Vivero

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Ximena se levantó justo en el medio, estorbando un poco, pero nosotros seguíamos queriendo comernos a besos. Ella se acercó, sus gemidos y su aliento nos golpeaba la cara y sus ojos perdidos de excitación me enloquecían. Mordí su lóbulo y le dije lo mismo que ella me dijo antes.

- Si quieres probar cosas nuevas, no tengo problema

Empecé a besar su cuello, mientras la penetraba y ella se entregó sin repudio a los labios de Esteban. El arnés me quedaba un poco grande, la solté para poder jalar las correas tan rápido como podía y volverla a penetrar, no quería que entrara en razón y se arrepintiera. La cogí de las caderas y traté de imitar a mi novio cuando me folla en cuatro.

La tomé de las caderas, la penetre un par de veces y luego descargue mis senos en su espalda acariciándola con mis pezones. Besando su cuello, yendo a buscar los labios de mi novio, ella no se apartó y continuó besándolo hasta que terminó con su lengua y sus labios en los míos. Ximena se me quedó mirando, esperando que me volviera a quitar, pero cerré los ojos y me dejé llevar.

Estaba demasiado excitada y loca como para no interrumpirla, la verdad es que ya no podía negarlo más, esto me estaba gustando y demasiado. Igual prefería tener los ojos cerrados, dejarme llevar y no pensar en nada más. Igual podía distinguir fácilmente los besos de mi novio a los suyos.

Ella me tomó de las caderas y me empujó hacia adelante, quería que la penetrara más duro. Yo le seguía el juego y le daba lo que pedía. Eso era lo que creía, pero en realidad con cada penetración se corría hacia adelante y así fue como terminó por dejarme a merced de su novia para que se metiera en mi sexo.

- Ay no.... ahhhh ahhhh.... así ahhh no

- Shhh shhhh --mi novio me tomó del cuello y me beso para tranquilizarme--

- Relájate, yo sé que te va gustar --me dijo ella, cerrándole los ojos con su mano--

No lo podía creer ¿por qué era tan malditamente delicioso? Recordaba cuando la vi dándole lengua a su novia, me daban espasmos y escalofríos. Esto que estaba sucediendo era increíble y ni siquiera me daban tiempo para pensar en si estaba bien o mal.

Ximena no paraba de besarnos con sus manos enrolladas en nuestro cuerpo. Nos invitaba a compartir besos entre los tres. Gemidos, aliento y miradas. La agarré por detrás de los senos moviendo la cintura de adelante a atrás para penetrarla y ella se le escapaban unos gemidos deliciosos que me volvían loca y me hacían gemirle al oído cuando su novia se clavaba en mi sexo o me pasaba la legua desde atrás hasta adelante.

Agarré una de sus manos y la bajé hasta el sexo de su novia, mientras la masturbábamos entre las dos pude sentir como Esperanza trataba de no venirse clavando sus dientes en mis muslos, retuvo con fuerzas su deseo, pero Esteban la tomo de las crestas ilíacas para penetrarla más al fondo y un par de peos vaginales delataron su punto de quiebre, su ultimo orgasmo acumulado.

Ximena sabía que no era fácil causar ese efecto en su novia. Me miró hacia atrás con ojitos saltones y perdidos, le chupaba el lóbulo y le gemía al oído mientras ella se comía la boca de mi novio.

- ¿Quieres probar algo más? --le dije--

- Lo que quieras

- Cambiar de puesto

- Si, que rico culearte

- No, eso no, quiero que te parta el culo

- Es que yo...

- Yo tampoco --la bese comiendo los labios-- y acá estoy probando cosas nuevas, además sé que te va a gustar

Ella se dio la vuelta, pero ni volteo a mirarlo, me abrazó por la cintura, con sus senos en los míos. Se me pegó de frente a la cara mirándome a los ojos, me empezó a besar, observando mis gestos y yo la recibí con gusto sonriéndole.

Me incliné hacia adelante, le di un beso a mi novio sobre su hombro y le abrí las nalgas.

- ¿Lista?

- Si dale

Esteban fue gentil y delicado al penetrarla. Ella me clavó las uñas en la espalda y desesperada buscó mis labios y de un mordisco me rompió el labio. Se nos llenó la boca de sangre, ella no paraba de deleitarse con el sabor hasta sentirse preparada otra vez para moverse.

- Ay dios --dijo cerrando los ojos y empujando sus nalgas para atrás--

Yo me reí y la besé, era exactamente lo mismo que yo estaba sintiendo al probar algo que ni siquiera imaginaba. Yo ya había sentido una lengua en mi sexo, de un hombre, pero ya la había sentido, en cambio para ella era nuevo sentir un miembro de verdad en vez de un trozo de plástico.

Creo que lo hizo para poderme tener de frente, para besar a esa chica que unas horas atrás le dijo que era hetero y estaba acariciando por todos lados, besando y que le frotaba los pezones contra los suyos. Yo no les voy a negar que en ese momento lo hice porque quería probar sin juzgarme, pero también quería aprovechar su gusto por el sexo anal para que mi novio disfrutar algo que yo no le daría.

Su cara era fenomenal, creo que Ximena estaba igual que yo en ese dilema moral de engañar su sexualidad. Disfrutaba sus gemidos en mi boca, sus muecas y las ganas que le imprimía a sus caderas para sentirlo más y más duro. Se veía demasiado sexy y me terminé antojando de chuparle los senos. Regresé a sus labios, me mando la mano a mi sexo y me dijo con desespero.

- Te la quiero chupar --pasando la lengua por el contorno de la boca--

Después de lo que había sentido con su novia, no me iba a negar a probar los placeres que esa deliciosa trigueña me proponía. Me levanté y le di la mano a Esperanza que se encontró con su novia de frente. Ximena la miró preocupada por verla disfrutando con un hombre.

- Ay amor yo... --Ximena se excusó por lo que estaba haciendo--

- Shhh --la beso en los labios y sonrió-- no digas nada

Apenas se levantó, miro fijo a mi sexo. Levanté mi pierna sobre el hombro de ellos y me agarré de su cabello para no caerme. Le entregue mi sexo en la boca a Ximena que movía su lengua descontrolada, me apretaba de las nalgas y chupaba como si me le fuera a escapar. Su novia aprovechó para unirse a Ximena, mezclar sus lenguas en mi sexo y ponerme a temblar. Esperanza se desvío del camino y moviendo su lengua en círculos en mi trasero me tenía al borde de la locura.

Me agarré con fuerza del pelo de mi novio, casi a punto de arrancarlo. Esperanza al tiempo estaba masturbando a su novia, podía sentir como agitaba su mano. Tuve una especie de viaje astral, me vi a los lejos en esa maraña de deseos, cuerpos, sudor y gemidos. Sentía un calor intenso en mi vientre, ya no podía aguantar más.

- ¡Ay amor, ay amor, ay amoooooorrrr!

Él sabe que significa eso y trata de complacerme para venirnos al mismo tiempo. Exploté de la forma más exquisita en su boca, ella se embadurnó toda la cara con mi orgasmo mientras que al mismo tiempo sentía por primera vez como bombeaba un miembro real al venirse es su interior.

Bajé la pierna como pude, me dejé caer sobre los cojines. Ximena y Esperanza se me acostaron al lado igual de exhaustas. Les di un beso a cada una. Esteban se sentó en la otra esquina con cara de incrédulo como si lo que acaba de pasar fuera un sueño erótico y no algo real. Nos miraba fijamente sin pestañear, estaba fijando esa imagen en su mente, ese momento de ver a su novia tratando de recuperar el aliento con dos mujeres hermosas a cada lado que la llenaban de besos y la acariciaban con ternura.

Estábamos muy fumados y alcoholizados para conducir, nos ayudaron a hacer un cambuche con colchonetas, cojines y cobijas en la sala que estaba pasada a sexo y ellas se fueron a dormir a su habitación.

---

Nos despertamos desnudos con el ruido de ellas en la cocina preparando el desayuno. Esperanza estaba reluciente, con unos cacheteros y un pequeño top. Nos saltó encima para despertarnos con un beso.

Ximena estaba más pensativa y ni siquiera levantaba la mirada ahi lavando platos. Fue un tanto incómodo estar ahí. No sé si es que ella estaba arrepentida o qué, pero esa actitud me hizo sentir un tanto avergonzada. Decidimos disimuladamente vestirnos, arreglarnos lo más pronto posible para darles su espacio.

Esteban prendió el carro para calentarlo unos minutos mientras ellas abrían el portón. Ximena seguía sin levantar la mirada y justo cuando abrí la puerta no me aguanté y decidí ir a darles un abrazo enorme.

- Creo que ustedes necesitan hablar --dijo Esperanza dándome un pico sonoro y yendo a despedirse de Esteban--

- Claudia yo... --levantó su mirada con los cachetes enrojecidos--

No la dejé hablar, la callé con un beso que nos hizo suspirar. No era necesario que me diera explicaciones y así le demostraba que era decisión mía. Al fin se le escapó una sonrisa y me abrazó con todas sus fuerzas.

- ... yo te prometí no besarte --igual término--

- Afortunadamente no me hiciste caso porque me gustó

- ¿En serio?

- Si, pero me tienes que guardar el secreto no le digas a nadie

Hizo muecas de cerrar la boca con un candado y botar la llave mientras se reía.

- ¿Tú estás bien?

- Si --agachando la mirada--

- Mírame ¿estás bien?

- Si, estoy bien

- No te gustó ¿cierto?

- Si me gusto, pero no como para repetir

- Te entiendo yo tampoco lo haría... con otra mujer

- Idiota --se rio levantando una ceja-- por mi puedes volver cuando quieras

Me dio un abrazo fuerte de esos que van de corazón a corazón, me tomó del rostro y me dio otro beso.

Esperanza y Esteban estaban bastante entretenidos en su despedida, por poco y vuelven a empezar a revolcarse y si no los interrumpíamos ahi se iban a quedar todo el día. Esteban le extendió la mano para despedirse, no quería herirla más, pero Ximena le dio un abrazo y un beso en la mejilla con ternura.

- Se cuidan

---

Ese día fuimos a comprar plantas y terminamos cultivando una amistad que ya lleva un par de años. No nos vemos seguido, pero nunca pasa un año entero sin que nos veamos al menos una vez.

Alguna vez lo hablamos más tranquilos. Las drogas y el alcohol SI nos hicieron cometer locuras. Algunos probamos cosas nuevas y nos gustaron, Ximena lo disfrutó, pero sabe que no es algo que quiera repetir, ni siquiera con Esteban que se volvió tan buen amigo.

Por mi parte, si me preguntan si me pase al otro equipo, o si me volví bisexual o si lo haría con otra mujer, les diría que no. Excepto por Ximena, ella es mi debilidad, su energía y personalidad son únicas. Además, sembrar maticas a su lado es terapéutico, pero también aflora toda mi hetero flexibilidad. Eso sí, no he sido capaz y de hacerle sexo oral. Ella por el contrario siempre está encantada de complacerme y yo fascinada de recibirlo.

Nunca más volvimos a estar los cuatro juntos. Nuestra amistad llegó a tal magnitud de confianza que Esteban y Esperanza salen de rumba juntos y a hacer de las suyas, mientras Ximena y yo la pasamos en el invernadero sembrando el "calor y la humedad".

Esperanza es la única de las dos que nos ha visitado en la casa, sí que le encanta hacer locuras, los tres estamos juntos, pero por decirlo así no revueltos. Eso sí, compramos mi propio arnés, porque es algo que descubrí esa noche, me encanta encarnar ese papel de macho y jugar a follármelas, algo que han agradecido tanto Esperanza cuando no la comemos por ambos lados o Ximena cuando nos dejan a solas y me la culeo con todas las ganas.

Aún no he encontrado un hombre que me llame la atención como para pedirle algo parecido a mi novio, pero sé que cuando llegue ese día lo va a hacer con gusto.

---

Idea: Agata

Escrito: Axel

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