuviera un momento.

- Fresca, solo se está acomodando

Moví mi cabeza hacia los lados para negarme y él aflojo la mano para dejarme hablar

- ¿Me vas a dejar así? --dijo respirándome al oído, empujando su miembro hasta el fondo--

Me tuve que morder la lengua para no ir a gemir y lo volteé a mirarlo enojada.

- Espera un momento, porfa

- No, no puedo, estas muy deliciosa

Vi su intención de volver a hacer lo mismo, mandé la mano hacia atrás y tomé su miembro apretándolo y dejando solo su glande adentro

- No seas mala Meli

- Shh espera, no hagas ruido y mira

La silueta que estaba boca arriba se veía encorvando su espalda hacia atrás, tapándose la boca y volteando a verificar que estuviéramos dormidos.

- ¿Se está masturbando?

- No sé, eso parece

Lo volteé a mirar hacia atrás sonriendo y sin dejarlo de hacerlo, solté mi mano y volví a meter su miembro muy despacito hasta el fondo, cerré los ojos aprete los labios para no ir a gemir y cuando los abri él estaba con los ojos abiertos casi asustado mirando hacia ella. Mi primer pensamiento fue «mierda, nos descubrieron».

Voltee a mirar muy despacito y se veía un gran circulo a la altura de su entrepierna, eso con toda seguridad no era una mano.

- No puede ser

Nos quedamos super quietos y en silencio, su miembro palpitaba dentro de mí, mientras veíamos como las sábanas se deslizaban hacia abajo y quedaban sus erectos pezones a contraluz alcanzándolos con sus manos para estirarlos y hacer que su espalda se encorvara tanto que pasaba la luz por debajo de su cuerpo.

El calor la invadía y no se aguantó más, de un jalón arrancó la sabana y las sospechas fueron confirmadas Sandra estaba metida en la entrepierna de Lucia dándole placer.

La sola imagen me hizo correr de inmediato, fue tan obvio que si no es por la penumbra sé que estaría roja como un tomate de la vergüenza. Fede en vez de reprochármelo me beso con ternura, sonriendo con amabilidad y pegándose a mi oído para hablar con un hilo de voz.

- No te preocupes, disfrútalo que estas cosas no pasan todos los días

Gracias a lo mojada que había quedado ahora nos podíamos mover aún más despacio, casi de manera imperceptible, con los ojos apenas entre abiertos para poderlas ver.

Mi sexo brotaba a borbotones, imaginaba el placer que sentían y los orgasmos llegaban solos, tuve que volver a coger su mano y esta vez metérmela a la boca mordiendo el espacio entre su índice y pulgar para no gritar.

Sandra subió lentamente, besándole el torso hasta tomar sus senos, le daba lengüetazos y luego se metía sus pezones chupándolos de forma sensual y provocativa sacándole unos ahogados y deliciosos gemidos que trataba de disimular tapándose la boca.

Le besaba el cuello, iba por sus labios los estiraba y miraba a los ojos juntando sus frentes mientras que con sus dedos jugaba con su clitoris y la penetraba.

- Ahhhh --no pudo contenerse más--

Sandra, le tapó la boca y volteo a mirar hacia nosotros. Nos quedamos como piedras hasta que regreso la mirada a ella, levantó su dedo índice en señal de silencio y Lucia asintió riéndose con picardía.

Sandra movía su mano en círculos y Lucia la miraba suplicando que no siguiera porque no iba a aguantar más.

- Ay dios, ahhhhh

Sandra le tapó la boca, las dos voltearon a mirarnos asustadas. Se quedaron quieta unos segundos y al pensar que teníamos sueño profundo se despreocuparon y decidieron concentrarse en ellas.

Sandra la tomó de las manos, se las sostuvo encima de la cabeza, bajo acariciándole el cuerpo, le abrió las piernas y le acarició los muslos con cara de maldad, haciendo que su pecho se inflara de forma entrecortada.

Montó su pierna por encima, entrecruzando sus piernas juntando sus partes. Lucia se levantó a besarla y tomarla del cuello, las dos se movían tan delicioso frotando sus sexos que no fui capaz de aguantar más.

Fui atrevida, lo sé, pero ten que correr el riesgo. Arranqué las sábanas, ellas se quedaron pasmadas sin saber cómo reaccionar. Me quité la ropa y me monté a cabalgar a mi novio dándole la espalda, acariciándome el cuerpo.

Lucia al ver que no corrían ningún peligro y que lo único que queríamos era lo mismo que ellas, la tomó entre sus labios, recuperando la pasión.

Las siluetas y sombras de sus excitados cuerpos eran casi como un sueño, se notaba que entre ellas de verdad existía algo especial desde hace tiempo, algo que también sabían disimular muy bien en público.

De vez en cuando ellas volteaban a mirar, se acariciaban y besaban mirándome a los ojos, me acariciaba el sexo y apretaba los senos para aguantar no venirme, los gemidos que se empezaban a sincronizar con los de ellas.

Cerré los ojos un momento tratando de aguantar y cuando los abri, ellas estaban caminando hacia nosotros y me quedé helada. Se montaron apoyando una rodilla en la cama y cada una me tomo de una mano.

- ¿Podemos?

Afirmé con la cabeza sin siquiera procesarlo, mi inconsciente lo hizo sin duda por mi colocando mis manos detrás de sus cabezas y atrayéndolas hacia mis senos. Fue electrizante sentir sus bocas chuparlos, casi como si me estuviera cogiendo la luz y no fuera capaz de liberarme, mi sexo no paraba de apretar su miembro casi hasta el punto de ahorcarlo.

- ¡Ay diosss! ¡No puede ser! ¡Aghhh!

Un intenso orgasmo me invadió, ellas subieron muertas de risa a llenarme de besos tiernos mientras me recuperaba un poco.

- Pensamos que no te gustaban las mujeres

- Aun no lo sé

Se miraron entre ellas, sonrieron con mucha maldad, al saber que se trataba de mi primera vez.

Me tocaban todo el cuerpo, frotaban sus senos con los míos y me producían escalofríos cuando usaban sus pezones erectos para acariciarme el cuerpo. Metian sus manos a mi sexo y se las daban a probar haciendo muecas de placer, como cuando comes tu postre favorito.

Sandra me miró a los ojos y comenzó a bajar por mi torso, entre mis senos. Mis manos empezaron a temblar. Lucia me tomó del rostro para que me concentrara en ella, la otra me besaba los muslos y mis dientes castañeaban. Me beso el cuello, se acercó a mi oído chupando mi lóbulo.

- Solo cierra los ojos, ella sabe lo que hace, créeme

Se montó sobre mi novio, justo detrás de mí, abrazándome, besando mi cuello, acariciando mis senos. Senti la respiración tibia de Sandra en mi sexo, apenas mire asustada hacia abajo Lucia me la levantó del mentón para distraerme comiéndome a besos.

Sandra se apodero de mi sexo, dándole unos cortos pero certeros lametazos a mi clitoris y así poco a poco su lengua se fue apoderando de todo mi ser. Lucia sonreía, tomaba mi mano y me guiaba para que metiera mis dedos en su cabellera y le mostrara a Sandra el ritmo que quería que llevara.

- ¡AHHHHHH!

- Shhhh --me tapo la boca--

- No puedo ¡AHHHHHH!

Me besaba durísimo el cuello, apretaba mis senos, estiraba mis pezones y movía su cuerpo de adelante hacia atrás como si me estuviera penetrando. Se acercó a mi oído, beso el lóbulo, pasó toda su lengua al rededor y me dijo en secreto.

- Tu novio, me la está tocando tan rico ¿lo dejo probar?

En ese momento es lo que menos me importaba, me pudo haber dicho que me iba a matar y creo que le habría dicho que sí. Se separó de mí, levantando sus nalgas descargando su sexo húmedo en su boca, llenando mi oído de deliciosos gemidos, describía todo lo que Fede le hacía. Maldita sea, eso me ponía peor de caliente.

Miraba hacia abajo, Sandra se reía con maldad sacaba su miembro humedecido con mis jugos y le daba unas cuantas mamadas, apenas cerraba los ojos lo volvía a metérmelo y se dedicaba a darme placer.

«Esto no podía ser verdad, seguro en algún momento me había quedado dormida y estaba era metida en un sueño erótico tan tremendamente delicioso que no quería despertar nunca»

-Hummm que necio es, me acaba de meter la lengua en el culo ahhhh

Lucia reía con picardía y me comía a besos entre gemidos. Recordaba lo delicioso y antojador que es cuando me lo hace a mí y entendía porque ella estaba tan excitada. Me metió los dedos a la boca para que los llenara de saliva, los bajo entre mis nalgas y sin pedir permiso empezó a acariciar mi asterisco simulando los movimientos que recibía de él.

- ¡AHHHHHH AHHHHH! ¡ESPERA, ESPERA!

Me tapó la boca con su otra mano, se acercó a mi oído gimiendo cada vez más delicioso y fuerte.

- Si, así, que rico como me mete la lengua, mmmm si, ya quiero que me meta otra cosa

Empujó uno de sus dedos por detrás hacia mi interior y ni mordiendo su mano la quitó de mi boca. Metía y sacaba su dedo de mi trasero, aumentando la velocidad.

Recuerdo que mis ojos se fueron volteando hacia atrás sin que lo pudiera controlar, mi cuerpo perdió la fuerza y entro como en una especie de transe. Sentía como si un cumulo de energía creciera dentro de mi pecho y bajara lentamente hasta mi sexo.

No aguanté mucho más, era demasiado placer como para poder resistir. Tuve un orgasmo tan intenso que cuando Sandra salió de ahí tenía toda la cara mojada y el mentón escurriendo gotas.

Lucia se quitó de atrás muerta de risa y me ayudo a recostarme de espaldas sobre Fede, mi hermoso y deliciosos Fede que me miro con esos ojitos agradecidos de placer.

- Un momento ¿escuchan eso? --dijo Sandra--

- Yo no escucho nada --respondió Lucia--

- ¡Exacto!

- ¡Mierda!

Sin siquiera unos segundos para recuperar el aliento nos levantamos, corriendo a buscar sus ropas entre la penumbra y vestirnos a toda prisa.

Ya se escuchaba sus voces subiendo la colina y nos tiramos a las camas de cada uno simulando estar dormidos.

La de Lucia, donde estaban haciendo de las suyas en un inicio, quedaba diagonal a la nuestra. Ella no dejaba de mirarnos de forma inquieta y sugestiva mordiéndose los labios.

- Me dejaron iniciada. Ustedes dos me quedan debiendo una --riendo con picardía señalándose sus nalgas--

- Shhh --dijo Melina-- no hablen más

Tratábamos de aguantar la risa, ellos llegaron tratando de no hacer mucho ruido, pero era imposible. Sofi, en medio casi que cargándolos a los dos que se iban hacia los lados y balbuceaban cosas inentendibles, estaban demasiado borrachos y chocaban contra todo.

Sandra se levantó simulando su cara de molesta al recibir a su esposo y darle una cantaleta eterna en voz baja para que "no nos fuera a despertar" hasta lograr quitarle la ropa y acostarlo.

Nosotros apenas veíamos la cara de Lucia muerta de risa sin ser capaz de disimular, no era buena para eso. Lo único que hizo fue correrse un poco y Sofía se encargó de acostarlo a su lado dándole la espalda.

Nosotros nos dimos la vuelta, para el otro lado como si estuviéramos incómodos porque nos habían despertado, pero más que todo lo hicimos para no verle la cara a Lucia y nos íbamos a estallar de la risa.

Quedamos mirando hacia la cama de Sofi. Pobre, tenía una cara de agotamiento y aburrimiento tenaz, seguro que no se la había pasado tan bien como se lo esperaba. Se dejó caer de espaldas en la cama, suspiro profundo y se quedó mirando al techo con los ojos abiertos.

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Una deliciosa brisa llegó para refrescar el vapor y calor que habían dejado nuestros cuerpos en la habitación, minutos más tarde una fuerte lluvia caía y los truenos iluminaban la habitación y fue cuando lo notamos.

Sofi un poco frustrada sin importarle que la vieran, estaba con el sostén abierto acariciándose los senos y una mano metida entre sus shorts. Abrace a mi novio, que ya estaba con los ojos cerrados

- No te alcanzaste a venir ¿cierto?

- Amor, no importa, duérmete que así estuvo bien

Le metí la mano debajo de la pantaloneta para masturbarlo, abrió los ojos y vio a esa deliciosa mujer darse placer, tratando de ocultar sus gemidos entre el estruendo de los truenos.

- No te voy a dejar empezado ¿qué tal si...?

Levante la sábana para llamar su atención, ella se quedó inmóvil un segundo y luego sonrío al ver como sacaba su miembro de la pantaloneta y lo masturbaba.

Se sentó al borde de la cama con intención de meterse a la nuestra, pero no me sentía cómoda con los esposos de ellas ahí. Giré mi cuello y le señalé con los ojos la puerta. Ella salió en puntas para no hacer ningún ruido y nosotras las seguimos detrás.

Ni siquiera me dejó cerrar la puerta y nos arrastró de la mano bajo la lluvia escaleras abajo hasta el kiosco. La empujé hasta uno de los pilares y me la comí literalmente a besos mientras nos quitábamos la ropa entre las dos. Fede guardaba la distancia dejándome vivir el momento, pero igual no nos quitaba la mirada de encima y la erección daba tumbos debajo de su pantaloneta.

Algo me impedía dar el siguiente paso, la imaginaba con esos desagradables señores y la verdad es que me daba un poco de asco poner mi boca en lugares que pudieron haber estado ellos.

- ¿Pudiste hacer tus locuras? --le pregunté disimuladamente--

- La locura, fue no irme con ustedes antes, ellos estaban demasiado borrachos

- ¿Osea que te dejaron empezada? pobrecita

- Si pobre de mí --sonrió con su carita angelical--

Se agachó para sacar de sus shorts un condón y me lo entregó en la mano. Caminamos hacia él, mientras lo besábamos entre las dos nos desnudábamos y ella aprovechaba para ayudarme a sostener su miembro mientras yo lo vestía. Nos miramos a los ojos, sin decir nada ambas nos hicimos de rodillas y compartimos su miembro.

Todo iba super bien, hasta que empecé a mirarla cuando se atragantaba con él y su ojo se desviaba de tal forma que parecía que se le fuera a salir. Se me bajó un poco la excitación debo aceptarlo, preferí ponerme de pie detrás de ella y empujar su cabeza con mi sexo mientras lo besaba.

A él en cambio parecía excitar verla hacer eso, sus ojos casi en su sitio cuando lo tenía afuera y luego como se perdían progresivamente al meterse su miembro. Lo agarré del cabello metiendo mis dedos por detrás para que me besara.