Costeñita

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Una hermosa desconocida nos saca de la normalidad.
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Parte 20 de la serie de 46 partes

Actualizado 09/07/2023
Creado 08/08/2023
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Una de las principales razones por la cuales decidimos vivir en esta unidad residencial de varias torres es por las completas y bien dotadas zona húmedas: piscinas, jacuzzi, sauna y turco. Los dos somos piscis y no sé si sea cuestión del signo o solo superstición, pero ambos somos super acuáticos, nos encanta nadar y nos excita todo lo que tenga que ver con humedad y calor.

Lo mejor de todo es que logramos convencer a los demás residentes de dejar la piscina abierta hasta las 12 de la noche para que los que trabajamos hasta tarde la podamos usar entre semana, con la unica condición de no hacer ruido, ni clavados, ni mucho menos bolas de cañón y en serio así de específicos lo dejaron en el reglamento.

Nosotros cada día por medio bajamos a eso de las 11 de la noche porque casi nunca está nadie y podemos usar la piscina entera solo para nosotros.

Hace algunos días nos ha estado acompañando una mujer joven que nunca habíamos visto. Únicamente nos damos un saludo cordial de vecinos y al igual que nosotros solo se ocupa de entrenar su nado sin mediar palabra.

Es excelente nadadora, se mueves de forma fluida. siempre lleva un traje de una sola pieza color oscuro. Sin querer los últimos días ella y yo de alguna forma terminábamos sin programarlo nadando lado a lado. Solo nos hacía falta una leve sonrisa para "competir" esa última serie.

Llegamos al viernes y ninguno de los dos tenía ánimos de entrenar, habíamos tenido un día pesado y decidimos solo meternos a la piscina a relajarnos y hablar.

Cuando estamos de relajo, me encanta abrazar a mi esposo, encaramarle las piernas detrás de la espalda y los brazos por su cuello. Él que es más alto y alcanza el fondo de pie, camina de un lado a otro mientras yo floto de espaldas mirando al cielo, luego lo abrazo, conversamos y nos damos besitos.

Esa noche un poco más tarde, ella llego con una salida de baño y al quitársela me quede sorprendida al ver el tremendo cuerpazo que se mandaba la señorita exhibiendo un bikini que apenas le cubría los pezones y que pareciera como si sus senos fueran a explotar, ni que les digo de su duro y redondo trasero. Definitivamente ese enterizo con el que siempre la habíamos visto no le hacía buena propaganda.

Los dos la mirábamos disimuladamente mientras calentaba, se daba una ducha y luego se metía al agua. Entro por las escaleras y saludo cordialmente.

- Buenas noches

- Buenas noches --respondimos en coro--

- ¿Hoy no van a entrenar?

- No, solo vinimos a remojarnos un poco antes de dormir

- Con su permiso

- Adelante --contesté con una sonrisa--

Ella se notaba que si tenía toda la energía del mundo acumulada por quemar. Se empujó de la pared de la piscina y empezó nadar. Nosotros como espectadores solo disfrutábamos de sus brazadas potentes, sus nalgas cuando salían sobre el agua y de sus piernas marcadas.

Nadó y nadó hasta que no podía más y para no interrumpirnos en vez de usar las escaleras, se impulsó del borde apoyando sus brazos. Al salir del agua tenía las tangas tragadas y cuando vimos ese delicioso trasero puedo apostar que cayeron un par de babas de mi boca.

- Ay dios, porque la vida es tan cruel --le dije a mi esposo--

Ella se apoyó de rodillas encima de una toalla y al darse cuenta que estaba mostrando todo se le subieron los calores a la cara y con una sonrisa tímida se apuró en acomodarlos.

- Ufff mi corazón --le coloqué la mano a mi esposo para que la sintiera--

- ¿Dirás que corazón? --refiriéndose a la forma perfecta de sus nalgas--

- Parce, ese culito está especta"culiar" --dije entre risas por mi mal chiste--

- Si, está lindo, pero ninguno como el tuyo --agarrándome las nalgas por debajo del agua y dándome un beso--

Ella al parecer estaba muy interesada en nuestra conversación, en la forma que reíamos, trataba de mirar disimuladamente mientras se secaba con la toalla.

- ¿Amor, hace cuanto que no nos robamos a alguien?

- Hace como 2 años, pero ¿no habíamos quedado de no volver a buscar?

- Precisamente, ella nos encontró --me reí con picardía--

Pude sentir como su miembro crecía en su pantaloneta y quedaba contra mi sexo. Me colgué de su cuello hacía atrás para poderlo sentir mejor y aprovechar para ver si ella seguía pendiente.

En efecto seguía interesada, me acerqué a él le di unos cuantos besitos de esos calentadores que ponen incomodó a cualquiera entre cerrando los ojos. Ella se quedó embobada mirando, los abri de repente, me quedé viéndola mientras me reía y continuaba metiendo mi lengua en su boca.

Ella brincó un poco asustada al sentirse descubierta, miró hacía el suelo y se le escapo una deliciosa sonrisa tímida que lo dijo todo.

- Nos sigue mirando --le dije sin mover los labios--

- ¿Sí? vos crees que quiera...

- Solo hay una forma de saberlo

Mi esposo me dio la vuelta y arrinconó contra una de las esquinas. Me empezó a comer a besos de forma descarada. Nos había calentado demasiado la idea.

Mientras me besaba el cuello yo abrí los ojos y ya ni siquiera disimulaba, nos miraba fijamente cubriéndose del frio con su toalla en la espalda. Me quedé fijo y no evadió el juego y al picarle un ojo ella me sonrió.

- La voy a invitar

- Dale --respondió sin parar de besarme--

Saqué mi mano del agua y con mi dedo índice le pedí que viniera encogiéndolo y estirándolo un par de veces. Ella se llevó la mano al pecho tratando de hacerse la sorprendida y me dio desespero. Abri la mano entera y la llame en vos alta.

- Si, claro que vos ¿ves a alguien más?

Ella hizo la toalla a un lado, se tiró en clavado perfecto que ni siquiera replegó olas y nado por debajo de la piscina apareciendo a nuestro lado.

- Hola ¿para qué me necesitas?

- Para una competencia de aguantar la respiración ¿quieres participar?

- En eso soy bastante buena, pero al parecer ustedes ya empezaron --mirando por debajo del agua nuestros cuerpos unidos-- a calentar, me llevan ventaja

- Llegas justo a tiempo, nos hacía falta otro jugador para empezar de verdad

Solté mis piernas, la cogí de la mano y la llevé en dirección a su miembro. Ella encantada tomó la iniciativa y le dio un par de apretones mientras se mordía los labios.

- Que caliente me tenían ustedes dos con esos besitos

- Fue por culpa de tu bikini

- ¿Te gusta?

- Nos gustaría más quitártelo --respondió mi esposo--

Se le escapó esa risita tímida que confirmaba todo. Ya no era una idea, era una propuesta directa a tener sexo.

- ¿Y quién va a empezar la competencia? --me preguntó pasando su mano detrás de mi espalda--

- La que más aguante la respiración ¿Te parece?

- Cuente pues --dijo encantada por el reto--

Llenó de aire los pulmones, se metió debajo de la piscina, sentí su boca en mi sexo y un burbujeo que no me dejaba verla. Salió muerta de la risa en medio de los dos con su boca muy cerca de la mía, moviendo sus nalgas hacia atrás para sentir el miembro de mi esposo.

- Este no vale, era de prueba

- Te perdono si me das un besito

Ella se acercó sonriendo y tomó mis labios de forma sensual y divertida. Se separó muerta de risa, se dio la vuelta y le hizo señas a mi esposo de que se iba a sumergir, lleno sus pulmones de aire y se metió bajo el agua y de paso le bajo la pantaloneta a mi novio para sacar su miembro. Me cogió los pies para que los colocara sobre sus hombros y ayudarla a mantenerse abajo.

Por la cara de placer de él, ella había ido directo por su erección y mientras le daba una buena mamada dejaba escapar lo mínimo de burbujas que podía. Me tiré hacia atrás para apoyarme en el muro, no pude sostenerla más y ella salió a la superficie un poco enojada.

- Ah no, eso es trampa, me tienes que sostener bien

Ni siquiera espero a que le dijera que ya había perdido su turno y que seguía yo. Respiró profundo se metió debajo y esta vez no solo colocó mis pies, sino que me abrió las piernas y me montó los muslos sobre los hombros, la parte posterior de su cabeza quedó en mi sexo, mientras ella se los chupaba nosotros nos comíamos a besos.

Crucé mis piernas alrededor de las de mi esposo y empecé a empujarla con mi pelvis hacia adelante. Al tener que abrir más la boca se le escapaban más burbujas hasta que ya no salían más. Ella empezó a luchar por escapar, pero la sostuve con fuerza para que no pudiera hacerlo.

- Ya déjala salir, amor --me dijo mi esposo--

- ¿Por qué? apuesto que le encanta que la asfixien --levantando una ceja--

- Ya, suéltala

Abri las piernas, nos separamos y ella se apuró en empujarse del piso y de un brinco sacar más de la mitad de su cuerpo fuera del agua. Mientras se quitaba su pelo pegado de la cara trataba de recobrar la respiración.

- Descarada... casi me pones a tragar agua

- Yo lo que quiero es que trague otra cosa

- Eso si me gusta tragar --ser rie divertida--

Nadó hacía adelante mirando fijo a los ojos a mi esposo como si fuera carne fresca y emocionada se le tiro a los labios montándose a horcajadas igual a como yo lo hacía. Él la empujo hacia mí y mientras yo le besaba el cuello metía mi mano por debajo y empujaba su miembro contra su sexo.

- Umjum --carraspeo y luego simuló toser-- cof cof cof

Se trataba de uno de los vigilantes de la unidad. Trato de llamar nuestra atención, pero no le prestamos atención y solo nos detuvimos cuando se acercó casi a un metro de nosotros.

- Don Julian que pena interrumpir, pero es que llamaron a quejarse y... usted ya sabe cómo molestan acá por todo

- Fresco Luis, ya nos vamos para otro lado donde no se escandalicen

- Gracias don Julian , feliz noche

- Feliz noche Luis --le dije con tono irónico--

Nadamos muertos de risa hasta el otro lado de la piscina. Él nos ayudó a salir empujándonos de las nalgas, obviamente para aprovechar y manosear, no se iba a aguantar. Mientras nosotras nos secábamos y recogíamos las cosas él se quedó ahi adentro apoyando los brazos en el borde de la piscina.

- ¿En tu apartamento o en el nuestro? --preguntó mi esposo--

- En el de ustedes porque no creo que a mi tía le gusté mucho tenerme de visita haciendo un trio en su casa

- Vamos pues amor --lo apuré--

- No tengo forma decente de salir de acá --mirando bajo el agua su erección-- y si llamaron a quejarse es porque están viendo

Me acomode en cuclillas al borde de la piscina con una toalla.

- Mejor, pa que vean esas viejas amargadas lo que se pierden

Él se rio, salió de un brinco y se apuró a ponerse la toalla al frente para cubrirse. Nos fuimos corriendo al ascensor como adolescentes que descubren haciendo una travesura.

Aprovechamos para guardar distancia y presentarnos. No podíamos hacer nada obsceno porque seguro los vigilantes estaban atentos a las cámaras y no nos gusta que ellos vean nada de más.

- Mucho gusto, Karen

- El gusto es mío --estiré la mano--, Jessica

- Y vos sos "Don Julian" ¿cierto? --con tono divertido imitando al vigilante--

- Si --se dieron la mano y sonrieron, tenían una deliciosa tensión sexual entre ellos que me encantaba--

Karen estaba de vacaciones de la Universidad donde sus tíos porque sus papas estaban de viaje en el exterior y no querían que se quedara sola. Mientras nos contaba de su vida pudimos notar un delicioso y sexy acento costero. A los dos nos encantan las costeñitas y esto ya empezaba a parecer un regalo divino del cielo.

Ya llevaba 10 días en la ciudad. Su tía que ya es bastante mayor no la dejaba salir sola de la unidad y aunque ya tenía 21 años la trataba como si fuera de 15 como si le tuviera que cuidar la virginidad, algo que obviamente hacía muchos años ya había sucedido. De no haber sido por la piscina, se habría vuelto loca porque era el único lugar en el que la dejaba en paz.

Llevaba varios días tratando de acercarse a nosotros, pero como solo íbamos a entrenar no se animaba a decirnos nada. Hasta hoy, que las cosas se tornaron diferentes y al fin se dio la oportunidad.

---

Pasamos la puerta y ni siquiera me dejó cerrar, cogió mis manos para que las pasara por su cintura mientras me daba unos deliciosos besitos y ella pasaba sus brazos por mi cuello.

- Que rico, al fin voy a poder comer paisita

- Ni te digo, nosotros encantados con una costeñita

Bajó sus manos por mi espalda, soltó el nudo del bikini y lo dejó caer, se pasó las manos hacía atrás y soltó el suyo. Nuestros senos se rozaron y los pezones endurecieron en segundos. Me metió la mano por delante entre las tangas y me arrebató un gemido acariciando con la palma de su mano.

- Vaya que eres directa

- Solo me quedan dos días antes de volver a Santa Marta y no tengo tiempo que perder

- ¿Dos días? --se me estiro la sonrisa al ancho de la cara de la felicidad-- relax mamacita que tenemos tiempo

Julian se acercó desnudo y ella al verlo con su miembro erecto apuntar hacia nosotros lo cogió de ahi con confianza para que se nos uniera y besarnos entre los tres. Cuanta hambre tenía esta mujer. Quien sabe cuántos días llevaba masturbándose de cuenta de nosotros, debe estar que arde.

Los cogí de la mano y me los llevé para la ducha. Entre besos, caricias chupones y coqueteos nos dimos un delicioso baño de agua tibia para quitarnos el cloro de la piscina. Entre nosotras nos turnamos para aplicar bálsamos y desenredamos el cabello mientras la otra se lo mamaba a Julian. Si que le encantaba a la muy maldita tenerlo en la boca, chupaba delicioso y se daba gusto degustando cada parte de su longitud.

El jabón le caía por la cara, mientras enjuagaba el acondicionador y pasaba la peinilla para desenredarla. Al dejar su cabello sedoso, ella misma empujó a Julian al fondo de la ducha contra el vidrio y se hizo en cuatro levantando su trasero hacía mí.

Un delicioso agujerito marrón y apretadito emergió mojado entre ese par de deliciosas nalgas. Levante mi mano apreté el índice y el pulgar en circulo y se lo mostré a mi esposo simulando meterle la lengua.

Julian se rio y cuando ella volteo a mirar baje la mano con prisa para que no me viera. Me miró por encima del hombro, sacó una risita maldadosa mientras meneaba su trasero. Yo lo decía charlando, pero todo parece indicar que es precisamente lo que quería.

Le separé las nalgas con las manos y dejar que le cayera el chorro directamente en ese lugar y ella cerraba los ojos encantada, haciendo unos ruiditos deliciosos.

- ¿Puedo? --inclinándome hacia su trasero--

- Por favor

Empecé a pasarle la lengua al rededor, a llenarle el agujerito de saliva tocando traviesamente con la punta de la lengua, acariciando su sexo con mi mano.

- Erda, paisita que lengua

Se atragantó con la verga de Julian y le llevó sus manos para que la agarrara de la cabeza. Mientras le chupaba el culo, deje salir abundante saliva hasta tener un pozo en la palma de mi mano. Un par de dedos se encargaron de abrir sus labios exteriores y después de lubricarla de arriba a abajo fueron a para a su interior.

Su culito palpitaba en mi lengua, sus gemidos aumentaban y mientras la penetraba con mis dedos ella llego a hacerme compañía acariciando su clítoris en círculos hasta que la hicimos venir. Yo no tenía intension de parar.

- Oye, aguanta paisita --me separó la cabeza un segundo-- déjame respirar

Nos dio risa su comentario, me encantaba su naturalidad y lo extrovertida que era para decir las cosas.

- ¿Vamos a la cama? --me levante ofreciéndole la mano--

Ella se levantó me dio un beso pegando su frente a la mía con dicha en su rostro, definitivamente lo estaba disfrutando. Pase mi brazo por su cintura y Julian se quedó mirando desde atrás como meneábamos las caderas.

- Que rico las nalgonas

Bajamos la mano al tiempo y nos agarramos los glúteos, mirando por el medio sobre el hombro y dándonos un beso entre risas. Me le acerqué al oído y le pregunté en secreto.

- ¿Ese culito qué?

Me hizo cara de no entender frunciendo las cejas.

- ¿Te gusta por...

- Aja, claro reina --ni me dejo terminar-- por to'lao

- Excelente, pero todavía no lo dejes hacerlo por allá ¿listo?

- Tu mandas reina

Nos hicimos a un lado de la cama e hicimos pasar a Julian, lo empujamos del pecho para que se sentara y las dos al ver ese miembro duro y erguido nos hicimos de rodillas a chupar.

Nosotros no es que hayamos tenido muchos trios, en realidad solo un par bastante forzados y por eso fue que habíamos decidido no volver a intentarlo, pero este que no fue planeado se sentía mil veces mejor y más natural.

- Me debes una competencia --le dije entre risas--

- Ahora si reina, a ver cuál aguanta mas

Estuvimos retándonos la una a la otra, cual aguantaba más tiempo con él en la boca mientras la otra contaba y le tapaba la nariz. Ni siquiera éramos capaces de contar, nos divertíamos tanto que ni importaba.

Igual yo ya sabía que la iba a dejar comérselo primero porque nosotros tenemos un trato como pareja de que en los trios pueden empezar donde él quiera, pero eso si debe terminar dentro de mí.

Degustábamos su miembro tan delicioso entre las dos que era casi hasta irreal la forma tan natural en que compartíamos. Juntábamos nuestras manos para mastúrbalo mientras él nos miraba comernos a besos y compartir la saliva.

- Quiero ver cómo te lo comes --le dije--

- Encantada de complacerte reina

Ella se levantó del piso y se encaramo pasando por encima de Julian llenándolo de besos, acomodando su sexo encima de su miembro esperando que se lo metiera.

Julian supo mantenerla a raya, hasta que saqué unos preservativos del closet y me apuré a ponérselo con la boca, lo llené de saliva y la empujé hacia abajo de las caderas abriéndole las nalgas para poder ver como entraba y salía.

Uff maldita sea, no sé porque me da tanto morbo ver eso, saber que es la verga de mi esposo la que les está dando tanto placer, la que se ve entrar llenando el vacío de su sexo.

Ella levantó su cuerpo, empezó a cabalgarlo de forma lenta, dibujando círculos y ochos con su cintura. Se levantaba el cabello sobre la cabeza, luego lo dejaba caer mientras acariciaba sus senos. Se veía super sensual y cada que tiraba su pelvis hacía adelante se le marcaban un par de hoyuelos entre su espalda y sus nalgas que me mataba.

Sin pedirle permiso, tomé mi camara y empecé a tomarle fotos de espaldas. No podía dejar pasar ese momento tan único.

- ¿Acaso eres fotógrafa? --preguntó con naturalidad--

- Mira las paredes

Varias de los mejores desnudos que he tomado están en nuestra habitación, no son para nada vulgares.

- Profesional, por lo que veo

- Si, en eso trabajo

Se apoyó en el pecho de Julian y se levantó dándose la vuelta. Sentándose sobré su miembro, deslizándose suavemente de arriba a abajo de su longitud entre sus nalgas.

- ¿Puedo ver? --estiró su mano hacía la camara--

Yo me senté a su lado y le mostré lo que había capturado. Ella las miraba acariciando mis manos mientras giraba el paso de las fotos.

- ¿Puedo tomar más? --pregunte con duda--

- ¿Quires que modele para ti?

- No, no que modeles, me gusta más capturar la esencia verdadera de las personas

- Bueno, entonces esto te va gustar

Me dio un beso y me indicó con su índice que me acomodara justo en el piso a los pies de la cama. Ella levantó sus caderas, tomó su miembro, lo desapareció en su interior mientras sus cejas cambiaban de expresión, se mordía los labios y cerraba los ojos. Aproveché para llevarme esa cara de placer unica para siempre.

Por lo general la gente es muy esquiva cuando se trata de desnudos, pero ella perfectamente tranquila y confiada, recogió su cabello una última vez sobre su cabeza, lo dejo caer al frente para taparse un poco la cara y se dejó llevar.

El obturador no paraba de sonar, lo cabalgaba de forma deliciosa, se pellizcaba los pezones para que salieran bien marcados en las fotos, se masturbaba con delicadeza y luego abría las piernas para acariciar sus testículos con sus fluidos. Las manos de Julian aparecían en sus caderas la empujaban hacía atrás y ella sonreía entre gemidos. Estaba en un trance increíble.