Somos Felices Las Tres Capitulo 36

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Le pedí que cuando sintiera que iba a acabar, me lo dijera, para yo recibirlo en mi boca, a lo cual accedió. Aquella cogida fue muy larga y cada vez me daba más duro. Mi ano y mi recto me dolían y mis nalgas también por las fuertes embestidas que me daba, pues estaba enloquecido y casi fuera de control. Era como un caballo semental penetrando a su yegua, salvajemente. Y a mí me gustaba. Me sentía muy puta, y lo disfrutaba. Cuando sintió próximo su orgasmo me ordenó, "ahora, mi putica, voltéate y ponte de rodillas que te voy a dar toda mi leche". Yo no perdí ni un segundo, y apenas lo puso entre mis labios comenzó a temblar de placer y a descargar su deliciosa semilla en mi boca. Yo sentía una y otra oleada de esperma entrando en mi boca, depositándose sobre mi lengua y estaba sorprendida por su abundancia, pero feliz de que así fuese. Cuando descargó la última porción, yo me levanté, encendí la luz y abrí mi boca para mostrarle su contenido a mi bello amante. El se sonrió, me dio un beso en la frente y me preguntó que qué pensaba hacer. Yo me tragué toda la leche y abriendo la boca le respondí "esto". Ulises se llenó de alegría, pues según me confesó Salomé jamás se había atrevido a tragar su semen. Me abrazó fuertemente mientras decía, "cómo me gustas, mujer... eres algo muy especial, mejor de lo que esperaba..." Yo acerqué mi rostro y nos besamos, los dos desnudos allí en el balcón, y con la luz encendida, sin importarnos que ahora sí nos pudiese ver alguien.

El apagó la luz y me cargó entre sus brazos, hasta depositarme sobre la cama, donde nos volvimos a besar con pasión y sin descanso, hasta que poco a poco lo fuimos dejando de hacer, y así, haciéndonos cariñitos quedamos rendidos y dormimos hasta las nueve de la mañana. Nos despertó una llamada a su teléfono, de Salomé, para decirle que ya vendría de regreso, con Erika y Nuria, con quienes había pasado la noche.

- ¿Tú sabías que Salomé estaba con ellas?

- Si. Ya lo habían planeado cuando tú venías desde tu casa.

- Supongo que habrán tenido una orgía lésbica.

- Ojalá. Salomé se lo merece por haber hecho posible esta noche inolvidable contigo, muñeca linda.

- Tendremos mucho para contarnos... han sido tantas las cosas bellas que han pasado.

- Pienso lo mismo. Me da lástima que no nos veremos más.

- ¿Por qué dices eso? Aunque ustedes se regresen a su casa mañana, nosotros podemos seguir en contacto.

- Gracias. Para mí sería muy importante que Salomé te apruebe como mi amante y nos veamos de vez en cuando.

- Yo sé que Nuria y Erika lo aprobarán. Me gustaría estar contigo de nuevo, y muchas veces, mi vida.

- ¿Tú viajarías para venir a nuestra casa y pasarlo conmigo?

- ¡Claro, mi vida! Tal vez no me creas lo que te voy a decir... pero si el amor a primera vista existe, es lo que estoy sintiendo por tí. Tu me has hecho mujer, y quiero ser tuya.

- Pero no le perteneces a Erika?

- Si. Ella es mi dueña, pero también quiere que desarrolle mi femineidad, y tú serías muy importante en ese proceso.

- ¿Piensas que te van a transformar en mujer por completo?.

- Si. Iremos a su ginecólogo para que comience a inyectarme hormonas.

- ¿O sea que estarás más bella aún?

- Si. Me crecerán las tetas, se me acumulará grasa en el culo y las caderas y te podré ofrecer un cuerpecito más sexy.

- Me gustaría contribuir en ese proceso. ¿Qué puedo hacer?

- Háblalo con Erika y Nuria. Ellas te podrán contestar mejor. Lo que ustedes decidan, estará bien para mi. Yo solo quiero complacerlas y ahora también a tí, mi macho delicioso.

- Está bien, Eso haré. Ahora vamos a bañarnos, mi amor, ven conmigo.

Entramos a la ducha después de quitarme el bralette, el cual siempre llevé puesto durante toda la noche, para ocultar mi ausencia de tetas. Ulises me besó y chupó los pezones, diciendo que pronto tendría mis propias teticas. Yo lo enjaboné con ternura, sensualmente, hasta provocarle una erección. Después el hizo lo mismo, y no dejó de meterme sus dedos cuando me enjabonaba mi culito. Nos besamos, nos abrazamos, nos acariciamos de todas las formas posibles y le pedí que me cogiera allí mismo. Me apoyé contra una de las paredes de la ducha y se colocó detrás de mí. Me lo metió muy facilmente y comenzó a empujar con fuerza. Fue una cogida super deliciosa, mientras el agua caía sobre nuestros cuerpos. Yo gemía del delicioso dolor que su verga producía al moverse en mi recto, hasta que dando un grito, me agarró fuertemente por la cintura para atraer mi cuerpo contra el suyo, y acabó dentro de mí, impregnándome de nuevo. Poco a poco fuimos recobrando el aliento, y nos volvimos a besar. Terminamos de ducharnos, y antes de salir, Ulises secó mi cuerpo con delicadeza y ternura. Yo me sentía como una princesa consentida. Después yo sequé su cuerpo, y abrazados y riendo salimos del baño, para encontrar que nuestras mujeres estaban sentadas en el sofá, muy sonreídas y con comentarios picarescos celebraron nuestra reciente cogida, que habían podido escuchar del otro lado de la puerta. Nuria se puso de pie y vino corriendo a abrazarme y besarme. Salomé hizo lo mismo mientras Erika desde donde estaba sentada, contemplaba el cuerpo desnudo de Ulises con sumo interés. Nuria estaba muy contenta de verme,

- Hola mi amor. ¿Cómo estás?, ¿Como te fue?

- Mi cielo... estoy muy bien, super feliz. Ha sido una experiencia maravillosa. Gracias por tu apoyo

- No sabes lo orgullosa que me siento de tí. Has dado un gran paso.

- No me costó mucho... fue bellísimo.

- ¿Cómo te trató Ulises? ¿Te dolió mucho?

- Es un hombre encantador, ha sido muy considerado y delicado. No me importa el dolor, ya lo he olvidado. Siempre lo hice pensando en tí. Anoche me hicieron mujer, gracias a tí y para tí.

- Ven acá para besarte... ¡cuanto te amo!

- Tengo tantas cosas que contarte.

- Y yo a tí, mi amor. Nosotras también tuvimos nuestra fiestecita.

- ¡Ah! ¿si? ¿y disfrutaste mucho?

- Muchiiiisimo. Ya te contaremos.

- Hola Erika. Estas radiante hoy.

- No tanto como tú, Claudia. Estás bella.

- Gracias a ti... se ha coronado una etapa que comenzó aquel día en nuestra oficina.

- Bueno, todavía quedan muchas otras cosas por vivir, ya lo verás.

- Yo sé que así será, mi dueña.

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  • COMENTARIOS
Anonymous
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1 Comentarios
AnonymousAnónimohace alrededor de 1 año

Buena ,historia, narrativa, erotismo estupendo lenguaje, buen contenido de erotismo. Muy real me identifique mucho con Carla y lo disfrute igual que ella. GRACIAS