Ronald y Sus Poderes Mágicos CFNM

BETA PÚBLICA

Nota: Puede cambiar el tamaño de la fuente, el tipo de fuente y activar el modo oscuro haciendo clic en la pestaña del ícono "A" en el Cuadro de información de la historia.

Puede volver temporalmente a una experiencia Classic Literotica® durante nuestras pruebas Beta públicas en curso. Considere dejar comentarios sobre los problemas que experimenta o sugerir mejoras.

Haga clic aquí

"Chamo, deberías intentarlo...Míranos a nosotras y dale tu a ver qué tal!" Dijo Aviana, poniéndose las manos en la cadera y empezando a mover las caderas haciendo círculos. Carolina casi que inmediatamente la imitó, repitiendo el mismo movimiento.

"Dale, Juan, menéalo así!"

Por fin Juan se atrevió a mover sus caderas al ritmo creciente y cada vez más rápido de Carolina y Aviana. El efecto fue inmediato: su enorme pene y testículos comenzaron a moverse descontroladamente, de un lado al otro, chocando con los muslos las caderas y generando un caudal de risas incontenibles para las chicas a los dos lados de la pantalla.

"Eso, menea esa paloma, Juan! Dale!" Carolina empezó a mover sus caderas más rápido.

"Dale, Juan, dale que tú puedes, a ver si se despierta bolas colgantes!" Aviana alcanzó a decir.

Las carcajadas inundaron la sala, mientras en la tv, por fin Carolina y Aviana pararon su movimiento rítmico y frenético, para continuar riéndose.

"Bueno, yo creo que ha sido un placer conocer a bolas colgantes, la paloma gigante, pero ya es hora de despedirnos! Chao, bolas colgantes. Eres una paloma encantadora! Dijo entre risas Carolina, dirigiéndose al pene de Juan.

"Chao, bolas colgantes, ha sido un placer verte colgando por aquí!" Complementó Aviana, también entre risas.

"Bolas colgantes, despídete de nuestra teleaudiencia, porfa" Le dijo Carolina, en el mismo tono de comicidad que había venido usando.

"Sí, Bolas colgantes, haz el helicóptero para despedirte, porfa!" Dijo Aviana casi que en ruego.

Juan entonces procedió a mover sus caderas rítmicamente, haciendo que su pene se moviera como las aspas de un helicóptero. Carolina y Aviana reaccionaron inmediatamente con alegría. Una gran sonrisa se dibujó en cada una de las caras de las 4 chicas espectadoras, del otro lado de la pantalla.

El programa continuó, esta vez las chicas se apresuraron en dirección de otro guapo joven que parecía estar apoyándose en un cocotero, justo a punto de orinar.

"Aviana, y chicas, estamos a punto de presenciar un evento muy difícil de ver en la observación de los pájaros. Miren a este muchacho moreno, que está a punto de cambiarle el agua a su zamuro"

"Ajaaa....te pillamos.....! le estás cambiando el agua al zamuro, verdad?" Preguntó Carolina, arracando una risa a su interlocutor, a Aviana y a las espectadoras.

El moreno seguía orinando, con el prepucio recogido, dejando correr un gran chorro de orina transparente.

"Qué sorprendente cómo sin la capucha las palomas tienen mejor puntería. Casi que puede dirigir el chorro y escribir algo en la arena" Dijo Aviana, entretenida.

"Esa es la magia de estos pájaros, Aviana. Sus dueños tienen horas de diversión garantizadas al cambiarle el agua, al caminar, correr, saltar. A estas palomas y, bueno, en este caso a este zamuro, lo único que les falta es hablar...."

El joven sacudió su miembro frente a las dos atentas chicas que estaban pendientes de que no quedara una sola gota de orina en el glande.

"Mierda, qué increíble esta vaina" Jennifer dijo con una mezcla de diversión y asombro.

"Chama, este canal está haciendo historia" Se apresuró a decir Cecilia.

El programa terminó con las chicas despidiéndose y anunciado la segunda parte del programa para mañana. Llegó entonces el momento de otro break, ya con las chicas más relajadas y deshinibidas, en parte por el alcohol, en parte gracias a los programas ideados por el propio Ronald, se dedicaron a reflexionar de una manera más abierta y explícita sobre el CFNM y sus últimas vivencias con la alocada serie de shows que habían visto en Cosmo.

"Chama, yo no sé qué casualidad que cada vez que estamos con Ronald, en Cosmo pasan todos esos programas divertidos y extraños de los tipos desnudos" Jennifer dijo riendo.

"Sí, de pana que es una coincidencia graciosa, ese poco de programas enfocados en los pipís y las bolas" Mariel expresó con gracia

"Chamas, yo no me quejo, la he pasado genial, me he reído viendo ese poco de pipís...de hecho nunca imaginé ver algo así..." Dijo Johanna.

"Maricas, de verdad yo gocé un mundo...Sólo me pregunto si todo lo que hemos visto es real...no sé, me cuesta creer que sea así de fácil...que tú le digas a un tipo, mira, pélate la paloma ahí y lo haga..." Dijo Cecilia, con sincera curiosidad.

"Ya va, acá tenemos una opinión de alguien con pipí que puede opinar con propiedad!" Dijo Johanna, riendo.

"Es verdad, chamo, Ronald, así de panitas, o sea, te imaginas en una situación así, desnudo, con la paloma y las bolas al aire, rodeado de varias chamas examinándote el pipí?" Preguntó Cecilia.

"Verga, nunca me habían preguntado una vaina así...déjame pensarlo bien" Respondió Ronald, tratando de fingir contrariedad, pero jubiloso por dentro. Este era el momento añorado por tanto tiempo. Dependiendo de cómo manejara la situación, podría abrir las puertas de varios escenarios reales de CFNM

"Pero qué, te da penita andar con el pipí al aire, Ronald?" Dijo Mariel, en un tono a medio camino entre una falsa empatía y una pizca de picardía.

"No, bueno, yo ando muy contento con mi cuerpo...no tengo ningún complejo ni me da pena...solo que.." Ronald estaba hilando una frase mientras fue interrumpido por Jennifer.

"O sea, si te tuvieras que pelar el pipiricho frente a nosotras lo harías sin rollo, verdad?" Le dijo Jennifer de manera intrépida y retadora, con una gran sonrisa en la boca.

"Marica!" Alcanzó a decir Johanna sonriendo.

"Chama...wow, que lanzada...!" Dijo Cecilia.

"Ojo, sí lo haría, pero..."

"Aja...peerrrooooo...?" Preguntó Mariel.

"Bueno, primero que las chamas no se ofendan, ni se asusten, ni me vayan a decir violador, ni aberrado ni esas vainas...o sea, un acuerdo de panas...Sí, me empeloto, pero sin riesgos ni para las chamas que me acompañan ni para mí" Respondió Ronald.

"Suena muy sensato, con mucho sentido común..." Respondió Mariel sonriendo.

El ambiente se iba cargando de esa agradable tensión erótica, en la que las chicas, cada vez más deshinibidas y en confianza, estaban gravitando en la posibilidad cada vez más cercana de que Ronald se desnudara.

"Y segundo...?" Preguntó Jennifer.

"Yo no tengo complejos y me desnudaría sin rollo, pero si estoy con varias chamas, en plena confianza, sin riesgos de ningún tipo, que sean desenrolladas, sin ningún trasfondo sexual raro, no sé...trataría de llegar a un acuerdo...algo así como: me desnudo si alguna se desnuda..."

"Algo así como te muestro el pipiricho si me muestras las tetas?" Complementó Mariel.

"Verga, está conversación se está poniendo caliente....!" Dijo Johanna riendo.

"Sí, o capaz algo así como un juego de lo que sea, un poker, scrabble, lo que sea, el que pierda se va desnudando y pierde una pieza de ropa. Así, sería genial para mí, si quedo en pelota, o si la chama, o las chamas quedan en pelota bien, pues, sin rollo"

"Un ajedrez, capaz...." Dijo Mariel con un brillo pícaro en los ojos.

"Sí, un ajedrez estaría bien, me gusta el ajedrez!" respondió Ronald.

Jennifer había captado la intención de Mariel, y sabía que ella era una hipertalentosa jugadora de ajedrez. Sus ojos se abrieron y brillaron al entender que por más inteligente que resultara Ronald, si Mariel lo invitaba a jugar ajedrez estaba destinado a perder. Y en este contexto, perder para él significaría desnudarse.

"Bueno, entonces, Ronald...vamos a ver quién es la chiva que más mea acá en ajedrez pues! Te reto al mejor de 3 juegos de ajedrez...Pero no cualquier ajedrez...un strip-chess. El que pierda un juego, pierde 2 piezas de ropa...No valen las medias..."

"Mierda....wow, no me esperaba esa Mariel!" dijo Cecilia con gran sorpresa.

"Verga, esta es la noche...o pipiricho o tetas y totona...EN VIVO!" Dijo Johanna, riendo mientras aplaudían.

"Pipiricho, chicas, pipiricho, esta noche le vamos a liberar el pipiricho a Ronald para que agarre un poco de aire fresco...!" Dijo Mariel con picardía, mientras Jennifer estallaba en risas.

"Pipiricho y bolas, marica, no te olvides de las bolas!" Intervino Cecilia, también riendo.

"Entonces, Ronald, qué dices, trato hecho, sí o no?" Mariel preguntó.

"Verga...de pana que Ustedes son una vaina seria, chamas..." Respondió Ronald.

"Ah vaina, te vas a rajar ahora, Ronald?" Preguntó Mariel

"Chamo, no te rajes, no quieres ver a Mariel en pelota, pues?" Preguntó Jennifer.

"Bueno, sí va!"

"Marica, no nos dejes mal. No quiero verte ni las tetas ni tu totona peluda!" Johanna bromeó.

Lo de la totona peluda de Mariel retumbó por un rato en la mente de Ronald, que tenía una cierta fascinación por el vello púbico en las chicas. Había algo de maravilloso, sensual y excitante. No pudo evitar desnudar en su mente a Mariel, y ver su entrepierna cubierta por una franja de pelo negro cubriendo su hendidura.

Inspirado por esa imagen de Mariel desnuda, con su atrayente entrepierna cubierta de vello púbico, Ronald se sentó frente a ella y se dispuso a comenzar la partida. Mariel, por su parte, dotada de una inteligencia excepcional y con una gran capacidad estratégica, optó por un plan bastante sencillo, pero efectivo: perdería el primer partido, para darle una falsa confianza a Ronald, y arrasaría en los otros dos. De manera que el primer partido concluyó con la victoria de Ronald y Mariel quedando solo con tres prendas que la separaban tenuemente de la desnudez completa: su sostén, las pantaletas y sus medias. Su ropa interior era sencilla y de color rojo; su cuerpo bien proporcionado y en forma y sus atractivas y sensuales formas femeninas captaron la atención de él, que por un momento fijó su mirada en las pantaletas, como si tratara de divisar alguna traza, algún indicio del tan ansiado y maravilloso vello púbico.

La mirada detenida en la entrepierna de Mariel, no pasó desapercibida para Jennifer.

"Chamo, vas a quedar bizco. Le tienes la mirada clavada en el papo a Mariel..."

"Perdón, no era mi intención..."

"Sí, claro...ya pues, concéntrate en tu juego, que estás a dos partidos de sentir la brisa fresca del aire en el pipí y en las bolas, querido amigo! Dijo Mariel, sonriente y confiada.

"Upa...agárrate, Ronald...Mariel, no nos deje morir...Ese pipiricho tiene que volar libre dentro de poco!" Dijo Jennifer.

"Chama, por Dios, con quién crees que estás hablando?" Respondió Mariel confiada.

"Esa es la actitud, mana, así se habla!" Añadió Cecilia.

"Sigo cruzando los dedos, no nos dececpciones, marica!" Dijo Johanna.

El segundo partido asumió una dinámica totalmente distinta. Mariel jugó con el dominio brillante de una gran maestra de ajedrez, apabullando a Ronald, quien se sorprendió del despliegue de poder de su contrincante.

"Jaque mate, Ronald!" Dijo Mariel, sonriente. "Bueno, ya sabes, a quitarse el pantalón...vamos a ver de qué color tienes los interiores!" Complementó Mariel, mientras las chicas sonreían.

"Verga, ok!" Ronald respondió.

Ronald se apuró a quitarse su franela, luego desabrochó su cinturón y prosiguió por fin con el jean. Las chicas estaban absortas contemplando el gran momento: una vez que desabrochó su jean y bajó la bragueta, quedó a la vista su ropa interior. La tela blanca cubría un enorme bulto protuberante, que hacía anticipar un pene y unos testículos realmente grandes. Los ojos de las chicas se abrieron plenamente, como hipnotizadas, fijados en su voluminosa entrepierna, mientras una sonrisa a medio camino entre suspiro y risa se plasmaba progresivamente en sus rostros.

"Mieeerdddaaa, muchacho, qué llevas ahí, vale!" Soltó Johanna riendo.

"Carajo, Ronald, como que llevas mucha carne hay colgando entre las piernas, vale" Complementó Jennifer.

"Ojalá no sea un truco, ni medias ni ninguna prenda haciendo bulto ahí...conozco unos chamos que se ponían cosas para aparentar que tenían el pipí más grande!" Dijo Cecilia.

"No, mosca, yo soy como soy, no me operado, ni uso ayudas para aparentar nada..." Respondió Ronald.

"Oooohhhhhhh....bueno, estamos a unos minutos de comprobar si es así en verdad, querido Ronald!" Dijo Mariel con picardía y una gran sonrisa en los labios.

La expectación y la tensión erótica habían crecido; las chicas casi podían saborear el momento de ver plenamente desnudo a Ronald, por lo que, la picardía femenina de todas ellas, y una cierta certeza intuitiva del que el triunfo de Mariel estaba más que claro, las llevó a deshinibirse aún más y a comenzar a bromear un poco mientras proseguía el partido.

"Chicas, les tengo un chiste...." Contó Cecilia llena de picardía...

"Cuéntalo, marica...!" Se animó Johanna.

"Qué es un grano en la cabeza de un pene?" Pregunta Cecilia... "Nadie sabe....bueno, un tumor cerebral..."

El chiste le robó una risa a Mariel y el resto de las chicas, mientras se le dibujó una sonrisa a Ronald en su rostro.

"Ajá...entonces esto es una ronda de chistes sobre pipís hasta que Mariel gane definitivamente...acá les echo uno, chicas...Hay un elefante y un hombre desnudo...así, uno frente al otro...a que no adivinan qué le dijo el elefante al hombre cuando lo vió...?" Jennifer preguntó.

"No sé, me rindo...qué le dijo, Jennifer...?" Preguntó Johanna...

"El elefante le ve el pipiricho y le dice: chamo, cómo haces para respirar con esa cosa....?!"

Esta vez la risa fue mayor....Ronald, si bien estaba enfocado en su juego de ajedrez, no dejaba de disfrutar el aire divertido y atrevido de las chicas. Su escenario soñado de CFNM estaba, por fin, concretándose en la realidad. Estaba disfrutando, dentro de sí, de la emoción y picardía de las chicas, de sus perfumes y aromas (era algo que le fascinaba, cómo habitualmente las mujeres huelen tan, pero tan bien!), y de Mariel despampanante, con su ropa interior roja. El resto de las chicas también era un colirio para la vista, vestidas con monos y franelas y todas muy sensuales.

"Ahora vengo yo....otra adivinanza...por qué los hombres tienen un huequito en la cabeza del pipí?" Preguntó Johanna, sonriente y expectante.

"Para poder orinar!" Respondió Jennifer.

"Cuando eyaculan y botan leche...!" Respondió Cecilia riendo.

"No, para que le llegué un poquito de aire al cerebro.." Dijo Johanna riendo y generando risa en sus compañeras.

"Chamo, Ronald, no entiendo cómo no eres capaz de ganarme. Lo digo por aquello de que dos cabezas piensan mejor que una...Pero que va! Como que la inteligencia de tu pipí te falló, vas a perder en 4 jugadas..."

"Veerggaaaa....Mariel!, así se hace, chama!" Dijo Jennifer, riendo y aplaudiendo.

"Sip, yo sé mi vaina, maricas...me van a agradecer en 4 jugadas..."

"Si y vaina, yo no veo esa vaina de las 4 jugadas, Mariel...me vas a cortar con ese cuchillo de cartón...?" Preguntó Ronald.

"Es cuestión de las 4 jugadas...capaz no es que no lo ves, si no que no lo entiendes todavía. Capaz te sentaste sobre la paloma o las bolas, te medio machucaste el cerebro y quedaste más bruto ahora, Ronald, ajajajajajajajajaj!" Dijo Mariel con sorna y en medio de risas. El resto de las chicas aplaudió el chiste de Mariel con vivas carcajadas.

Las jugadas se sucedieron y en efecto, a la cuarta jugada, Mariel, con su típica picardía, una gran sonrisa de superioridad y sensualidad, dio el Jaque Mate a Ronald. Las chicas aplaudieron, rieron, gritaron y celebraron eufóricamente la victoria de su compañera.

"Chamo, te lo dije que ibas a perder en 4 jugadas...Dicho y hecho...!" Dijo Mariel, triunfante.

En medio del jolgorio por la consecución del simpático objetivo de lograr que Ronald perdiera y tuviera que desnudarse, Jennifer se apresuró a decir:

"Ya va, ya va, yo quiero ver todo, de frente, en primer fila..." Se colocó entonces frente a Ronald y al lado de Mariel.

"Yo también....!" Dijo Johanna

"Me uno a la moción!" Añadió Cecilia.

Las chicas se pusieron todas frente a Ronald, sentadas sobre sus piernas. Estaban eufóricas y expectantes.

"Ya va, Ronald, antes de que te saques el pipiricho, quería agradecerte a ti, por estos juegos. Igual sabía que te iba a ganar, solo que no eras tan pajúo como pensaba...!" Dijo Mariel riendo.

"Verga, y perdiste teniendo 2 cabezas, Ronald!" Se carcajeó Johanna, aplaudiendo y generando una risa colectiva.

"Jajaja...son un vacilón chicas" Dijo fingiendo molestia y cansancio Ronald. Apenas terminó de hablar, llevó sus dedos a la banda de sus interiores blancos.

"Mosca, con calma, Ronald...ya va, no comiences todavía...trata de hacerlo como si fueras stripper..." Dijo Jennifer.

"Si y tal....eso no estaba en la apuesta" Dijo Ronald.

"Chamo, si eres picado vale. Estás a punto de quedar en pelotas, con la paloma al aire. Por qué en vez de amargarte no te lo tomas a mamadera de gallo, bailas un poco y después te sacas el pipiricho?" Dijo Mariel.

Dentro de sí, Ronald estaba totalmente jubiloso, feliz por el hecho de que sus continuados esfuerzos y poderoso enfoque habían dado finalmente resultado.

"Coño, está bien, qué más da..."

"Ok, un chance, voy a poner la canción adecuada para este momento..." Dijo Cecilia, que se apresuró a buscar en su cel la canción You can leave your hat on. "Listo!" Le dio play y comenzó a sonar la canción.

Las chicas empezaron a silbar muy entusiasmadas y a aplaudir, todo a la vez. Ronald explotaba de la felicidad por dentro y se permitió disfrutar de esta experiencia, con todos sus sentidos vivos. Empezó a menear sus caderas de forma rítmica, tratando de acompañar la música, y después de unos veinte segundos amagando bajarse los interiores, por fin se los bajó, dejando libre y a la vista de todos, su enorme pene flácido, que acompañaba también el movimiento de sus caderas! Un "ooohhhhh" unánime inundó el ambiente. Todas las chicas tenían las bocas abiertas, en señal de sorpresa, con sus ojos brillantes y alegres. Algunas de ellas llegaron a tapar el gesto de sorpresa de sus bocas con las manos.

"Mariiicaaaaaa!" gritó Jennifer con entusiasmo.

"Verga, Ronald, muchacho, lo que te debe pesar el pipisote!" Dijo Cecilia riendo.

"Chamo, si se te para no te debe llegar mucha sangre al cerebro! Bromeo Mariel, generando una risa colectiva.

Jennifer, inesperadamente, se alzó y se acercó a Ronald.

"Verga, disculpen mi mala eduación, pero como acá en frente hay alguien que no conocía, voy a presentarme!" Al apenas decir esto, Jennifer tomó el pene con su mano, y lo movió de arriba abajo como si estuviera dando la mano y comenzó hablar como si fuera una persona. "Hola, mi nombre es Jennifer, un placer!" Las carcajadas en esta oportunidad fueron aún mayores que las veces anteriores.

"Jajajjajajajajajja, marica...te faltó preguntarle su nombre al pipí!" Dijo Johanna, articulando con dificultad las palabras debido al ataque de risa que estaba sufriendo.

"Entonces, Ronald, le tienes o no le tienes nombre a tu pipiricho?" Preguntó Cecilia entre risas.

"Verga, no, no había pensado en eso antes..." Respondió Ronald riendo también.

"Miren, como parece que el pipiricho de Ronald no tiene nombre, yo creo que deberíamos bautizarlos nosotras" Dijo Mariel con cierta malicia. "Qué tal mister Pipiricho?"

"Esoooooooo, ese nombre está lindo...mister Pipiricho....me gusta!" Dijo Jennifer, riendo.

"Jajajajjajajajajajaj, chamas, esto se pone cada vez mejor!" Dijo Johanna, aplaudiendo. "Bueno, voy a saludar también!" Johanna se acercó, repitió el gesto de Jennifer tomando el pene con su mano y moviéndolo de arriba abajo. "Hola, mister Pipiricho, me llamo Johanna, un gusto!"

"Yo voy a presentar mis respetos a una de las cabezas pensantes con las que me acabo de enfrentar jugando ajedrez!" Mariel saludó también con el "estrechón de manos" tan particular! Bien jugado, Mister Pipiricho, considerando sobre todo que eres un cabeza de webo, pero bien jugado!" La broma de la sensual Mariel generó más risas.

Cecilia fue la última en repetir el saludo, solo que por tratar de darle un poco de más comicidad, meneo más veces el pene sin llegar a soltarlo por lo menos por unos 10 segundos, generando las hilarantes advertencias de sus compañeras.